Los deportes en gran medida son el reflejo de los países y sus ciudadanos. No en vano entre Estados Unidos (17), la extinta Unión Soviética (6) y ahora China (1) han ganado la mayoría de juegos olímpicos. Este dominio en las justas orbitales solo refleja el poderío que estas tres potencias ejercen o ejercieron sobre el mundo y que se extiende a lo económico, la educación, la ciencia; entre otras.
Dentro de este contexto, qué significa que Colombia haya ganado sus segundos juegos bolivarianos de manera consecutiva y además, con ventaja abrumadora de medallas de oro sobre el subcampeón Venezuela.
Hagamos un poco de historia para que quienes lean puedan también sacar conclusiones al respecto. Los primeros juegos bolivarianos se desarrollaron en Bogotá y arrojaron como ganador a la delegación peruana, con un total de 26 medallas de oro, este país logró mantener este título durante las siguientes dos ediciones. Esta hegemonía peruana llego a su fin en los cuartos juegos celebrados en 1961 en Barranquilla en donde surgió la “potencia” de la región (Venezuela) que desde este año domino los bolivarianos de manera consecutiva en trece oportunidades y durante más de 50 años, hecho que relego a Colombia a un eterno segundo lugar.
Este abrumador dominio venezolano y que parecía producto de un hechizo, fue quebrado por la delegación colombiana en Trujillo – Perú en el año 2013 en una final de foto finish pues nuestra delegación gano por 5 medallas el honorificó primer lugar. Hasta este momento era un justo premio a una sufrida delegación que había perdido por poco y en varias oportunidades la posibilidad de ser campeón.
Sin embargo, faltarían dos hechos que motivan escribir estas letras que llaman a la reflexión. De una parte, los juegos olímpicos de Rio de Janeiro del 2016 con el famoso con el famoso 3-2-3 (oro-plata-bronce) que ubicó a nuestro país como una potencia deportiva en Latinoamérica después de los gigantes Brasil y Cuba.
El broche de oro no se haría esperar y justo llego en este 2017 con los juegos Bolivarianos que contaban con países invitados como Chile, Guatemala y Paraguay. En este escenario Colombia impuso nuevo récord de medallas de oro (213) doblando con largura a su escolta Venezuela (94). Estos resultados sorprendentes del país que evoca el nombre de Cristóbal Colon merecen un análisis detenido.
Si bien es cierto que se juntaron factores lamentables, como la desnutrición de la delegación femenina de fútbol de Venezuela denunciada por su propio técnico Kenneth Zseremeta, no es menos cierto que algo sorprendente está sucediendo con el deporte colombiano.
Señores economistas, sociólogos, psicólogos, periodistas y todas las disciplinas que estudian fenómenos sociales desde diferentes ópticas, algo está pasando en nuestro país que da resultados y que se refleja en buenos frutos, no dejemos pasar esta oportunidad para exaltar el camino que se está recorriendo y replicarlo en cada vereda del país.
