Cuando liberaron al Chino en 2009, el Inpec no sabía que era uno de los hombres más importantes del ELN. La Fiscalía también lo ignoró. Había sido capturado en el año 2000. Su nombre ocupó los titulares de los principales periódicos del país. Su influencia en Arauca era innegable y su nombre, Armel Augusto Robles.
Ingresó a las filas del ELN en 1986 y en su carrera mortífera se encargó de dirigir los atentados contra el oleoducto Caño-Limón-Coveñas, el Alcalde de la población vecina de Guamalito y la masacre de cuatro soldados venezolanos en Carabobo en 1995. Su influencia se sentía en esa parte de Venezuela, pero ese no era el peor crimen que tenía encima. Armel Augusto Robles fue de los mandos que ordenaron la tortura y el posterior asesinato del obispo de Arauca, Jesús Emilio Jaramillo.
No se sabía nada de él hasta que apareció en este video con un nuevo nombre, el de Carlos Villareal, contradiciendo a los más escépticos sobre la postura de Pablito, máximo comandante de esa guerrilla en Arauca y le da un espaldarazo a la negociación: