El asesinato del exagente de la DEA, Enrique "Kiki" Camarena, ocurrido el 9 de febrero de 1985, sigue siendo un tema que genera controversia y preocupación, especialmente en Estados Unidos. Recientemente, el caso volvió a ser noticia tras la entrega de Rafael Caro Quintero, fundador de los carteles de Guadalajara y Caborca, a las autoridades estadounidenses.
La investigación nunca ha sido completamente transparente, y aunque han existido múltiples teorías sobre los responsables, pocas han logrado aclarar los detalles de su muerte. Uno de los testimonios más relevantes proviene de Héctor Berrellez, exagente de la DEA, quien estuvo a cargo de la investigación de 1988 a 1995. Según Berrellez, Manuel Bartlett Díaz, quien era Secretario de Gobernación en ese entonces, habría sido el encargado de alertar a Caro Quintero sobre la identidad de Camarena como infiltrado en su organización.
Esto, según el testimonio, habría sido el factor clave que llevó a Caro Quintero a ordenar el secuestro de Camarena y del piloto mexicano Alfredo Zavala Avelar, quienes fueron cruelmente torturados hasta morir. A pesar de las revelaciones de Berrellez, el caso sigue envuelto en misterio, sin respuestas claras ni culpables condenados en México.
El asesinato de Kiki Camarena es un recordatorio de los oscuros vínculos entre el narcotráfico y la política en México en los años 80. La verdad aún se busca, pero el caso es un testimonio del alto costo que muchos han pagado por enfrentarse al crimen organizado.
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