Entonces en Colombia se empieza el debate sobre la legalización de la marihuana y por parte de nuestra sociedad aún no se entiende cuál es la problemática real en cuanto a este tema, ya que el análisis del común denominador de las personas se basa en aspectos del ámbito moral y religioso, pensamientos los cuales han sido arraigados durante mucho tiempo.
Este debate por parte de los ciudadanos se debe abortar desde puntos más amplios, no solamente el religioso, sino desde el problema de salud pública que se ha generado a través del tiempo por este consumo de estupefacientes que carecen de protocolos de calidad, de control estatal y adicionalmente el problema de seguridad ocasionado por dicha prohibición, quien ya ha generado una alta tasa de inseguridad y homicidios, siendo entonces las drogas estructura financiera de muchas grupos delincuenciales, por mencionar algunos como paramilitares, clanes, carteles y estructuras de guerrilla.
Entonces debemos vencer el paradigmas moral y enfocar el debate desde el problema de salud pública y el estigma social generado a una población enferma.
Mientras aquí nos estamos rasgando las vestiduras por comentarios de un congresista sobre su problema de consumo, el mundo estudia la posibilidad de la legalización de los estupefacientes ya que la guerra está perdida, cómo en su momento hace 100 años se perdió con el alcohol y el tabaquismo.
Por lo anterior, el Estado deberá enfocarse y generar políticas públicas para evitar el consumo de estas sustancias en menores y unas políticas de salud enfocadas para la atención de estas personas enfermas y su respectivo tratamiento, para esto podemos tomar ejemplos como los países bajos (Holanda) en cuanto a su pedagogía de consumo enfocada en su población y la forma de recaudar impuestos de la comercialización de las sustancias psicoactivas y psicotrópicas.
Con la despenalización de esta conducta y fabricación de estos elementos por empresas con vigilancia del estado, lo que se logramos es desincentivar el comercio ilegal en el territorio nacional y así desmantelar el precursor e insumo fundamental para la financiación de bandas criminales.
Los estados no son padres de familia que limitan las libertades de sus asociados, realmente el estado es el garante para el desarrollo de las libertades, derechos y obligaciones. (Entre estos libre desarrollo y derecho a la vida en condiciones dignas en conexidad con la salud pública).
Luego, entonces, después de lo anteriormente expuesto tenemos algo claro en nuestro país, necesitan recursos económicos para el desarrollo del país ya que después de la crisis llamada pandemia los recursos son limitados y esto anteriormente planteado puede ser una solución para el hueco fiscal que se está viviendo y el desarrollo de la Colombia rural e industrial sin tanta mojigatería.
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