El día que Barranquilla le cambió la cabeza a un cachaco arrepentido

El día que Barranquilla le cambió la cabeza a un cachaco arrepentido

En una tarde uno de los críticos más insoportables de la ciudad se dio el lujo de entregarse en Curramba. El abrazo de la felicidad casi no lo suelta

Por:
marzo 21, 2019
El día que Barranquilla le cambió la cabeza a un cachaco arrepentido

Sí, he escrito diez mil veces contra Barranquilla. Cada vez que Colombia jugaba en el Metropolitano me parecía que esa no podía ser la casa de la selección. Soy un aspirante a rolo, ni siquiera nací en Bogotá, lo hice en la nunca bien mentada ciudad de Cúcuta y siempre creí que Curramba era un zancudero parecido a mi tierra. Por eso me di el lujo de mirar por encima del hombro al lugar donde Cepeda Samudio y su combo pusieron de patas arriba la cultura nacional bebiendo whisky en la cueva mientras destripaban a Faulkner o a Papá Hemingway. Me lo han hecho pagar caro. Estaba en Cartagena, aburriéndome en los tres muros de la ciudad amurallada cuando un querido amigo me invitó a hacer un tour por la ciudad. Con una cámara el atorrante captó como mi cara pasaba de un rictus de disgusto al placer total.

Del chicharrón de Monchi hasta los tiburones de Bocas de ceniza, de los palacios de El Prado hasta la Ventana al mundo, he recibido con placer esta emboscada. Cartagena, al lado de Curramba, en estos momentos, es un pozo infecto en donde se bañan las frustraciones de los rolos o peor aún de los aspirantes a rolos que nos creemos de mejor familia sólo porque trabajamos en Bogotá.

En Barranquilla hasta Jesucristo toma LSD

Sigue a Las2orillas.co en Google News
-.
0
Los comentarios son realizados por los usuarios del portal y no representan la opinión ni el pensamiento de Las2Orillas.CO
Lo invitamos a leer y a debatir de forma respetuosa.
-
comments powered by Disqus
--Publicidad--