El mejor registro de Camilo Romero en Antioquia, hasta el momento, es el resultado de la consulta presidencial del partido Verde en 2014, en esa consulta donde Romero alcanzó a sacar más de 700 mil votos en todo el país, Antioquia le representó cerca del 10% con 65.918 votos. En cada municipio sacó cerca del 8% de la votación y se ubicó en la segunda posición (detrás de Peñalosa que ganó la consulta). Esos resultados dan cuenta del reconocimiento que alcanzó tras su paso en el Senado y la recordación que generó su promoción de la fallida propuesta para la revocaría del Congreso (se reunieron más de un millón de firmas).
Ahora, cuando se perfila una nueva consulta en Alianza Verde, Camilo vuelve al ruedo con una propuesta de alcance nacional en torno a la defensa del medio ambiente y la vida. Antes que Claudia López con la consulta anticorrupción (que sin lugar a dudas la visibilizó a nivel nacional e internacional), Romero ya había entendido que los mecanismos de participación ciudadana pueden ser una poderosa estrategia para posicionar una agenda y consolidar un liderazgo.
Esa fue una de las propuestas que presentó en su paso en Antioquia entre el 27 y 29 de febrero. Días en los cuales participó en varios foros, conversatorios y eventos públicos donde se convocaron miles de personas con un solo propósito: escuchar a un pastuso (en sus palabras) hablando de medio ambiente, nuevas ciudadanías, gobierno abierto y la primera gran propuesta de convergencia y unidad entre los sectores alternativos de cara al 2022. Aunque se podría afirmar que Romero le madrugo (al igual que Robledo) a una aspiración presidencial, lo cierto es que el exgobernador de Nariño está más decidido a convocar sectores y enviar un mensaje de consenso que en perfilarse como protagonista en una contienda aún bastante incierta.
Romero sabe del enorme potencial de una consulta y mucho más desde un partido que las ha sabido utilizar mejor que cualquier otro (a excepción de la elección presidencial de 2018 donde cedieron a la presión de Fajardo), por eso, su gira por el país tras salir de la Gobernación es más una campaña de expectativa y un reconectarse con los sectores que se identifican con su propuesta de Nueva Ciudadanía y defensa de la vida.
Que en Antioquia la visita de Romero haya suscitada tanta expectativa y gran concurrencia (estuvo en tres subregiones: Medellín, Occidente y Oriente), es un indicador del agotamiento ciudadano con un gobierno que no gobierna y la necesidad de escuchar propuestas que le hablen al país desde un contexto alejado de la polarización y de las terribles consecuencias que ha significado ese retorno del uribismo (chuzadas, falsos positivos, empoderamiento del paramilitarismo). A diferencia de otros eventuales presidenciales, Romero si toma posición y no le tiembla la mano para cuestionar lo que considera un desgobierno y esa promesa incumplida de la paz que nunca llegó.
Sabe que Antioquia es una plaza de gran importancia en cualquier proyecto presidencial y su posición es clara: concertar una consulta amplia, plural y generosa como la mejor estrategia para que en el 2022 no nos pase lo que ya pasó en 2018. En Antioquia deja un terreno abonado para volver y seguir creciendo entre las nuevas ciudadanías; por el momento, en los tres días que estuvo de gira, se encargó de sembrar una semilla como una invitación a la unidad y la concertación.
