El 12 de junio del 2019 Chris Froome completaba su preparación que lo llevaría a ganar su quinto Tour, un logro que solo cuatro humanos habían conseguido. Competía en el Criterium Dauphiné y, horas previas a la contrarreloj, el británico reconocía el terreno. Descendía por una carretera cerca a Saint-André-d’Apchon en la localidad de Roanne, en pleno centro de Francia, a una velocidad de 60 km por hora cuando algo empezó a rascarle en la nariz. Obedeciendo al reflejo Froome levantó su mano para rascarse cuando una corriente de aire le hizo perder el equilibrio y terminó estrellándose contra un muro. La suerte lo salvó, había una ambulancia muy cerca del lugar y pudieron atenderlo con rapidez, sin embargo el diagnóstico no podía ser peor: se fracturó el fémur, ocho costllas, la cadera y el codo, además había perdido seis litros de sangre. En el hospital universitario de Saint-Ettiene, a donde fue operado cundía la desesperación dentro del equipo INEOS. No sólo perdían su líder de filas para competir en el Tour sino que el tiempo de reposo sería, como mínimo de seis meses. Para el Tour tenían que darle la responsabilidad de liderar al equipo al campeón de la competencia en el 2018, el británico Geraint Thomas y a la joven promesa colombiana de 22 años Egan Bernal quien, por supuesto, confirmaría todo lo bueno que decían de él.
Dentro de su cuerpo se le metió, como si fuera un cyborg, una placa de veinte centímetros para sostener su cadera derecha y unas clavijas para aguantar su codo. En su cuenta de Instagram el ciclista publicó esta foto a comienzos de diciembre del 2019 cuando le fue retirado el artefacto.
Pasaron seis meses y el INEOS preparaba en Mallorca la temporada 2020 en donde Froome pensaba igualar la marca de monstruos como Eddy Merckx de ganar su quinto Tour y de paso la medalla de oro olímpica en Tokio pero, después de varios días subido a su bicicleta, el dolor persistía y no le tocó de otra que hacerle caso a sus médicos y volverse a su casa en las afueras de Londres para descansar unos días más. La desesperación dentro del INEOS fue tanta que uno de sus directores deportivos, el italiano Dario Cioni, afirmó: "Froome ha abandonado la concentración tras dos días. No se encuentra bien. Quién sabe si se recuperará...". Es que si bien los ciclista tienen una recuperación asombrosa de lo que más les cuesta salir abantes es de lesiones en el fémur y en la cadera. En España se recuerda la desafortunada caída de Joseba Beloki, el único hombre sobre la tierra capaz de disputarle a Lance Armstrong una competencia cuando este se dopaba, en el Tour del 2003.
Ante los rumores que empezaban a circular en Europa el británico publicó este trino en su cuenta de Twitter:
Hope that I can set this straight, I was last at a training camp at the beginning of December. My recovery is going well and I will be heading to my next training camp on Thursday. Onward ?
— Chris Froome (@chrisfroome) January 5, 2020
Su optimismo no es compartido por especialistas quienes afirman que a sus 34 años es casi imposible que vuelva a competir. El único que cree es él y eso, a veces, es lo más importante para que ocurran los milagros.