Al oído de Gustavo Petro: ¿Y la clase media qué?

Al oído de Gustavo Petro: ¿Y la clase media qué?

Una cosa es el discurso de campaña electoral y otra la realidad con la cual se gobierna. De ganar Petro, se encontrará con una clase media echada al olvido

Por: Alfredo Antonio de León Monsalvo
mayo 05, 2022
Este es un espacio de expresión libre e independiente que refleja exclusivamente los puntos de vista de los autores y no compromete el pensamiento ni la opinión de Las2orillas.
Al oído de Gustavo Petro: ¿Y la clase media qué?
Foto: Archivo

A Gustavo Petro hay que decirle o recordarle que una cosa es el discurso de campaña electoral y otra la realidad con la cual se gobierna, especialmente, cuando muy seguramente, de ganar el Pacto Histórico, encontrará un país acabado por Duque y sus amigos, incluyendo lo poco de democracia que había, porque las realidades históricas nos muestran que por el solo hecho de haber elecciones periódicas, no existe la real democracia, y menos en un país que como Colombia, el baño de sangre es continuo, tal y como recientemente sucedió en el Putumayo.

A lo cual se suma que, de 2020 al 24 de abril de 2022 han ocurrido en el país 283 masacres con 850 personas masacradas (1). El gobierno de Duque acabó con la poca expectativa de paz que existía, y se acompañó de unas Fuerzas Militares guerreando, como nunca antes, contra el pueblo colombiano (2), y las cuales hoy, bajo el mando de su “comandante” Zapateiro, han llamado claramente a un golpe de Estado si Petro gana.

De ganar Petro, se encontrará con el Presupuesto General de la Nación empeñado, cercenado y adjudicado a la clientela, de ahí que una de sus primeras medidas consistirá en revertir la infinidad de “partidas específicas” que sin ton ni son, han sido dirigidas a regiones uribistas y a congresistas afines al uribismo.

Precisamente, según la Contraloría General de la República, entidad controlada totalmente por el uribismo, señaló recientemente que antes de las elecciones parlamentarias de marzo se entregaron 645.495 convenios a contratistas que suman más de $ 52,3 billones. Esto es una cifra descomunal de entrega total del Estado al clientelismo (3). Sin contar que, a la fecha, no se han recuperado los $ 70.000 millones que se robaron los “amigos” del gobierno Duque ante los ojos de todos los colombianos del contratado de “Centros Poblados”.

De la deuda pública ni hablar. Me imagino que deberá ser renegociada, guste o no guste a los organismos internacionales, quienes, al fin y al cabo, sin control alguno, le han dado a Duque todos los créditos que este ha solicitado. A diciembre de 2018, el saldo de la deuda externa del sector público alcanzó un monto de 72.547 millones de dólares, equivalente al 21,8 % del PIB estimado de ese año (4). Mientras que en enero de 2022 la deuda externa pública de Colombia llegó a los 101.484 millones de dólares, lo que es el 29,6 % del PIB. ¿Dónde está ese dineral? Es lo que hay que averiguar.

Por lo anterior, se necesitará una auditoría sobre los créditos contraídos por el gobierno Duque, a fin de conocer qué se ha hecho con tanto dinero hipotecado, y quienes se han beneficiado de estos rubros. Ni qué decir de la Dian, que seguramente deberá ser auditada de los pies a la cabeza, a fin de que el país sepa cómo ciertos políticos de alto turmequé se han enriquecido, tanto ellos como sus familias, de ahí que todos estén asustados, entre estos, Uribe y sus vástagos, Tom y Jerry, de quienes el país quiere saber cómo de simples estudiantes universitarios resultaron de la noche a la mañana como grandes financistas internacionales.

El DNP de Planeación, me imagino que será sometido a reingeniería, y así determinar a dónde fueron a parar tantas partidas presupuestales, entre estas, las del derrotado senador conservador del departamento del Atlántico, Laureano Acuña, alias “el gato volador”, quien ha tenido como especialidad, “comprarle” a sus colegas parlamentarios las “asignaciones específicas” dadas en mermeladas por el gobierno de turno para después negociarlas con alcaldes y contratistas.

Obras que en la mayoría de los casos aparecen en las cuentas oficiales, pero jamás en la realidad material. Por razones como estas, las tales vigencias futuras deberán ser reasignadas hacia otros lugares y proyectos que, si lo ameriten, como el acueducto de Santa Marta y el Metro Subterráneo de Bogotá, por ejemplo. En general, todas las finanzas del país deberán ser sometidas a revisión total, pero, sobre todo, el informe que salga de la inspección tiene que ser comunicado al país para que se conozca que dejó el uribismo y a cuánto asciende nuestra bancarrota. En conclusión, sobre el tema, las tales “asignaciones específicas”, razón de ser del clientelismo en Colombia, y que tantas veces Gustavo Petro como parlamentario criticó, deberán ser abolidas, si es que se quiere combatir con hechos la corrupción en el país. La pela hay que dársela por el bien del país.

