Caminar en Bogotá no es tan fácil como lo pintan

Caminar en Bogotá no es tan fácil como lo pintan

Aunque el artículo 63 del Código de Tránsito les da prelación a los peatones, hay quienes imponen su posición dominante

Por: Diego Salamanca
febrero 05, 2018
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Caminar en Bogotá no es tan fácil como lo pintan

Ojalá a todos les gustara caminar. Ojalá la invitación que tuvimos en el día sin carro de este año en Bogotá para pensar en los peatones fuera algo de todos los días. Realmente no es así, pero es algo que a modo propio me gusta promover. Tal como hice hace un año, quise llegar al trabajo usando mi medio de transporte favorito: mis pies. Precisamente creo que la bici no es necesariamente el único medio sostenible para movilizarse y que la promoción de otros medios debería ser igualmente difundida. Con la idea de ilustrar qué cosas mejorar para que los peatones andemos mejor, permítanme contarles varias de las cosas con las que me encuentro en mis caminatas y que seguramente son pan de cada día para la gran mayoría de peatones.

Si uno quisiera, se podría andar por andenes amplios, adoquinados y bajo la sombra de árboles que contrarrestan el sol capitalino. Para muchas vías de la ciudad, no es el caso. Es el caso de la Calle 13 desde Puente Aranda hasta el río Bogotá, vía que debo usar constantemente por practicidad y que ha sido olvidada por todas las administraciones desde que tengo memoria. Sus andenes en mal estado lo demuestran.

La 13 es el contraejemplo perfecto para quienes hablan de las bondades del día sin carro. Los vehículos de carga pesada andan por doquier en esta vía, en competencia por quién tiene la chimenea más potente.  Son estos, y no los vehículos particulares, los mayores emisores de material particulado contaminante. Además, su amplitud y velocidad son peligro constante para otros actores que transitan por el lugar. Es un efecto perverso del decreto 520 de 2013 que acumuló a las tractomulas en esta zona de la ciudad en vez de regular su tránsito y permitir que sean vehículos más pequeños los que hagan el ingreso de carga a Bogotá.

El servicio público tampoco se salva. A diferencia de otras vías de la ciudad, donde dominan los buses azules del SITP, en la 13 debe convivir el nuevo sistema con el transporte público colectivo y los buses intermunicipales. Tanta diferencia de buses con patrones distintos de contaminación es inconveniente. Aquel peatón que debe caminar hasta un paradero y esperar allí debe respirar la brisa constante del humo de los buses que llegan y arrancan constantemente.

El día sin carro nos hace conscientes de otros problemas para los peatones. Aunque el artículo 63 del Código Nacional de Tránsito nos da prelación, hay quienes imponen su posición dominante: vehículos que no dan el paso en intersecciones no semaforizadas, motocicletas que pasan por el lado derecho de los buses cuando dejan pasajeros (sí, en ese momento somos peatones) o biciusuarios que usan andenes sin ciclorruta y prefieren ir a velocidades rápidas. Ya quisieran todos que los peatones anduviéramos tan rápido como una gacela. Pero no todos tienen las piernas como para hacerlo. Vale la pena ponernos en los zapatos del otro para entender que las ventajas de un modo de transporte hacen vulnerables al resto.

Se puede hablar de más situaciones para los peatones. El informe que publicó en 2017 el grupo de investigación Despacio menciona varios de los problemas que mencioné, pero por encima de todos ellos se afirma que el mayor problema de caminar en Bogotá es el temor a ser atracado. Por desgracia, esto demuestra que para pensar en el peatón se requieren soluciones integrales que involucren a varios sectores, entre ellos seguridad, ambiente, planeación urbana y movilidad, y no medidas tangenciales como depurar la contaminación de los vehículos particulares sin intervenir en los efectos que causan otros actores.

 A un lado, paradero promocionando el día sin carro. Al otro lado, Calle 13 a la altura de la Av Ciudad de Cali el 1 de febrero de 2018/ Fuente: Archivo personal        
Un día normal en la Calle 13 – marzo de 2017 / Fuente: Archivo personal        
 Paradero del SITP en la Calle 13 – julio de 2017 / Fuente: Archivo personal
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