EL CINE Y SU PAPEL EN LA SOCIEDAD
El cine como medio de comunicación es un instrumento poderoso en las masas, (Villegas 1996) «un arte universal, hecho a máquina, para las masas». cuya influencia narrativa transmite realidades que ningún otro medio ha logrado. Desde el 28 de diciembre de 1895 hasta nuestros días; corrientes estéticas y argumentación en su contenido han perfeccionado la técnica convirtiéndolo en el referente audiovisual más representativo de la sociedad. En Colombia el cine es la memoria gráfica de los problemas y conflictos sociales, puesto que gran parte de las producciones nacionales tienen como temática el conflicto armado y el narcotráfico; dos flagelos que han desangrado al país por más de sesenta años.
(Soto 2014) Las imágenes guardan relaciones estrechas con los marcos sociales y temporales en donde aparecen. Nunca son independientes de los observadores. Con este planteamiento soto nos dice que para tener una relación y apropiación del significante, el producto audiovisual expuesto depende de la familiaridad, conocimiento y contexto en el que nos desenvolvemos. Las imágenes nunca están solas. Las imágenes siempre aparecen contenidas en marcos de tiempo y espacio. Y dichos marcos son los que se vuelven invisibles e incluso ajenos a la relación que establecen las imágenes y la sociedad. Es ahí donde radican las claves del desciframiento de las imágenes y no en las imágenes mismas. (Soto 2014) Por esta razón en algunos filmes, lo que para algunos países es parte de la cultura, como por ejemplo el rol de la mujer en Marruecos donde básicamente su labor es sólo la de una ama de casa, en otros países como EE.UU, esa posición es una forma de violencia de género, con respecto al papel de la mujer en el cine (Hernán 2014) La representación de la mujer en el cine ha sido estudiada por movimientos feministas, así como por estudios de género y corrientes culturales desde los años setenta hasta nuestros días. Esto nos indica cómo se involucran los problemas sociales en las producciones cinematográficas.
Tal vez los hermanos Lumière al hacer realidad el sueño de proyectar imagen y movimiento, no sabían que estaban frente a la industria cultural, herramienta de transformación de ideales y costumbres más grande de todos los tiempos o en otras palabras (Osorio 2010) El primer instinto del cine fue captar y reproducir la realidad. El consumo de cine en la sociedad, tiene una relación directa en cuanto a las nuevas transformaciones sociales de una comunidad, así mismo, los nuevos patrones de identificación cultural. (Chica 2014) Una forma de comprender la apropiación social de la modernidad cultural en los sectores populares, puede darse en el análisis del consumo del cine.
El cine colombiano es el gran narrador de los problemas internos, y para decir verdad el único medio libre de los círculos de poder que quieren hacer de la realidad nacional una ficción. (García y Ceballos 2012) En el caso de Colombia, no es gratuito ver en la pantalla cinematográfica situaciones de violencia, que muestran un país en medio de diversos grupos sociales (legales e ilegales, pacifistas y violentos) con valores que pretenden dominar. Y es así como un número significativo de largometrajes plasma el acontecer diario de nuestro país. Algunos sectores posiblemente de esa élite dominante el cine se ha convertido en un problema puesto que compañías turísticas gastan millones de dólares en campañas publicitarias cuyo fin es hacer parecer que todo marcha bien .(Rivera 2011) Nunca he entendido esa obsesión de algunas personas por proteger la imagen antes que intentar cambiar la realidad, pero lo cierto es que la idea que asocia al cine colombiano con la violencia tiene bases reales pero parte del prejuicio y del poco conocimiento que, en general, tenemos frente a nuestro cine.
Para otros el conflicto no ha sido abordado con la frecuencia que debería ser (Rivera y Ruiz 2010) a pesar de que el tema del conflicto armado es el hecho más sensible de nuestra realidad, llama la atención el hecho de que el largometraje no lo aborda con frecuencia, contrario a lo que popularmente se cree. Lo posición dada por los autores mencionados anteriormente deja claro que el conflicto como problema social ha sido abarcado y es testigo de la dura y cruel realidad que pasamos los colombianos.
El denominado séptimo arte es parte de la historia y de nuestra memoria, de ahí que (Blandon2014) no podemos cometer el error de suprimir la variante mediática cuando tratamos de estudiar el siglo XX para intentar entender el siglo XXI, debemos no solo empezar a darle relevancia a los medios masivos de información. El cine no es ajeno a esta realidad puesto que más que entretener y contar una historia, el cine es un agente denunciante que visibiliza la Colombia actual.
En conclusión podemos decir que pese a la dificultad de producir cine en este país el largometraje ha jugado un papel importante a la hora de documentar y contar y preservar la historia de Colombia especialmente a la Colombia de los últimos sesenta años, igualmente, la influencia del cine mundial a la hora de construir referentes culturales ha estado a la mano del desarrollo urbano, queda por narrar y sería interesante ver las propuesta audiovisuales de la Colombia en un posconflicto, un enlace entre el retorno del territorio abandonado producto del desplazamiento forzado y el resurgir rural, dado que todo el panorama social cambiará con un acuerdo de paz, así mismo, el cine colombiano tienen una deuda con empoderamiento de la mujer y la igualdad de género como también lo tiene con la comunidad LGBTI. Es así como en los próximos años es un sueño utilizar el cine y la industria cinematográfica como una herramienta fundamental en la educación y el desarrollo social.así mismo el cine colombiano tiene una deuda con la población infantil puesto que son muy escaso por no decír nulo los referentes audiovisuales en esa población.
