Confesiones ateas: sobre lo que podríamos ser

Confesiones ateas: sobre lo que podríamos ser

Si no hubiera vivido lo que viví como cotero, zapatero, vendedor ambulante, etc. hoy no estaría escribiendo esto. Todo es cuestión de oportunidades.

Por: Hernando Copete Ortiz
noviembre 09, 2021
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Confesiones ateas: sobre lo que podríamos ser
Foto: Pixabay

La relación de estos tres conceptos o ideas que expresan estas palabras, siempre han estado asociadas a mi vida. Hoy las quiero dar a conocer con el fin de no dejarnos dominar, manipular o coaccionar, por una manada de politiqueros que por lo único que luchan es por el beneficio personal y familiar y entre ellos se muestran como “enemigos”. Pero en última instancia es una técnica para cuidarse y repartirse el poder y sus beneficios de toda índole. Los partidos políticos son un sofisma de distracción (la política es dinámica); no importa la ideología, lo que importa es el tirano, que se hace visibilizar como líder, dios, salvador.

Nací en una familia humilde, que, hacia el interior de ella, lo único que teníamos como medios de subsistencia, eran nuestras capacidades (intelectuales, físicas, morales), en potencia y por desarrollar, materializar. De igual forma contábamos con los ingresos por trabajo, en una fábrica de cristalería, en Zipaquirá (mi padre) y una empleada de servicio doméstico que terminó siendo auxiliar de técnicos en radiología (mi madre). Juntos fueron ejemplo de vida, amor, ética, honestidad y respeto.

Mi madre, para mí, mi verdadero Dios (soy ateo), me hizo a su imagen y semejanza. Me mostró que el potencial humano (texto), puede llegar a ser, lo que quiere, desea, anhela, proyecta. Ella termino, como lo dije más arriba, siendo auxiliar de radiología y a veces me explicaba la información que veía dentro de una radiografía por sus colores, blancos, grises, negros.

Aquí se hace relevante el contexto, sino hubiese sido por dos grandes doctores de la radiología y su altruismo (Dr. Jorge Ceballos y Dr. Humberto Barón) que le dieron la oportunidad, para que ese potencial, se hubiese hecho un acto; de lo contrario habría terminado su vida en ese empleo y no quiero, con esta expresión, desacreditar o devaluar, esta actividad, pues sin este cargo no hubiésemos comido y habitado en arriendo. En pocas palabras, los potenciales humanos, naturales y de los seres vivos, sin un excelente contexto, los lleva a su desaparición, degradación o descalificación.

Potencia (su equivalente es texto), desde la filosofía (Aristóteles) es definida como la capacidad o poder de ser, en el futuro; en oposición al concepto de acto, que es el ser actual, la realidad del ser. Esta relación dialéctica, lo que nos quiere explicar es que toda potencia se convierte en acto. A lo anterior se le debe adicionar, que, para ese logro, deben existir unas condiciones externas (contexto) que funcionan como un catalizador, que acelera o retarda la materialización de la acción.

Otra forma para entender estos conceptos, es concebir que el ser en potencia es un conjunto de capacidades o posibilidades de la sustancia, para llegar a ser algo distinto de lo que se es. (Acto = lo que es; Potencia = Lo que puede llegar a ser).

Lo anterior nos lleva a interrogarnos ¿cómo es producida y potenciada, en la sociedad, la persona social? ¿Cuáles son las aportaciones de los sistemas organizacionales del Estado para que esos potenciales no se pierdan?

Negar la potencia, como lo diría August Thalheimer es la desviación anarquista de la dialéctica; es decir, negar su contexto de manera que no se pueda desarrollar. La otra forma de desviación es la “oportunista”, que simplemente es hacer caso omiso al contexto, no proponerlo o señalar otro, que no es el más efectivo o el requerido y necesario, para que la potencia, se convierta en un acto.

