Con riesgos, ¡ni riesgo!
Opinión

Con riesgos, ¡ni riesgo!

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mayo 15, 2015
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Las noticias de la Habana son de todo tipo, algunas esperanzadoras y otras, por el contrario frustrantes. Que se hayan reunido Timochenko y Gabino, los máximos dirigentes de las Farc y el ELN, es sin duda un hecho positivo porque en Cuba están los gobiernos garantes para vigilar las conversaciones y de seguro no habrían acolitado una reunión para desarrollar estrategias de guerra, sino para hablar de paz.

Unificar la agenda de la paz es importante para acelerar los procesos, tanto elenos como farcos deben comprometerse en la búsqueda de acuerdos para no desgastarnos en constituyentes, indultos y otras medidas con cada grupo insurgente que decida por fin dejar las armas. O, lo peor es que se hiciera la paz con las Farc y el ELN entrara a ocupar su espacio y sus territorios.

No hay que temerle a que entre ellos hablen. Así como es importante que en el establecimiento se logren acuerdos entre las distintas corrientes políticas, lo es que los alzados en armas unifiquen sus pretensiones de cambio y de reinserción para que la paz sea sostenible.

También suena interesante que Estados Unidos abra posibilidades de repatriar a Ricardo Palmera, alias Simón Trinidad. Eso significa que estaría asumiendo su cuota parte en la responsabilidad del narcotráfico y aportando soluciones reales a un proceso del que no puede lavarse las manos. Es bueno recordar que Palmera no está allá pagando crímenes o delitos contra Colombia y su gente, sino delitos contra los intereses norteamericanos.

Corresponsabilidad es la palabra que parece abrirse paso con una liberación como la de Simón Trinidad. Al fin y al cabo nuestro conflicto interno está alimentado por los cultivos de uso ilícito para suministrar cocaína, heroína y marihuana a consumidores externos y por los recursos del plan Colombia que no fueron propiamente utilizados para el desarrollo económico sino para la guerra.

Parar la aspersión con glifosato es otra buena noticia que, así el gobierno no lo reconozca, está directamente relacionada con las conversaciones. Más demoró el Presidente en anunciar la suspensión del uso de este químico, que la cúpula de las Farc en aplaudir la decisión. Es una buena noticia para el medio ambiente, para la salud de la gente en zonas de cultivos ilícitos y para desescalar el conflicto, si de verdad se proponen aumentar acciones de sustitución por otras vías, como el desarrollo agrícola alternativo.

Ahora, lo que no es buena noticia es la que nos comunicó Pastor Alape, desde La Habana. Dijo que los dirigentes de las Farc no van a venir a participar en los procesos de desminado porque, según él, correrían muchos riesgos. Y ¿no los corren todos los días las gentes en el campo, los niños y niñas que tienen que atravesar sembrados de minas, los soldados y policías que pierden sus miembros o sus vidas por esos artefactos malignos que la guerra ha dejado como única herencia?

Claro que el riesgo está ahí presente y es precisamente por eso que las Farc deben correrlo a la par con el gobierno, porque ellos lo crearon. Es muy cómodo ordenar el desminado a otros, sean humildes campesinos, soldados o militantes de base, pero qué difícil es enfrentar en carne propia los riesgos.

Y otra noticia que no cae bien, es la propuesta de que se les compute el tiempo que llevan en las conversaciones como parte de una posible pena alternativa por los delitos cometidos. Esta propuesta salió no se sabe bien de dónde pero llegó en un momento un tanto inoportuno. Es que estas dos últimas noticias dejan la impresión de que la dirigencia guerrillera estuviera diciendo que si la paz tiene riesgos, ¡ni de riesgos ellos va a correrlos!

www.margaritalondono.com

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