Al oído del presidente, minutos antes de entrar en guerra con China

Al oído del presidente, minutos antes de entrar en guerra con China

Algunas voces grandilocuentes y altaneras, de esas que todavía no descansan de su prurito, han estado vociferando la necesidad inaplazable de invadir a Venezuela

Por: Carlos Roberto Támara Gómez
noviembre 09, 2018
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Al oído del presidente, minutos antes de entrar en guerra con China
Foto: Instagram @realdonaldtrump

Con esto han azuzando lo más rápidamente una crisis para cuya precipitación un muerto en alguna parte de la larguísima frontera común y lábil sería suficiente argumento.

Ahora con el triunfo de Bolsonaro, que si fuera por él acabaría las favelas a punta de balas, parecen haberse inflado aún más los sonrosados cachetes de los aupadores colombiano, que nunca mandarían a sus hijos ni a una sesión de pellizcos con la novia, como si en realidad el asunto fuera tan fácil y si, tras declarar una guerra idiota todo fuera soplar y hacer botellas o, más fácil, cosiendo y pegando botones.

No señores, no hay guerras instantáneas. Solamente Osama Bin Laden supo cómo.

Así que: ¡Quieta Margarita!

Todas las guerras han pasado a ser geopolíticas y sistémicas, plenas de mónadas diría quizás Leibniz, y nada se decidiría aquí si no se contara con la aupada mayor de los Estados Unidos, pues al lado de Venezuela está China, que les ha prestado más de 30.000 millones de dólares, y los rusos, que no sé cuánto les habrán dado, imagino no quisieran recibir de vuelta en botones y sin intereses, y eso si contáramos con la logística y el ejército armado y dispuesto. Si a eso se agrega que Trump ha sostenido que las guerras comerciales como la que impulsa con China, son fáciles de ganar, la enorme nación asiática tendría razones más que de sobra para pensar que Venezuela es una cabeza de playa inmejorable y no torcerá su brazo ni de fundas. Lo cierto es que el caldo no está para cucharas pues con todo el peso de la mitaca Trump nunca acudió al asunto venezolano como pretexto ganancioso de opinión pública en busca de votos.

Pero hay una razón mucho más importante que no debe olvidarse jamás entre nosotros, puros chingados empobrecidos de la periferia. ¡Hela aquí! China y Rusia han dejado la órbita del socialismo y más bien se plantean como potencias capitalistas independientes con posibilidades hegemónicas en ciernes. Y tienen el billete, los mercados y están creciendo a tasas sostenidas!

Y eso que quiere decir, ¿chingado? Pues nada más y nada menos que están en capacidad de hacer negocios como cualquier capitalista mondo y lirondo; así como ofrecer mercados muy superiores a los que podríamos eventualmente seguir beneficiándonos con Estados Unidos y Brasil juntos. Y esto es lo ha tenido temblando a Trump y su descaecido poder imperial desde hace rato. ¡Se les creció el enano!

Pero una noticia aparecida hace poco en el New York Times brinda la oportunidad en vivo y en directo de ofrecer una alternativa calientita de análisis sin mayores preámbulos.

“El Sr. Karel, el gerente general de Arthur Companies, que opera seis elevadores de granos en el este de Dakota del Norte, ha comenzado a acumular un millón de fanegas de soja en un terreno claro detrás de algunos de sus silos de granos. El gran montículo de frijoles blanco amarillento, que ya es una de las colinas más altas en esta parte plana del mundo, se cubrirá con lonas.

La esperanza es que los precios suban antes de que se pudran los frijoles. "Estamos sentados en el borde de nuestro asiento", dijo Karel.

Y más adelante precisa aún más la magnitud del hueco y la eventual oportunidad para nosotros, pobres chingados:

“A mediados de la década de 1990, había 450,000 acres de soya en el estado. El año pasado, hubo 6.4 millones. A medida que aumentaba la producción estatal de soja, las compañías gastaban millones de dólares en elevadores de granos más grandes, en los trenes de 110 vagones que transportaban la soja hacia el oeste hasta la costa del Pacífico, en terminales más grandes en los puertos. Hace unos años, el Sr. Gebeke cambió su taladro de grano, usado para plantar trigo, por una segunda máquina para plantar semillas de soja”.

450.000 acres son la medio pendejadita de 182.000 hectáreas una superficie casi tan grande como el área cultivable de La Mojana sucreña. Y con eso podría ser más que suficiente para llenarnos la boca. Ahora mismo en Colombia se cultiva soya tan escasamente, teniendo tanta necesidad de ella que da vergüenza contarlo. Pero se han hecho pruebas promisorias de sus cultivos en Córdoba lo cual agregaría más tierra tractorable y donde podría aplicarse alta tecnología.