Ejemplo una semilla (potencia-texto) enterrada en su tierra fértil (contexto) lo que se busca es que germine (acto); que sea un árbol frutal, floral, o simplemente una planta alimenticia. Si se desea que ese potencial muera, se aniquile o permanezca en ese estado (no prospere), lo que se elabora es una primera negación, que es destruir la semilla; es aniquilar su potencia (texto). Si lo que se busca es un engaño, se recurre a una segunda negación, que consiste brindar un falso contexto, en consecuencia, la semilla, se entierra, pero en un terreno, no adecuado, bajo cemento.

Lo escrito hasta el momento nos lleva a preguntarnos: ¿La paloma volaría mejor en el vacío? ¿Puede existir el pensamiento sin materia? ¿Un huevo puede ser un pollo, con el calor que produce un gato u otra especie de animal que no sea la gallina? ¿Un ciudadano, del común, es un ser social, dentro de un escenario donde no se le brindad todas las condiciones de vida digna? Si le digo a una persona que lo espero en el banco, ¿me entenderá?

En consecuencia, el texto[1], sin contexto[2] es un pretexto[3]. Con ello quiero señalar que los politiqueros en Colombia, es decir esos personajes que buscan el “poder sobre”[4] siempre expresan, en sus discursos, que van a dar las soluciones a las problemáticas sociales, pero jamás plantean su procedimiento (modo), es decir el contexto. Solo señalan el posible acto del potencial. No es otra cosa que, cambiar la realidad a futuro por una ilusión (ausencia de la existencia física), que se le introyecta en las mentes de la comunidad, en forma de imaginación o creencia. No es otra cosa que la segunda negación, de la que hablamos más arriba.

En nuestro país, los niños, niñas y adolescentes, se encuentran en contextos donde el índice de pobreza humana (IPH), caracterizado por el bajo o nulo acceso a la salud, educación, trabajo, condiciones de la vivienda, servicios públicos domiciliarios; son contextos que los hacen más vulnerables (matan sus potencialidades). Estos indicadores de pobreza, se fortalecen, con la estructura de familias disfuncionales, ausencia de seguridad y justicia por parte del estado y sus diferentes formas de corrupción.

Después de esto se preguntan, ¿por qué hay tantos hechos antisociales (atracos, hurtos, estafas, engaños, etc.), indisciplina social (ley del más vivo, anomia), perdida de conciencia político-social, falsas ideologías, desconfianza, paranoia social, deshonestidad, ignorancia, reclutamiento ilícito, drogadicción, corrupción, etc.?

En este orden de ideas podemos entender, que la dignidad humana (texto) es pisoteada, cuando las personas no pueden acceder a una verdadera justicia y ser parte del capital social (contexto). En otras palabras, lo que se está señalando, es por una parte la inseguridad jurídica, tal como lo revela el doctor José Gregorio Hernández[5]; y por el otro, la inestabilidad de las relaciones de confianza, reciprocidad y cooperación.

Simplemente es la exclusión del ser humano, en la participación dentro del conjunto de la sociedad. No existe la relación intergrupal, que apunte a fortalecer la vida (salud), convivencia, trabajo, justicia, igualdad, conocimiento, vivienda, libertad, paz. Se les impide construir el contexto o se les niega..

Uno forma de engañar a la población es invitarlos a las reuniones comunitarias o asociativas, para escuchar sus necesidades y problemáticas (evaluación de los problemas), con el fin de encontrar una solución, en el lugar donde han aparecido. Tales reuniones han sido denominadas “consultas populares”, “encuentros ciudadanos”; que, en última instancia, la integración del individuo con la institucionalidad pública es una farsa. Lo malo de ello, es que las decisiones populares no son tenidas en cuenta (el contexto que se desea), es un “canto a la bandera”.

Por ello la ignorancia o restricción al acceso de la información real, para el ciudadano; es fundamental, para los grupos políticos. Bien lo decía Sigmund Freud, en la psicología de las masas: “cuanto menos sabemos del pasado y del presente, tanto más inseguro habrá de ser nuestro juicio sobre el porvenir”. Estos destinos futuros son impuestos. La influencia sugestiva, es ejercida por el líder, caudillo, orador, pastor y entre cada uno de los miembros de la masa, emerge la sugestión recíproca.

