Confinamiento general, selectivo estricto o cuasi estricto: ¿es lo único?, ¿es lo mejor?

Confinamiento general, selectivo estricto o cuasi estricto: ¿es lo único?, ¿es lo mejor?

En los alrededores de la fiesta nacional del 20 de julio, el país vive una situación de calamidad pública sin precedentes por cuenta del coronavirus. ¿Qué hacer?

Por: Jorge Martin Rodríguez Hernández *
julio 21, 2020
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Confinamiento general, selectivo estricto o cuasi estricto: ¿es lo único?, ¿es lo mejor?
Foto: Leonel Cordero

Al 19 de julio de 2020, según datos de la Universidad John Hopkins de los Estados Unidos, el mundo registra cerca de 14,5 millones de casos positivos de COVID-19, donde la región de las Américas (Estados Unidos junto con América Latina) está generando cerca de un millón de casos nuevos de COVID-19 por semana. Colombia hace varias semanas pasó a China. Actualmente, ocupamos el décimo octavo lugar, superando los 200.000 casos.

Ante la ausencia de una medida no farmacológica en el presente (no hay un medicamento efectivo o seguro, ni una vacuna que prevenga la aparición del evento), son varias las alternativas que en el presente se están implementando para disminuir la velocidad de aparición de nuevos casos.

Varios países a nivel mundial han aplicado diferentes estrategias de fortalecimiento de los sistemas de salud donde los procesos de atención primaria y comunitaria tienen una gran inversión de recursos, es decir, han comprendido que es necesario cambiar el foco en el enfoque clínico, medicalizado u hospitalario debido a que las UCI son el medio para controlar y contener a las personas agudamente enfermas, lo que hay es que prevenir y evitar que se presenten muchos casos o que se hospitalicen o se compliquen, como desafortunadamente está ocurriendo en nuestro país.

Son claros los ejemplos que otros sistemas de salud en el mundo se han fortalecido en diagnóstico, detección, aislamiento y atención oportuna a los casos sospechosos y seguimiento de contactos. Esos países se han dedicado a fortalecer sus sistemas de vigilancia epidemiológica, con la toma de muestras moleculares de forma masiva, aislamiento de los casos, generación de procesos de seguimiento y monitoreo estrecho que ha llevado a mitigar el problema a nivel comunitario.

En ese contexto es importante resaltar que el Ministerio de Salud ha diseñado e implementado una estrategia, de forma no generalizada, con esos parámetros, la han llamado PRASS (Pruebas, Rastreo, Aislamiento Sectorial y Selectivo). Sería ideal que cientos de miles de recursos se orientaran a nivel general o a todo el país para que estas acciones logren controlar y mitigar la presencia de nuevos brotes. Lo anterior es concordante con lo planteado hace varias semanas por varios académicos y por el actual director general de la OMS: se requieren realizar más pruebas, muchas pruebas, para detectar los brotes, atenderlos de forma oportuna, identificar los contactos, asegurar procesos de aislamiento preventivo, promover acciones de protección personal, distanciamiento social, realizar procesos de seguimiento para evitar que los casos se diseminen como hasta ahora está ocurriendo.

En ese orden de ideas investigadores en China recientemente realizaron una publicación en la cual manifestaron que la historia clínica y epidemiológica de cada paciente debe investigarse en detalle, debido a que las personas asintomáticas (un gran problema de esta pandemia), y por supuesto los contactos, deben identificarse tan rápidamente como sea posible, para controlar y evitar que sigan diseminando la enfermedad. Aseveran que en aquellos lugares donde se realiza de forma eficiente los procesos de seguimiento y aislamiento de contactos es suficiente para controlar un nuevo brote en al menos tres meses. Adicionalmente enfatizan que en los sitios donde exista alto riesgo de contagio es necesario aplicar además de las medidas de distanciamiento social, medidas de aislamiento o confinamiento para bajar la velocidad de transmisión del evento.

Las acciones de promoción del lavado de manos, del distanciamiento social, del uso de elementos de protección personal, del uso de los protocolos de bioseguridad en cada nuevo establecimiento comercial que se abre, son muy, pero muy importantes; no obstante, son insuficientes para el abordaje de una pandemia como la que estamos viviendo los colombianos en el presente.

El INS ha reportado un valor Rt (Número básico de reproducción o de transmisibilidad del evento) entre 1,1 a 1,3 en diferentes lugares del país, es decir que un enfermo, en promedio puede infectar a 1,2 personas, es decir si hay 5.000 enfermos un día, potencialmente estos pueden infectar a 6.000 personas de COVID-19, y así sucesivamente. Es lo que se está viendo en el país, los enfermos que no están aislados o los asintomáticos, pueden diariamente, por la interacción social voluntaria o involuntaria, infectar de forma continua y progresiva a cientos de colombianos susceptibles, con los riesgos que esto implica y que ha llevado al sistema de salud a punto del colapso.

Por lo anterior, es prioritario, además de ser un clamor de las sociedades científicas del gremio médico, implementar una medida de confinamiento generalizada, la cual comprenda al menos el 100% de los municipios donde hay casos de COVID-19 activos; puede ser una medida de confinamiento estricto o cuasi estricto. En el primer escenario se deben limitar las aglomeraciones a toda costa, controlar la entrada a lugares públicos (bancos, notarias, centros comerciales, almacenes de grandes superficies, entre otros, complementada con medidas de pico y cédula, y/o género), esto con toda seguridad ayudaría a disminuir la velocidad de contagio. En el segundo escenario, se podría permitir transitar en espacios públicos para actividad física al aire libre. En este contexto, es imprescindible, aplicar las lecciones aprendidas hasta ahora para apoyar de forma efectiva y eficiente a las personas vulnerables para que estos puedan soportar su canasta familiar, servicios públicos o arriendos.

Por supuesto, no sería una cuarentena permanente. Es ser consecuentes con lo que desde presidencia se había mencionado meses atrás, llamado en ese entonces como mecanismo de acordeón: cerrar un par de semanas, abrir un poco, cerrar nuevamente, abrir y monitorear con indicadores clínicos y epidemiológicos, permitiendo recuperación del sistema de salud, y al abrir, supervisar la apertura de algunos sectores económicos con todas las precauciones. Evitemos, como sociedad, muertes innecesarias y que el sistema de salud colapse.

* MD, MSc, FETP PhD en Epidemiología. Profesor Investigador del Instituto de Salud Pública - Universidad Javeriana.

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