El fracaso de la idea separatista de crear una Superliga Europea

El fracaso de la idea separatista de crear una Superliga Europea

El fútbol es un negocio donde el foco está en maximizar ingresos. Análisis de la controversial propuesta que tanto molestó a los seguidores del balompié

Por: Harold Stevens Avila Aguirre
abril 23, 2021
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El fracaso de la idea separatista de crear una Superliga Europea
Foto: Flickr Too V-i - CC BY 2.0

El pasado domingo una noticia generó gran revuelo en el mundo del deporte rey, al anunciarse la creación de una “superliga” conformada por 12 de los considerados grandes clubes de fútbol del viejo continente, desatando una ola de opiniones divididas entre los amantes del balompié, pero en cambio una postura crítica y de rechazo por parte de los máximos entes gobernantes del deporte, destacadas figuras del campo y antiguos ex jugadores, así como de autoridades estatales.

Como argumento de fondo, los clubes manifestaron la estabilidad financiera como una de las razones de ser de este nuevo torneo, ya que la vigente pandemia “ha acelerado la inestabilidad del actual modelo económico del fútbol europeo”.

Los equipos promotores de tan inusual concepción, que hacían parte de la iniciativa de formar un torneo paralelo a las competiciones continentales manejadas por los organismos reguladores del fútbol profesional, pertenecen a tres de los mejores campeonatos a nivel global, con seis de ellos de la Premier League de Inglaterra (Arsenal, Chelsea, Liverpool, Manchester City, Manchester United y Tottenham); tres de La Liga de España (Atlético de Madrid, Barcelona y Real Madrid) y tres de la Serie A de Italia (AC Milan, Inter y Juventus).

A su vez, estas escuadras hacen parte de los 20 equipos de fútbol más valiosos del mundo de acuerdo con la clasificación que realiza la revista Forbes publicada recientemente en el mes de abril, donde ocho de ellos ocupan las diez primeras posiciones, con el F.C. Barcelona a la cabeza, y un valor promedio por equipo de USD 2.280 millones, representando un aumento del 30% con relación a hace dos años, última vez que se realizó el ranking.

Nota. Para la elaboración de la lista, FORBES USA ha utilizado los ingresos y beneficios operacionales de la temporada 2019-20, convertidos a dólares según los tipos de cambio promedio de esa temporada. Los ingresos por concepto de préstamo de jugadores a otros equipos son excluidos. Los valores son empresariales (capital + deuda neta), incluyen la economía del estadio pero no el valor del inmueble. * Incluye derechos de transmisión, publicidad, patrocinios y oferta de camisetas e indumentaria del club. Adaptado de de The World’s Most Valuable Soccer Teams: Barcelona Edges Real Madrid To Land At No. 1 For First Time, por Mike Ozanian, 12 de abril de 2021, Forbes.

En contraste, en el último informe publicado por la consultora especializada KPGM Football Benchmark, acerca de los diez clubes más endeudados en el mundo, siete de los fundadores hacen parte de la lista, con el Tottenham Hotspur ubicado en la primera casilla, con un pasivo que asciende a los USD 1.121,5 millones (EUR 933,4 millones), seguido por el Manchester United y el F.C. Barcelona; la última posición la ocupa el Atlético de Madrid con una deuda de USD 262,5 millones (EUR 218,5).

 

Figura 2. Deuda financiera total a 30 de junio de 2020. Millones de euros.

Figura 2. Deuda financiera total a 30 de junio de 2020. Millones de euros.

Nota. Equipos de fútbol que acumularon más deudas en la temporada 2019-20. La deuda financiera total se define como la suma de los préstamos y empréstitos a corto y largo plazo que devengan intereses (adaptado de KPMG Football Benchmark Club Finance & Operations Tool [@Football_BM], 12 de marzo de 2021).

La declaratoria fue publicada el domingo 18 de abril, un día antes que la Unión de Federaciones Europeas de Futbol (UEFA) anunciara el nuevo formato de la Liga de Campeones en la que participaran 36 equipos en lugar de los 32 actuales a partir de la temporada 2024-25, además de contar con un mini campeonato en vez de la fase de grupos, un cupo adicional para la quinta liga con mejores resultados, que sería Francia y se aumentaría el número de partidos jugados de 125 a 225, garantizando de esta manera mayores ingresos pese a anteriores rechazos de algunos equipos por el elevado número de partidos que se presentan durante una temporada ordinaria.

Otra de las propuestas sobre el mostrador contempla garantizar cuatro lugares de clasificación para los clubes en función de los resultados alcanzados a lo largo de la competencia, en caso de que no obtengan un paso directo al torneo a través de los mecanismos establecidos por cada una de las ligas locales (Sky Sports, 2021).