“Colombia es, según la Constitución de 1991, un Estado Social de Derecho, en el cual, como lo ha sostenido la Corte Constitucional, “la acción del Estado debe dirigirse a garantizar a los asociados condiciones de vida dignas. (...) la voluntad del Constituyente en torno al Estado no se reduce a exigir de éste que no interfiera o recorte las libertades de las personas, sino que también exige que se ponga en movimiento para contrarrestar las desigualdades sociales existentes y para ofrecerle a todos las oportunidades necesarias para desarrollar sus aptitudes y para superar los apremios materiales” (Sentencia SU-747/98)”[6].  Además, expresa: “y su actividad debe estar orientada a satisfacer de verdad los derechos, las necesidades y aspiraciones de las personas y familias y de la sociedad en su conjunto”.

Lo arriba expuesto, lo fortalece la constitución así: “El artículo 13 de la Constitución consagra el principio de igualdad real y material, y ordena al Estado promover “las condiciones para que la igualdad sea real y efectiva y adoptará medidas en favor de grupos discriminados o marginados”.” Y lo enriquece así: “Esto no es demagogia, ni populismo, ni comunismo, sino el propósito democrático de un Estado Social de Derecho. Ni se trata de dádivas, regalos o limosnas que el Estado entrega con fines políticos, …”.

Para terminar, si los radiólogos, de los que hablé al comienzo, no me hubieran pagado mis estudios de bachillerato, gracia al buen trabajo de mi madre (premiada), los ingresos familiares nunca podrían haber pagado las mensualidades escolares. Mi contexto social, como el de pobreza, y los escenarios, por los que crucé, como consumo de marihuana, cotero, ayudante de zapatería, hacer conejo en las tiendas, vago, vendedor ambulante, etc. hoy no estaría escribiendo esto y talvez sería un habitante de la calle, pandillero, vicioso, delincuente o miembro de un grupo guerrillero.

Desde la psicología, en los escenarios (contextos) que mencione más arriba, mi estado psicológico, para la época, frente a la toma de decisiones, respondía a la disonancia cognitiva, pues mis pensamientos se enfrentaban armando un conflicto, entre lo racional, lo emocional y su contexto.

Pero cada uno de ellos, apuntando a satisfacer las necesidades personales y familiares, para mejorar la forma y el estilo de vida. Lo que buscaba, es como se dice popularmente, “sacar a mi familia adelante”. El problema era si lo hacía utilizando herramientas legales o ilegales.

A lo anterior se sumaba la desesperanza aprendida, pues por más que se quería hacer algo bueno, las condiciones (contexto) no lo permitían. Pero mi madre, se encargo de materializar ese contexto, adecuado y oportuno.

Los modelos sociales en las zonas de convivencia, sumado la desesperanza aprendida, sustentada en que “Usted por sus condiciones jamás llegará a ser lo que quiere”. Y a famosos dichos como: “Aquí vino fue hacer caso”. No penetraron ni se acomodaron en mi conciencia.

Me le “colé” a la Universidad de los Andes (psicología), gracias a un préstamo del antiguo Banco de Colombia; estuve en la Universidad Nacional de Colombia (especialización estadística), en la Escuela Superior de Administración Pública (especialización en Derechos Humanos), en la escuela de Policía General Santander (administrador policial) y en la Universidad Cooperativa de Colombia (sociología).

[1] Significado del mundo sensible. Representaciones, potencia del ser u objeto

[2] Es el contenido, todo lo que rodea al texto. Circunstancias de tiempo. modo y lugar

[3] Razón o argumento que se da para justificar una acción o para explicar por qué no se realizó

[4] Es un poder de dominación, donde se anula la propia iniciativa o voluntad (Clarence Stone – 1989)

[5] El difícil acceso a la justicia | El Nuevo Siglo

[6] José Gregorio Hernández. El Nuevo Siglo. El Estado Social Efectivo. Agosto 10 de 2021

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