De política y justicia ni hablemos. El país necesita urgentemente la “desclientelización” de la política, porque si algo ha carcomido la incipiente democracia colombiana, es el clientelismo, relación en la cual, los políticos liberales y conservadores, sin clientelas amamantadas desde el presupuesto público, no son nada. Por el lado de la justicia, la que solo es para los de “ruana”, deberá comenzar su revolcón por acabar con el cuento, que solo liberales y conservadores son los amos y señores de las “altas cortes”. El país está ávido de justicia por todos lados, y como demostración de esto, es la actual Fiscalía, entrampada en una alta oficina de negocios, chantajes, persecuciones, boleteo, montajes. Toda una entidad delincuencia.

Pero ojo, de ganar Petro, se encontrará con la denominada “clase baja”, entre los cuales, la verdad sea dicha, existen fracciones que de “baja” no tienen nada, o si no, no más es ver las grandes construcciones que existen en zonas de Ciudad Bolívar. Pero con todo y esto, existe una población sedienta de que se les cumpla con subsidios en dinero y en especie. Y es ahí donde “la puerca tuerce el rabo”. ¿Existe dinero para tanta demanda”?

La clase baja ha venido gozando de una variedad de subsidios, entre los cuales se cuenta: Subsidio familiar, Subsidio de vivienda, Subsidio concurrente, Subsidio de desempleo, Familias en Acción. Jóvenes en Acción, Ingreso Solidario, Devolución del IVA, subsidio a la educación por medio de educación pública gratuita y con alimentación, Sisbén en salud, pensión, alimentación y dinero en efectivo.

Alguien dirá que citar lo anterior es pensar equivocadamente, pero, se han preguntado, ¿cuánto cuesta al Estado todo lo enumerado, donde la de verdad explotada “clase media” no aparece por ningún lado? ¿Se sabe de verdad cuánto de este dinero va a familias que si lo necesitan? Por ejemplo, ¿se sabe cuánto costó “Ser Pilo Paga” y qué utilidad tuvo en la realidad para el país? ¿Se sabe, por ejemplo, cuánto dinero le llega al clientelismo a través de los subsidios de salud y educación, y cuál es en realidad el número de personas y de educandos que necesitan dichos rubros?

Tengamos presente que diversos programas de subsidiados se han creado para amamantar clientelas y tener a un sector de la población dependiente de migajas y asustarlas, que, de ganar determinado candidato, se las van a quitar. Y hasta ahora esto ha funcionado. A lo que voy, si algo necesita el país, es una racionalización de subsidios, y en el mismo orden, una racionalización de impuestos, pasando por acabar con las excepciones tributarias, que son un agüero negro de nuestras finanzas y de la cual se aprovechan los grandes industriales y comerciantes, pero en especial, el monopólico sistema financiero del grupo AVAL.

En contraste con los subsidios directos e indirectos para la mal llamada “clase baja”, y los privilegios financieros para el reducido “Bloque de Poder” del país, representando por grandes banqueros, industriales y comerciantes, algunos de ellos involucrados en paramilitarismo, blanqueo de capital evasión de impuestos y contrabando, la “clase media”, expresión de profesionales, medianos y pequeños empresarios y comerciantes, empleados medios privados y estatales, y los de siempre, los rebuscadores diarios que no invaden espacio público, este grupo de la sociedad colombiana carecen de todo tipo de ayudas estatales, al tiempo que se ven perseguidos por la Dian, los banqueros los acosan con llamadas telefónicas diarias, y el embargo de la casa es una amenaza diaria del ICETEX, todo por ver a sus hijos estudiar, así sea, que tengan que huir del país. Como complemento, los escasos ahorros de la “clase media” se van en interés para el sector financiero y el ICETEX, y en cada recibo que pagan por servicios públicos son boleteados con una serie de impuestos.

En el solo recibo del gas hay cuatro impuestos que la clase media pagan. Y de remate, les cae el abusivo predial, dinero con el cual se lucran los grandes contratistas. Y si tienen un vehículo, los peajes y la Policía son su dolor de cabeza. Y pare de contar.

