‘El Pibe’, la leyenda del fútbol, que yo conocí

‘El Pibe’, la leyenda del fútbol, que yo conocí

A Valderrama nunca le importó su fama para ser todo un profesional dentro y fuera de la cancha. Ahora lo quieren en el Congreso, pero dijo que no.

Por: Pacho Escobar
noviembre 29, 2013
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‘El Pibe’, la leyenda del fútbol, que yo conocí
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Pacho Escobar, 'El Pibe' y Hugo Vélez

Popayán, domingo 18 de mayo de 2008, diez de la mañana. Andaba de vacaciones en casa de mamá, ella entra sin avisar al cuarto donde estaba dormido. Por obvias razones hace un gesto de enojo y menciona la siguiente frase:

—Esto huele a puro trago, vaguito. Oye, que allá abajo dizque te necesita ‘El Pibe’  Valderrama.

Sinceramente yo pensé que seguía dentro de una ensoñación ligeramente etílica por la parranda del día anterior.  Sin embargo, con el azote de la puerta metí un brinco y salí en calzoncillos al balcón para confirmar lo que acababa de escuchar.

Mi vieja no estaba bromeando. Al salir, un carro color gris perla se encontraba estacionado en la acera de mi casa dejando asomar la melena monanegra del personaje más conocido que tiene el país del sagrado corazón.

—Pana, apúrale. Pónete algo rápido y bajá tu cámara para que nos tomés las fotos con ‘El Pibe’  —dijo de pronto, desde el asiento del piloto, Hugo Vélez.

Para resumir un poco mi buena suerte, todo sucedió porque una de las personas encargadas de recoger al ‘Pibe’ para trasladarlo del hotel hacia el estadio Ciro López de Popayán, era Hugo; uno de los futbolistas más espectaculares que he visto en toda mi vida, ni Messi jugaba tanto fútbol como lo hacía ‘el enano’.

Hugo Fernando Vélez fue goleador de un Pony Fútbol en 1992. Así mismo, en el mundialito de USA 94’ la marca Reebok lo premió como el mejor jugador del torneo. A los trece años salió a jugar en las divisiones inferiores del Atlético Nacional, después lo compró el América de Cali. Hugo tenía tanto carisma y tanta chispa que jugadores del equipo profesional de aquel rojo de los noventa se lo llevaban para sus fiestas. En el torneo de Primera C de 1997 lo hizo tan bien que lo compró el equipo profesional Deportes Tolima. Con 17 años, un sueldo espumoso y en aquel calor de Ibagué, Hugo se convirtió en un rompecorazones de muchas fans del equipo. Le gustaba tanto la calle que junto a Ricardo Ciciliano desprendían la ventana para volarse a tomar cerveza. La carrera de Hugo finalizó en Millonarios, donde alcanzó a jugar un par de partidos en el torneo Profesional. Desafortunadamente, Vélez fue uno de esos tantos fenómenos del fútbol que desaprovechó su talento por la delicia de las mujeres, el trago y la fiesta.

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Andrés Pérez, excapitán de Millonarios decía que Hugo era el mejor nueve que tenía Colombia, pero su rebeldía no lo dejó llegar más lejos

Para muestra un botón. Resulta que el día anterior me encontré con Hugo en una discoteca. Palabras más palabras menos me contó que estaba en Popayán para organizar un encuentro futbolístico con algunas figuras de nuestra vieja selección Colombia, uno de los invitados era Carlos Alberto ‘El Pibe’ Valderrama. El único jugador colombiano que ha llevado la cinta de capitán en tres mundiales de fútbol. La estampilla del país ante el planeta. Un hombre que jamás causó un escándalo ni dentro ni fuera de la cancha. Una institución.

Inmediatamente regañé a Hugo por estar bebiendo alcohol antes de jugar un partido con semejante eminencia. Pero mis regaños, como los muchos que le metieron en toda su carrera deportiva, no sirvieron de nada y al contrario ameritaron otra botella de Old Parr. En medio del goce le pregunté por los otros amigos que jugarían el partido. Entonces me contó que también iba a estar Héctor Fabio Luna, a quién cariñosamente desde niños llamábamos  ‘Matute. Un jugador que fue la antítesis de Hugo: responsable, dedicado, poco rumbero.

‘Matute’ pasó por todas las divisiones inferiores del América, incluso, un par de temporadas fue el capitán de su Primera C. Allí comandó un equipo donde estaban Fabián Vargas, Kilian Virviescas, Jhon Viafara, Mauricio Romero, Robinzón Zapata, Andrés Pérez y Johnnier Montaño. La joya de la corona en el América era Héctor Fabio Luna Bonilla, ‘Matute’. En 1998 salió de goleador nacional en Primera C, fue figura en los torneos internacionales de Japón y Perú. Su debut como profesional lo hizo en el equipo escarlata en el año 1999 donde se coronó campeón de la copa Merconorte. Su brillante carrera se empezó a opacar cuando tuvo una lesión en el nervió ciático. A punta de terapias, entrega y sacrificio logró sostenerse vistiendo las camisetas del Deportes Quindío, Seguros la Equidad, Alianza Petrolera, Pumas de Casanare y finalizó su carrera en el Aragua de Venezuela cuando la espalda no le dio más.

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De izquierda a derecha: Mauricio Romero, Fabián Vargas, Kilian Virviescas y Héctor Fabio Luna

Aquella noche previa al partido de exhibición con ‘El Pibe’, Hugo me contó que Héctor Fabio llevaba dos semanas entrenando sin salir ni a la tienda. ‘Matute’ consideraba que era de gran responsabilidad llegar bien a ese inolvidable encuentro. La parranda para mi se alargó y de Hugo no supe más. Cuando llegué a casa, mi mamá se estaba alistando para salir a misa de seis. Obvio no me dejé ver para que no me diera cantaleta y me acosté a dormir olvidando por completo la cita de reportería que tenía horas mas tarde.

En los camerinos del estadio, Hugo al igual que ‘El Pibe’, no hizo tanta parafernalia a la hora de cambiarse. Es más, ninguno de los dos -como los demás jugadores- se  puso canilleras ni vendas para los tobillos. Mientras tanto, el aplicado ‘Matute’ se ajustaba toda la indumentaria y brillaba sus guayos. Por su gran aspecto, parecía mas bien a Cristiano Ronaldo preparándose para un comercial de Nike.

Empezó el partido. ‘El Pibe’ caminando la cancha deleitaba con su hermoso fútbol a todos los que estábamos en el estadio. A los 20 minutos del primer tiempo nuestro ‘diez eterno’ le hizo un pase de antología a Hugo, éste la alcanzó, enganchó y anotó un hermoso gol.

En el segundo tiempo Hugo se quedó en la banca y yo le pregunté por qué no jugaba más sí era quien mejor lo estaba haciendo, su repentismo como siempre fue contundente:

—Pana, yo ya hice mi gol. Que se revienten los otros —y con risas remató — además creo que me le estoy robando el show al “mono”.

Lastimosamente ‘Matute’ no logró anotar ningún tanto y pese cuidarse toda la semana, salió lesionado en el segundo tiempo.

Al finalizar el partido, cuando todos se cambiaban en el camerino, ‘El Pibe’ lanzó la siguiente frase:

—Eche’ mi hermano ¿quién putas es el del tufo, brother?

A lo que Hugo y yo respondimos en coro:

—¡Matute, es Matute!

 

Por @PachoEscobar

 

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