El mismo día del anuncio de la Superliga, el máximo organismo rector del fútbol en Europa reaccionó con un comunicado contundente, respaldado por las grandes ligas, confederaciones y demás federaciones miembro, calificando el proyecto de “insolidario” y “cínico”, y dio a conocer que todos aquellos equipos que decidieran participar en el nuevo certamen serían sancionados y no podrían jugar ninguna otra competición a nivel nacional, regional o mundial, en tanto que sus jugadores podrían verse privados de la oportunidad de representar a sus selecciones nacionales (UEFA, 2021). También la FIFA emitió su postura en contra de la Superliga, catalogándola como “separatista y cerrada” que no respeta los principios de “solidaridad, inclusión, integridad y redistribución económica” (FIFA, 2021).

En su formato de competencia, la Superliga contaría con los 12 clubes fundadores, que nunca descenderían, asegurando de esta manera una plaza de forma permanente pese a no disponer de un desempeño regular, esto con el fin de que los equipos tengan un modelo financiero sostenible; más otros tres invitados a este grupo que gozarían de los mismos beneficios, y otros cinco que se clasificarían cada año teniendo en cuenta el rendimiento en sus ligas locales.

Todos los partidos se jugarían entre semana, salvo por la final, respetando los respectivos calendarios y arrancaría operaciones en agosto con la participación de los clubes divididos en dos grupos de diez, los cuales jugarían partidos de ida y vuelta, donde los tres primeros de cada grupo obtendrían un cupo directo que los ubicaría automáticamente en instancias de cuartos de final. Entre tanto, los equipos que terminaran en la cuarta y quinta posición, jugarían un playoff adicional en un doble partido en el que los ganadores de sus respectivos encuentros pasarían a ocupar las dos casillas restantes para completar los ocho equipos.

A partir de cuartos se disputarían partidos de eliminación directa en dos encuentros, para llegar a la final que se jugaría en un único partido la última semana de mayo en una sede neutral, contabilizando un total de 197 partidos.

El principal patrocinador sería el banco estadounidense JP Morgan Chase & Co., quien financiaría el nuevo torneo con una inversión inicial de EUR 3.500 millones, cifra que subiría hasta los EUR 4.000 millones tras pagos y gastos adicionales. La financiación se pactó a una tasa de interés entre el 2% y el 3% con un plazo de 23 años. Esta entidad ya conoce del tema, pues en 2003 brindó sus servicios asesorando a la familia estadounidense Glazer en la compra del Manchester United, quienes también son dueños de una compañía de bienes raíces, una empresa de exploración petrolífera y un equipo profesional de fútbol americano (Tampa Bay Buccaneers). Además, el vicepresidente del Manchester United, Ed Woodward, es un antiguo banquero con pasado en esta importante institución financiera (Hecker, 2021)

La Superliga era presidida por Florentino Perez (presidente del Real Madrid) y los vicepresidentes serian Andrea Agnelli, presidente de la Juventus y Joel Glazer, presidente del Manchester United.

En su diseño corporativo contemplaba la creación de una compañía principal con sede en España, de la cual dependerían dos empresas filiales, una de ellas en suelo español dedicada a la gestión del campeonato y otra en Países Bajos encargada del marketing y la venta de los derechos de televisión, los cuales se estiman alcanzarán los EUR 4.000 millones (USD 4.800 millones), asignando el 65% de estos recursos para los clubes fundadores, 20% serían entregados por concepto de méritos deportivos y el 15% restante correspondería a distribución comercial. Al no ser la UEFA el organismo administrativo que los supervise, ni el que controle los derechos de los medios de comunicación, los equipos partícipes podrían quedarse con una mayor parte de los ingresos por transmisión, que de acuerdo con el último informe financiero de la asociación, recaudó cerca de EUR 4.000 millones anuales por derechos en todas sus competiciones (Rojas, 2021).

En un principio se repartirían EUR 3.525 millones destinados a inversiones en infraestructura y a atenuar el impacto de la pandemia sobre las finanzas. Para el caso de que fuesen 15 los fundadores, la asignación sería de EUR 350 millones para seis clubes, 225 para cuatro, 112,5 para dos y 100 reservados para tres clubes, de acuerdo con un sistema interno que no estaría sujeto a la clasificación de cada año. Por participar, cada club recibiría un mínimo de EUR 60 millones y el ganador cerca de EUR 250 millones, más del doble de lo que recibe el ganador de la actual Liga de Campeones.

Hoy en día, los distintos certámenes de clubes de la UEFA generan alrededor de EUR 3.250 millones, de los cuales 295 millones se destinan a costos organizativos, 227,5 millones son reservados para pagos de solidaridad. Por su parte, de los ingresos netos resultantes, aproximadamente EUR 2.730 millones son distribuidos entre los clubes participantes repartiendo EUR 2.040 millones entre los equipos que forman parte de la Liga de Campeones y la Supercopa y EUR 510 millones a los que compiten en la Liga de Europa (Rojas, 2021).

