La firma de abogados que entonces presidía el exembajador Carlos Urrutia fue la encargada de estructurar el andamiaje jurídico del Holding de los Nule en el exterior. Con este se pretendía asegurar recursos por fuera del país ante la eventualidad de dificultades operativas y financieras, tal como sucedió. Era también el mecanismo para sacar capital del país, el mismo que la Fiscalía intenta ahora ubicar para que los Nule le respondan al Distrito y a la sociedad colombiana. Vale la pena recordar que la renuncia de Urrutia como embajador en Estados Unidos tiene como origen otro enredo mayúsculo: la compra de tierras para la compañía Riopaila.
Un santandereano experto en minas antipersonal sigue encargado en la Embajada en EE. UU.
Daniel Ávila, quien está vinculado con la Cancillería desde hace 30 años, reemplaza al canciller Luis Gilberto Murillo mientras se nombra un embajador en propiedad
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