Corregimientos, es nuestra oportunidad de modernizarnos

Corregimientos, es nuestra oportunidad de modernizarnos

Está en nuestras manos replantearnos el futuro inminente y estar mejor preparados para contingencias como la que vivimos en la actualidad

Por: Eligio Manuel Primera Julio
mayo 08, 2020
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Corregimientos, es nuestra oportunidad de modernizarnos

Se dice que cuando se presenta una crisis, de manera paralela se presentan oportunidades. Esto aplica para la actual situación que vivimos a nivel mundial y nacional por causa de la pandemia atribuida al COVID-19. Pues bien, la coyuntura actual brinda el escenario ideal para el fortalecimiento de los instrumentos de ordenamiento territorial y modernización, para que así se vayan repensando las estrategias a seguir por parte de los corregimientos para una situación similar en el futuro y para que nuestras próximas generaciones cuenten con herramientas que les permitan manejar las emergencias con mejores criterios.

Esta crisis ha permitido evidenciar la desorganización regional, particularmente en muchos municipios del país (con una evidencia concreta en municipios de la región del golfo de Morrosquillo), por razones varias, entre ellas: falta de liderazgo de nuestros gobernantes, de comunicación entre los entes territoriales, de recursos y de valores, además de muy poca humanidad (tan necesaria en esta época) y una corrupción galopante a manos llenas que juega con la necesidad de la comunidad más vulnerable.

Valiéndose de esta situación, muchos gobernantes se están aprovechando de los recursos girados para atender la emergencias para de todas las maneras posibles recuperar la inversión que hicieron en las diferentes campañas electorales. De este modo se evidencia la falta de apoyo por parte de nuestros mandatarios, que por cierto está más que documentada. Además, otros tantos creen que aún siguen en la contienda electoral, por lo que para llevar una ayuda humanitaria montan todo un circo mediático y no contentos con ello son capaces de colocarles logos políticos, nombres de funcionarios. ¡Qué egocéntricos y vanidosos son! Si tuvieran estos corregimientos una figura política (ediles o corregidores) elegida por la población no tendríamos que llegar a todos estos casos. De verdad, no hay adjetivos para catalogar la mala praxis de muchos mandatarios para hacer llegar estas ayudas a la comunidad vulnerable.

Lo anterior ha visualizado un clamor latente en muchos corregimientos que han sido olvidados durante décadas por sus cabeceras municipales y que en muchas ocasiones han optado por segregarse o intentar convertirse en municipios, pero la burocracia existente y las distintas reglamentaciones hacen casi imposible cumplir con los requisitos para tal fin. Por tal motivo, hay que buscar alternativas legislativas existentes proclives a que los pequeños territorios tengan algo de poder en las decisiones en el manejo de recursos y plan de inversión.

La normatividad correspondiente nos dan una luz de esperanza para tal fin e ir rompiendo esas cadenas y de a poco ser garantes de los recursos estatales que vialicen un mejor desarrollo para las áreas rurales, aplicando principios constitucionales (art.2, 209, CN) y los consignados en la Ley 136/94 (sobre la organización y el funcionamiento de los municipios) y en la Ley 1551/12 (sobre la modernización de la organización y el funcionamiento de los municipios). Precisamente, esta ley en su capítulo VIII (comunas y corregimientos), artículos 40 al 43, nos brinda distintas herramientas para lograr espacios de visualización ante la cabecera municipal, dotándonos de recursos y planes de inversión que generen inclusión, tema sustancial para tener territorios en paz, con cooperación horizontal e intercambiando experiencias y generando economías sólidas.

Debemos convertirnos en territorios productivos para poder ser competitivos y este es un error fundamental en los planes de ordenamiento de muchos municipios, que se olvidan de la ruralidad, que es parte esencial de sus territorios. Es que a muchos municipios en cabeza de sus autoridades se les ha olvidado su función principal, consignada en nuestra carta magna y leyes correspondientes: “El municipio es la entidad fundamental de la división política-administrativa del Estado con autonomía política, fiscal y administrativa, dentro de los límites que le señalen la Constitución y la Ley y cuya finalidad es el bienestar general y el mejoramiento de la calidad de vida de la población en su respectivo territorio”.

Sin embargo, la calidad de vida no podemos asociarla al tamaño de la población, sino al entorno de sus habitantes y su determinación al libre desarrollo y sus ganas de progreso. Por ejemplo, la población rural es cada vez más urbana y no es más que por la modernización de la misma. Por eso como corregimiento debemos adaptarnos a los tiempos, quien no lo hace desaparece y eso precisamente es lo que evidenciamos durante años. Somos invisibles antes los gobiernos de turno y eso ha de cambiar.

Los municipios tienen diferentes densidades poblacionales, lo cual requiere miradas distintas para ordenar el territorio. En consecuencia, se niegan a ver el potencial del desarrollo del campo y del sector rural, que hacemos parte fundamental de ese ordenamiento. Así mismo, por desconocer el ordenamiento productivo se deja de reconocer el potencial que hay en lo rural, otra de las tantas razones para que los corregimientos sean garantes principales de su desarrollo obvio, esto sin dejar de lado a las autoridades municipales, que al percibir la potencialidad existente pueden hacerla provechosa a través de la coordinación.

Es hora de que los corregimientos aprovechemos estas herramientas y demos ese paso: de juntas de acción comunal (JAC) a juntas de acción local (JAL), que proporcionan mejores mecanismos de control y veeduría al gobierno local. Seremos el puente entre la comunidad, el alcalde y el Concejo Municipal para solucionar los problemas del corregimiento. A través de la JAL promovemos reuniones con las asociaciones cívicas, profesionales, comunitarias, sindicales, juveniles y benéficas, entre otras, para consultar prioridad de la inversión o ejecución de obras públicas en la población, garantes de nuestro desarrollo. De tal forma, dejaremos a un lado el olvido municipal que cada cuatrienio se afianza más. Está en nuestras manos replantearnos el futuro inminente y estar mejor preparados para contingencias como la que vivimos en la actualidad.

Aquel que no se adapta tiende a desaparecer.

En honor a Palo Alto Sucre.

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