Después de una agitada jornada, marcada por el paro de docentes (bien justificado, por cierto, pero muy mal implementado), me pregunto, como hago habitualmente: ¿este es el país en el que quiero pasar el resto de mis días?
Lo digo porque acá en Colombia todo va patas arriba. Los derechos fundamentales de los ciudadanos se han convertido en lujos carísimos que solo unos pocos se pueden costear. Por ejemplo, la educación: si quieres una educación de calidad olvídate de una vez de las instituciones públicas, marcadas por constantes paros, protestas airadas tachonadas de bombas molotov y gases lacrimógenos, y de metodologías insulsas que apelan a la tradición más platónica del término "academia". Parece ser que para los distintos ministros de educación de turno la "educación de calidad" consiste en apilar a 40 estudiantes (cual ganado se tratase) en salones estrechos, a cargo de docentes mal pagos, con pedagogías arcaicas y anacrónicas. ¿Y dónde queda la creatividad, la iniciativa, la curiosidad, el pensamiento crítico y propositivo, todas cualidades fundamentales para formar ciudadanos de provecho que tanto necesita una sociedad tan enferma como la colombiana?
Mirando el otro día un "catálogo de precios" de los semestres de las distintas carreras de una universidad de prestigio, de cuyo nombre no quiero acordarme, casi me da un episodio depresivo: semestres que cuestan diez millones de pesos o más... ¿Por qué tan caro?, ¿acaso el nombre de la universidad garantiza un puesto bien pago, una posición de estatus quizás? No. Como leí por ahí, graduarte de una universidad costosa lo único que dice es cuánto has malgastado, tanto de tu tiempo como de tu dinero, por conseguir un diploma que solo te va a servir como un lindo recordatorio de una época en la que eras joven y no tenías que preocuparte por pagar ni un solo recibo.
La educación es un DERECHO, uno bien fundamental por cierto. Un país que no se educa está condenado al fracaso. Pero, ¿en Colombia cómo vas a educarte cuando debes pagar diez millones de pesos por SOLO un semestre? Además, las carreras universitarias por lo general no son bien remuneradas y están plagadas de frustraciones absurdas. Al final, resulta que tienes más preparación que tu jefe, pero debes obedecer (a la morsa... perdón) al susodicho si no quieres perder tu empleo, aunque lo que te pidan sea una quimera y tengas mejores maneras de hacer las cosas bajo tu manga...
Si el Estado no fuese tan corrupto a lo mejor todo lo que pagamos en impuestos se pudiera administrar correctamente para que los jóvenes de hoy y de mañana tengan el derecho a educarse y a ser mejores personas que las generaciones precedentes. ¿En qué me baso para decir esto? Pues en que en este preciso momento existen países donde la educación es completamente gratuita. SÍ, la educación, desde párvulos hasta la universitaria, es costeada totalmente por el Estado. Claro que eso funciona en países serios, donde la corrupción se limita a grupos criminales clandestinos, y no es la impronta cultural de una Nación.
A lo mejor por eso protestan los docentes, por tener condiciones dignas de trabajo, donde los que detentan el poder dejen de robarse la plata y empiecen a poner en práctica esas lecciones costosísimas en Harvard, en las que supuestamente las prácticas administrativas debieran manejarse con un poco de ética y de sentido común. Ya el tiempo lo dirá...
