Egan Bernal vino con un don bajo el brazo para la bicicleta. Desde que corrió su primera carrera siendo un niño y ganó instantáneamente se veía que estaba para cosas grandes en el deporte. Probó en el ciclomontañismo de la mano de su gran mentor y apoyo, Pablo Mazuera. Allí fue hasta medalla de bronce en un mundial junior, pero su sueño era ganar un Tour de Francia y por eso pasó a la ruta.
Gianni Savio confió en él para contratarlo y las pruebas fisiológicas lo corroboraron. Su consumo de oxígeno máximo era de 88.8 mililitros por kilo de peso, cifra absurda para tener 19 años, un rendimiento superior hasta al del mismo Chris Froome en sus años dorados.
Bernal ha sabido reponerse a los golpes más duros que le ha dado su vida deportiva. En un deporte de sacrificios, de llevar el cuerpo al límite y cuidarlo como un templo, En su primera temporada en el Sky sufrió una caída en Vuelta a Cataluña que le causó fractura de clavícula y escápula, en la segunda temporada iba por el Giro d'Italia pero una semana antes lo dejó con la clavícula rota nuevamente, aunque se repuso de la mejor manera ganando el Tour de Francia, al cual llegó sin apenas competencia.
Las lesiones no lo han dejado en paz, pero tal como ganó el Tour también se repuso de la escoliosis sufrida en 2020 para ganar el Giro 2021. Cada que ha tenido un objetivo grande en la mira le ocurre algún inconveniente que le quita la opción, pero siempre ha sido recompensado con algo más grande. Todos esperan a "la Bestia" de regreso a lo más alto, y confían en su recuperación del grave accidente que sufrió y hasta sus rivales le desean lo mejor para que siga en el camino de ser el gran ciclista que apunta a marcar una época.
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