De guaqueros a joyeros: la familia detrás de la Galería Cano

De guaqueros a joyeros: la familia detrás de la Galería Cano

Los Cano empezaron sacando piezas precolombinas de cementerios indígenas y luego abrieron el camino para producir réplicas perfectas en oro y cobre

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octubre 31, 2020
De guaqueros a joyeros: la familia detrás de la Galería Cano

El trabajo orfebre de las culturas precolombinas empezó a ser visibilizado a finales del siglo XIX cuando Nemesio Cano, un empedrador de calles en Salamina, Caldas, encontró una guaca indígena de 16 libras. Este hallazgo encendió su interés y pasión por la búsqueda y recolección de estos tesoros, pero no solo a él sino a las siguientes 5 generaciones de su familia.

Tres generaciones de guaqueros: Nemesio, José y Guillermo

Al principio fueron sus hijos José y Félix quienes continuaron en la búsqueda y se hicieron guaqueros junto a Nemesio; ambos terminaron recolectando miles de piezas que luego vendieron al Banco de la República, esta colección sería más tarde una tercera parte de toda la colección del  del Museo del Oro.

José Cano, quizá el más entusiasta, fue uno de los primeros en empezar a vender algunas piezas a familias pudientes de Manizales y Medellín que empezaban a coleccionar objetos precolombinos. Después de que nació su hijo Guillermo, José decidió dedicarse de lleno a la guaquería. Fue en esta época que José recolectaría muchas de las piezas que hoy guarda el Museo del Oro.

Guillermo se crió entonces junto a sus tías, aprendiendo todo sobre ganadería junto a la familia Jaramillo Montoya, una importante familia de La Virginia Caldas que durante varios años se encargó de que nada le hiciera falta a Guillermo y trabajando con ellos empezó a ganarse la vida.  Trabajó como carnicero, parcelador y liquidador; y en los 60’s decidió buscar suerte en la fábrica de Triplex Pizano de Barranquilla, en donde empezó como muchacho del servicio y terminó como gerente de planta.

Mientras Guillermo trabajaba en la fábrica, su esposa Doris Barón lo convenció de que se reencontrara con su padre que vivía en una finca en Restrepo – Valle. Después de esa visita, al poco tiempo Guillermo ya estaba buscando guacas junto a José en lugares como La Sierra Nevada de Santa Marta, el Sinú o Calima. Desde ese momento, junto a su esposa empezaron su propio proyecto: Galería Cano.

“(…) 10,000 piezas de oro precolombino vendidas a El Banco de la República.” Foto por: lacano.cr

La Galería inició en un local pequeño del edificio Bavaria en Bogotá en los años 60’s, pero solo ocho años después Doris Barón empezó a hacer reproducciones comerciales de las piezas que habían fascinado desde siempre a la familia Cano; aquí nace su primera boutique de joyería en Bogotá.

Para los 70’s Guillermo ya contaba con una colección privada de piezas precolombianas con cerca 4,000 piezas de cerámica y más de 50,000 piedras talladas. Su trabajo como galería para divulgar el patrimonio nacional se mantuvo también durante toda la década, en la que lograron hacer la colección “De la tierra de El Dorado" con la National Geographic (1973); y llevar las piezas al Metropolitan Museum Shop en Nueva York (1979).

Foto por: canojewerly.com

Guillermo Cano murió en el 2017 luego de una carrera profesional memorable en la que fue nombrado Miembro Honorario de Oro de la National Geographic Society (1987) y logró llevar la joyería precolombina a rincones de todo el mundo.

En el 2016 y a pesar de un éxito comercial la Galeria Cano decreta su liquidación por parte de la SuperIntendecia de Sociedades luego de encontrar un patrimonio negativo de $1.266 millones.

Joyería Cano hoy

Las riendas de la empresa y la herencia familiar las tomó en el 2018 uno de los nietos de Guillermo Cano: Eduardo Cano, hijo del joyero Luis Alberto Cano, presidente y quien le da nombre a la marca, conocida como L.A Cano. Eduardo fue su CEO con 27 años y encaró el reto de continuar el legado de su familia junto a Paula Mendoza una de las joyeras y diseñadoras colombianas más exitosas del país en el momento.

Durante un año y medio Paula Mendoza una de las joyeras y diseñadoras  colombianas más exitosas del país fue su directora creativa, quien dandole un aire fresco a la marca logró hacer tres colecciones distintas: se despidió con “Tayrona” en octubre del 2019 en París y fue la apuesta de L.A Cano para la temporada Primavera-Verano de 2020.

 

Colección Tayrona. Foto por @canojewerly

La Joyería Cano actualmene tiene en su archivo cerca de 7.000 moldes de piezas de 12 comunidades indígenas de todo el país y cuentan con los derechos exclusivos para reproducir las piezas que guarda el Museo del Oro en Bogotá. Actualmente L.A Cano tiene puntos de venta en Bogotá y sus piezas se venden en países como Costa Rica, Francia, Estados Unidos y México. En su tienda virtual se pueden encontrar desde anillos de $196,000 COP (Bolivar ring) hasta brazaletes de $3’588.000 COP (Nariguera XL Necklace).

La elaboración de las piezas conserva las mismas técnicas milenarias bajo el famoso proceso de la cera perdida y técnicas como el martilleo o el bajo y alto relieve; que fueron usadas por las culturas precolombinas logrando hacer piezas con distintas aleaciones en las que combinan oro con cobre y zin, o cobre con baños en oro de 24 kilates que se venden en todo el mundo. Joyas con estos sorprendentes diseños precolombinos que recorren las pasarelas de moda como la Bogota Fashion Week.

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