Alonso Sánchez Baute: narrativa de la marginalidad

Alonso Sánchez Baute: narrativa de la marginalidad

Es en suma una narrativa desde el dolor, desde lo visceral, pero para trasformar y traspasar las fronteras de la inconciencia y los prejuicios

Por: Adán Peralta Sierra
octubre 23, 2017
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Alonso Sánchez Baute: narrativa de la marginalidad
Foto: Archivo Banco de la República, Cartagena

Recientemente el escritor Alonso Sánchez Baute, autor homenajeado en el programa Leer el Caribe, estuvo en la Biblioteca del Banco de La Republica de Sincelejo. Compartió y conversó con estudiantes, docentes y público en general sobre sus novelas Al diablo la maldita primavera, Líbranos del bien, del libro de relatos ¿De dónde flores, si no hay jardín? y su trabajo como guionista de la telenovela La luz de mis ojos, producción que actualmente se emite por un canal de la televisión colombiana.

Un propicio motivo para hablar de un autor valeroso que le apuesta a escribir sobre temas candentes y ambientados en una narrativa de la marginalidad, porque sus personajes controversiales siempre quieren mostrarnos su mundo inusual, pero con una mirada profunda y visceral de lo que padecen en sus contextos. Eso lo apreciamos en su novela Al diablo la maldita primavera con su narrador protagonista Edwin Rodríguez. En la obra ganadora del Premio Nacional de Novela Ciudad de Bogotá de 2002 retrata el mundo gay y las complejidades que padece el personaje en esa Bogotá nocturna y desconocida para muchos. Esta es una novela en la que el protagonista habla con el lector de manera fresca y amena, es como un diálogo entre amigos y es a mi modo de ver una obra que se anticipa  a ese conflicto interior  que veríamos retratado en la película del director Tom Hooper La Chica Danesa,  película estrenada en el 2015 y que narra la vida del pintor Einer Wegener.

Otros personajes que también vagan por los linderos de la marginalidad que ambienta la narrativa de Alonso Sánchez Baute son los que nos encontramos en su libro de relatos ¿De dónde flores, si no hay jardín?  Uno de ellos es Jackson, hijo de una prostituta, quien se vuelve jíbaro; Gema Almendrales, una mujer que por su falta de belleza y por los abismos de su destino, se convierte en prostituta; un deportista –que no dice su nombre— que cae en desgracia y en el  laberinto de las drogas. Todos ellos son seres que el autor quiere mostrar con otra mirada, quizás para concientizar sobre lo que señala Gema: “Somos más como otros nos ven que como nos vemos nosotros mismos”.

Marginales también sus dos protagonistas en la obra Líbranos del Bien:Rodrigo Tovar, conocido con el alias de Jorge Cuarenta, comandante paramilitar, y Ricardo Palmera, alias Simón Trinidad, comandante de las FARC, ambos nacidos en la Valledupar de Sánchez Baute y hoy extraditados a los Estados Unidos. Esta novela, publicada en el año 2008, es una premonición a lo que llamaremos narrativa colombiana del posconflicto. Es una historia producto de una investigación y una realidad ficcionada donde presenciamos la trasformación de dos seres  naturales que van convirtiéndose en los protagonistas de sangre que la historia y la guerra en Colombia registraría.

Es en suma una narrativa desde la marginalidad, desde el dolor, desde lo visceral, pero para trasformar y traspasar las fronteras de la inconciencia y los prejuicios.

 

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