Y a todas estas, qué es la “clase media”. Para los países de Europa, es, “una parte mayoritaria de la sociedad que comparte unos valores determinados, posee una relativa estabilidad financiera y una buena calidad de vida que espera traspasar a su descendencia. parte de la sociedad capaz de vivir de forma confortable, que puede incluir elementos como tener acceso a una vivienda, disfrutar de ocio, de una buena atención sanitaria, de un cierto nivel educativo o de una jubilación decente o tener la capacidad suficiente para asumir gastos inesperados” (5).

Según el Dane, “clase media” en Colombia es quien gane entre $ 450.000 y $ 2.500.000, saquen conclusiones. Para mí, la “clase media” es el “rebuscador profesional”, acompañado de los “emprendedores” medianos y pequeños en la industria y el comercio. Los verdaderos “ni ni”. A los que nadie ayuda, pero todos les piden, tanto derecha como izquierda.

De la “clase media” también podríamos decir que es “la columna vertebral de la economía de mercado y de la democracia en la mayoría de las sociedades avanzadas”. “De la consolidación de la clase media surge una generación de nuevos empresarios armados con una capacidad de tolerancia para recibir la retribución a sus servicios posterior a la prestación de estos, generando crecimiento del empleo y productividad para el resto de la sociedad.

En una segunda apreciación, la clase media nuevamente es vista como una fuente principal de insumos vitales para la clase empresarial; su énfasis en la acumulación (6) de capital humano y ahorro los convierte en ejes centrales del proceso de acumulación” . La “clase media” es la base de la fortaleza de una democracia, y el punto de apoyo para el desarrollo económico de un país.

En todo caso, si algo habría que decirle a Petro, es, ¿quién podrá defender a la clase media? Por ahora nadie la ha defendido, y será este sector el primero en mostrar su inconformismo, si no se le cumplen las promesas jamás cumplidas por ningún gobierno, de tal manera, que de su despertar en las urnas el 29 de mayo próximo, el triunfo depende a quien vayan dirigido sus votos. No hay que olvidar, que gran parte del repunte de Petro se debe a los impuestos con los cuales Carrasquilla y Duque quisieron gravar aún más a la “clase media”.

En este sentido, si de recursos se trata para implementar grandes programas sociales, especialmente en educación, donde el gasto no se compensa con una calidad de bajo nivel, y donde el magisterio es parte del problema, así en el Pacto Histórico no lo quieran reconocer, y donde se necesita dinero para la educación superior pública, este se puede encontrar en la reducción del presupuesto militar, sector donde habrá que darse la pela por demostrarle al país, que Colombia no va a entrar en guerra con sus vecinos, y que los militares de bajo rango no deben estar al servicio de las “mozas” del alto mando, y que más que balas, lo que se requiere son libros. ¿Petro se dará la pela? Si quiere dinero para sus planes, en las Fuerzas Militares los tiene, y de seguro el país de a pie lo apoyará.

Finalmente, como lo dijimos anteriormente, Colombia clama por una racionalización de subsidios, una terminación de exenciones tributarias a favor del Bloque de Poder, pero, sobre todo, una gran ayuda para la “clase media”, empezando por reducir su pesada carga tributaria y ausencia total de apoyo. Pero, con que controle la corrupción, se recupere lo robado por el uribismo, y se le apoye medianamente a la “clase media”, con eso será suficiente un gobierno estable. No olvidemos, que, así como la “clase media” apoya, también desapoya.

1) https://indepaz.org.co/informe-de-masacres-en-colombia-durante-el-2020-2021/

2) Ver. Alfredo Molano Jimeno. https://twitter.com/JavierBarreraA/status/1518917499886125058/photo/1

3) https://www.portafolio.co/economia/gobierno/en-ley-de-garantias-se-han-dado-mas-de-600-mil-contratos-562458

4) https://www.valoraanalitik.com/2019/03/08/ahora-deuda-externa-de-colombia-cerro-el-2018-en-maximos/

5) https://www.caixabankresearch.com/es/economia-y-mercados/mercado-laboral-y-demografia/quien-clase-media

6) http://www.fundesarrollo.org.co/wp-content/uploads/2020/01/Estudio-de-la-evoluci%C

Sigue a Las2orillas.co en Google News
-.
0
Nota Ciudadana
Bogotá de rumba popular con increíbles actividades en la FilBo24

Bogotá de rumba popular con increíbles actividades en la FilBo24

Nota Ciudadana
'La Oración de la Última Rana': en las venas abiertas de la insufrible sequía

'La Oración de la Última Rana': en las venas abiertas de la insufrible sequía

Los comentarios son realizados por los usuarios del portal y no representan la opinión ni el pensamiento de Las2Orillas.CO
Lo invitamos a leer y a debatir de forma respetuosa.
-
comments powered by Disqus
--Publicidad--