¡Si! Alta tecnología! ¡Salarios buenos, no de porquería! A ver, auscultemos mejor la noticia.

“Como la mayoría de las exportaciones estadounidenses exitosas, la soja es producida con alta eficiencia por un pequeño número de trabajadores que utilizan tecnologías de vanguardia, como tractores conectados a satélites, para que la combinación óptima de fertilizantes se pueda esparcir en cada pie cuadrado de tierra de cultivo. Los Estados Unidos exportaron $ 26 mil millones en soja el año pasado, y más de la mitad fue a China”.

En el Congreso XXIII de Fenalce, Federación Nacional de Cerealistas y cultivadores de leguminosas (Soya), se divulgaron tecnologías ya implementadas en Colombia donde desde la topografía, análisis de suelos, todas la labores, absolutamente todas, se simulan y luego se llevan a terreno por medios robóticos apenas con uso de personal altamente tecnificado que diseña, modela y controla los procesos y todo eso sin contar con mercados sólidos como el que podría ofrecer China.

Si eso no fuera suficiente aquí está esta otra parte para llenar la taza.

“A medida que China se traga el suministro mundial de soja no estadounidense, otros países están comprando más frijoles a Estados Unidos, especialmente a las naciones europeas que usualmente importan frijoles de Brasil”.

Esto significa que si Bolsonaro, que parece montado de tigre como cualquier guerrerista nuestro, aupa una ofensiva contra China de ¡te doy en la cara marica…! Y más temprano que tarde recibirá su respuesta adecuada y mucho más espacio habrá para entrar a ese jugoso y gigantesco mercado. Y cuáles serían las expectativas.

“Hablando del enfrentamiento de la soja, dijo (Gebeke de 65 años): "Podrían reunirse mañana y arreglar todo esto y no creo que alguna vez recuperemos todo nuestro mercado".

"Desafortunadamente, la esperanza es un plan de marketing terrible", dijo Nancy Johnson, directora ejecutiva de la Asociación de Productores de Soja de Dakota del Norte”. Y cómo sería el negocio.

Y cómo lo hacen/ cuál es el negocio

Ni siquiera habría que exprimirse el seso:

“Algunas naciones que cultivan soja, como Canadá, están enviando sus propios frijoles a China a precios altos y luego compran frijoles estadounidenses a precios más bajos para satisfacer la demanda interna. Taiwán, que busca ganarse el favor, firmó un acuerdo para comprar más soya estadounidense en los próximos dos años”. Bastaría hacer la triangulación. Pero será que el Presidente escucha. ¡Ni lo piensen! ¡Entraremos en guerra con China! Se irán por este otro lado:

“El Sr. Karel, el gerente general de Arthur Companies, que opera seis elevadores de granos en el este de Dakota del Norte, ha comenzado a acumular un millón de fanegas de soja en un terreno claro detrás de algunos de sus silos de granos. El gran montículo de frijoles blanco amarillento, que ya es una de las colinas más altas en esta parte plana del mundo, se cubrirá con lonas”.

Estimaciones de Fenalce sitúan la producción de soya norteamericana en la bicoca de 336.7 millones de toneladas para la cosecha 2017-2018; y 355.24 ídem para 2018-2019.

Como la soja norteamericana necesariamente bajará de precio, nada de raro tiene que Trump extienda una ayuda extra a Colombia para abatir tal montaña de soya y mermar de taquito el subsidio que está ofreciendo a los cultivadores de soya gringos a los que no les alcanza para cubrir su punto de equilibrios. Y próximamente tendremos soya hasta podrida en nuestros puertos. Trump matará dos pájaros de un tiro. Uno de ellos nuestro potencial de aprovechar una oportunidad histórica. Agreguémosle a ese vaso medio lleno: detrás de las tierras que dejará la soya gringo está el maíz.

Pero nada de eso será suficiente para brindarnos la oportunidad de despegar libres y autónomos como el viento. ¡Voy triple a sencillo que así será!

 

* Notas. Las citas provienen de La soja se está acumulando, los granjeros esperan que la guerra termine comercial antes que los frijoles se pudren, según se tradujo del NYT, firmado por Binyamin Appelbaum. Además de Fenalce existe un Fondo Nacional de la Soya, y producción de semilla nacional certificada. El dato sobre el estimado de soya es tomado de El Cerealista, N° 58. El autor es miembro de Fenalce como cultivador casi exiguo de maíz y frijol blanco cabecita negra.

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