Si bien es cierto, desde su diseño inicial, la Superliga era similar a la Liga de Campeones al ser un torneo por eliminatorias en el que participan los clubes más importantes (por número de títulos obtenidos) de Europa, al formar un torneo en el que solo tengan cabida los equipos más selectos, este formato emularía el negocio de otras grandes franquicias como la Liga Nacional de Fútbol Americano (NFL), la liga privada de baloncesto profesional (NBA) y la Liga Mayor de Futbol (MLS) que se disputan en los Estados Unidos, donde sus mayores ingresos provienen de enormes contratos por derechos de televisión.

Asimismo, esto modificaría la forma de presentar contenido digital deportivo, más aún cuando los contratos existentes con medios que ayudan a financiar el fútbol podrían salir gravemente afectados por estas medidas, por lo que grandes cadenas de medios tendrían que enfrentar una fuerte competencia con servicios de streaming como Amazon y Disney (ESPN) por los derechos de transmisión, que tan solo por liga de campeones rondan los USD 2.400 millones. Esto podría resultar favorable para el espectador al presentarse una mejor oferta de servicios, pero también podría ser excluyente vía precios de acceso al contenido, tal y como ha venido ocurriendo con el aumento en los costos de los boletos para acceder a un encuentro (salvo por la Bundesliga que mantiene precios de entrada asequibles en comparación con otras grandes ligas del continente europeo).

Además, en cada una de las ligas nacionales, la competencia por alcanzar un cupo que otorgue la clasificación a torneos internacionales es un motivo adicional a la consecución de un título, pero con la Superliga eso se volvería irrelevante, ya que tal y como fue propuesta, los clubes fundadores tendrían garantizado un lugar en la competición, indistintamente de los resultados obtenidos en sus ligas, a lo que muy probablemente se opondrían los demás clubes, más aún cuando el fútbol se basa en torneos abiertos y en el mérito deportivo.

Aunque no cabe duda de la importancia de los 12 participantes, en conjunto no representan los clubes más exitosos históricamente, cuando cuatro de ellos no han ganado nunca la Liga de Campeones ni la Liga de Europa; y en muchos de los casos su actual rendimiento no resulta ser el mejor; cinco de los equipos no participaron en los octavos de final de la Liga de Campeones en su vigente edición, y otros dos no pasaron de los octavos de final. Aun así, tres de ellos se mantienen en la instancia de semifinales.

A todo lo anterior se le suma la desaprobación de importantes clubes como el Bayern de Múnich y el Borussia Dortmund, así como del Paris Saint Germain, que desde un principio manifestaron su desacuerdo, por lo que una competición sin la participación de escuadras de Alemania y Francia, simplemente no iba a funcionar.

Afortunadamente para el mundo del fútbol, a menos de 48 horas de anunciarse la creación de este nuevo torneo, la presión de los organismos, futbolistas, entrenadores y otros miembros de la industria, junto a una condena casi unánime de los aficionados (hasta el mismo papa Francisco se manifestó), llevaron a que se presentará un retiro gradual de los equipos fundadores, sentenciando al fracaso el proyecto separatista. Los primeros en salir fueron los seis clubes ingleses y ya para el miércoles se unieron los tres clubes de Italia así como el Atlético de Madrid, dejando tan sólo a los dos gigantes del fútbol español.

Ese mismo día, el ya débil proyecto destapó un comunicado en el que se anunció la suspensión del mismo, sosteniendo que se realizarían modificaciones de fondo tendientes a mejorar su planificación con la intención de volverlo a presentar en el futuro.

Parece que el sueño por varias décadas del presidente del Real Madrid por el momento no llegó a buenos términos y habrá que esperar que medidas disciplinarias se toman por parte de la UEFA frente a la incursión independentista que generó zozobra a inicio de la semana. También puede servir como punto de partida para que los clubes sublevados tengan un mayor poder de negociación ahora que se vienen cambios en la Liga de Campeones y pueden acceder a más concesiones, sobre todo en cuanto aspectos económicos se refiere.

Lo cierto es que el modelo del fútbol se ha transformado con el paso del tiempo y la evolución que ha presentado lo ha conducido a posicionarse como un negocio global, donde los clubes y jugadores buscan maximizar sus ingresos y perseguir recompensas económicas, sin tener en cuenta como se ha visto en varias de las ocasiones a los aficionados. ¿Y que sería el fútbol sin ellos?

Referencias

Federación Internacional de Futbol Asociación. (19 de abril de 2021). Declaración de la FIFA.

Forbes. (12 de abril de 2021). El Barça desbanca al Madrid como equipo de fútbol más valioso del mundo.

Hecker, P. (20 de abril de 2021). La fabulosa cifra por la que JP Morgan financia el nuevo torneo europeo de fútbol. El Cronista.

Rojas, M. (20 de abril de 2021). SuperLiga el negocio que desafía al orden. El Economista.

Sky Sports. (20 de abril de 2021). European Super League – the key questions: What is it? Who is involved? How likely?

Union of European Football Associations. (18 de abril de 2021). Statement by UEFA, the English Football Association, the Premier League, the Royal Spanish Football Federation (RFEF), LaLiga, the Italian Football Federation (FIGC) and Lega Serie A.

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