Después de un recorrido de 53 kilómetros, dos horas en lancha por el río Amazonas y cinco años de espera, se llega al mejor colegio bilingüe del trapecio amazónico en donde el rector Fredy Córdoba y 459 niños regresan a las nuevas aulas construidas en el resguardo Macedonia, en plena selva.
El colegio se diseñó para los estudiantes procedentes de las comunidades Tikuna, Cocama, Yagua, Uitoto, Miraña y Tanimuca. En sus 2.100 metros cuadrados intervenidos, se incluyeron 19 aulas nuevas (1 de Preescolar, 16 para Educación Básica y Media, 1 laboratorio y 1 aula polivalente), 18 baterías sanitarias, comedor, cocina, zona administrativa y espacios complementarios de recreación y esparcimiento.
En estos espacios reconstruidos, que la comunidad reconoce como el mejor colegio bilingüe del Trapecio Amazónico, además de hablar su lengua nativa, aprenden español y portugués por la vecindad con el gigante Brasil.

“Este es el mejor colegio del Trapecio Amazónico, muy elegante, la arquitectura y la infraestructura es muy buena”, dijo Jorge Paredes, padre de familia
Aunque fue la larga la espera, el rector Fredy Córdoba, los niños, niñas y adolescentes están listos para estrenar y disfrutar el regreso a las clases después de cinco años de iniciada la construcción que no ha estado exenta de dificultades y tuvo una inversión inicial de $ 7.826 millones aportados por el Ministerio de Educación a través del Fondo de Financiamiento de la Infraestructura Educativa (Ffie) y $ 2.513 millones del Departamento del Amazonas.
Cómo comenzó el sueño tener el mejor colegio bilingüe en la selva

En agosto de 2019, durante el gobierno de Iván Duque y con María Victoria Angulo como Ministra de Educación, se puso la primera piedra de la Institución Educativa Francisco de Orellana, a orillas del río Amazonas.
El Consorcio Restaurantes fue la empresa contratada por el Ffie para ejecutar la obra que tuvo retrasos atribuidos a la pandemia, dificultades con certificaciones de las instalaciones eléctricas, $16.121 millones invertidos, investigaciones de la Contraloría y tristeza por parte de las comunidades indígenas.
Superadas todas esas barreras, en septiembre de 2024, muy recién posesionado como ministro de educación, Daniel Rojas, por fin, la Institución Educativa Francisco de Orellana, dejó de estar en riesgo de quedar como un elefante blanco y convertirse en un espacio de aprendizaje con capacidad para albergar a 921 estudiantes de 10 resguardos y cuatro etnias indígenas que recorren la selva y el río Amazonas para llegar a sus nuevas aulas.

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