La filantropía tal como se definió o fue su objetivo inicial era que las organizaciones humanitarias, personas, comunidades, trabajaren para ayudar a los demás, directamente o a través de organizaciones no gubernamentales con fines no lucrativos, así como lo es el trabajo de voluntario para apoyar instituciones que tienen el propósito específico de ayudar a los seres humanos y mejorar sus vidas, son considerados actos filantrópicos, siempre y cuando no estén movidos por intereses económicos.
Pero nada más lejos de la realidad, actualmente “filántropos”, tales como Bill Gates, Warren Buffett y George Soros y cada superrico de cada país, crean “fundaciones” que se manejan más como empresas donde se redirigen sus actividades no “lucrativas”, pero con gran influencia geopolítica.
La filantropía comúnmente se superpone con la caridad, aunque no toda caridad es filantropía o viceversa. La diferencia comúnmente citada es que la caridad alivia los problemas sociales, mientras que la filantropía intenta resolver esos problemas definitivamente (la diferencia entre dar un pescado a un hombre).
Matthew Bishop, editor de The Economist, bautizó con el nombre de "filantrocapitalismo", neologismo formado por "filantropía" y "capitalismo".
Con estas fundaciones, los filántropos ejercen una gran influencia en los gobiernos del mundo.
En Estados Unidos se aplica a las donaciones una deducción fiscal igual a la tasa impositiva marginal que, por tanto, es mayor cuantos mayores son los ingresos del filántropo. En España existen diversos conceptos que tienen deducciones del 25% o 30% en la declaración de la renta; aquellas donaciones que no entran en los supuestos especificados tienen una deducción del 10%, en Colombia es del 25% del valor donado. La filantropía, en particular, la filantropía enfocada en las grandes donaciones de dinero, no está exenta de escepticismo.
El filósofo marxista esloveno Slavoj Žižek, en el artículo Los comunistas liberales de Porto Davos, calificó la filantropía de "máscara humanitaria" con la que los grandes capitalistas, denominados "comunistas liberales", "dan con una mano lo que quitaron con la otra" a través de la explotación laboral, la represión antisindical o las prácticas monopolísticas.
La filantropía en buena medida responde a fallas del Estado. ¿Qué tanto se puede solucionar esas fallas con la filantropía? Existen varias vías factibles en la medida que los resultados se vayan propagando vía réplicas, los proyectos logren interactuar con las políticas públicas, que es cuando las fundaciones actúan como laboratorios sociales del país. Y se den procesos de empoderamiento de los beneficiarios (y sus organizaciones) frente al Estado. Pero esto rara vez sucede.
Ahora bien, cuando el Estado no cumple adecuadamente con sus funciones, no es de extrañar el surgimiento de iniciativas empresariales. Las empresas no son indiferentes a un contexto con problemas y buscan hacer algo al respecto. Las opciones van desde actividades relacionadas con sus entornos (como programas de responsabilidad social o negocios inclusivos) a acciones de tipo filantrópico.
Pero valga decir que es acá donde está el quid del asunto, ¿por qué no cobrar más impuestos a los que más ganan? O sea, que sean ricos no importa, pero que paguen impuesto de renta más altos.
Que el impuesto de renta se vuelva progresivo, el más rico paga más y no como ahora en Colombia que se paga el mismo porcentaje para todos los que declaran renta.
Si tenemos un Estado fuerte y robusto que establezca políticas públicas claras, eficientes y dinámicas no necesitaríamos de su nobleza o filantropía y tampoco tendríamos que esperar “que el corazón grande y desinteresado” de los filántropos resuelva sus problemas.
