El que habla mucho, poco o nada tiene qué decir. E igual pasa con el que escribe mucho. Verborrea es el exceso de verbosidad, la profusión de palabras a la hora de hablar y es obvio que la verborrea existe también en lo escrito y se caracteriza, aparte de la incontinencia, por la incoherencia. La verborrea, que en cualquiera de sus formas es un síntoma de ciertas psicosis, dificulta la comunicación, y hace casi imposible el diálogo. No se puede ocultar que una de las cosas más sospechosas, aparte de la inexplicable unanimidad, es que la providencia privando de libertad al expresidente Álvaro Uribe tenga 1.554 páginas. Los Miserables, la inmortal obra de Víctor Hugo, tiene solo 1.090 páginas. La guerra y la paz, la densa y compleja obra de León Tolstoi que contiene problemas filosóficos eternos que preocupan a todos los hombres, tiene 1.300 páginas. Y la obra maestra de la literatura hispana, El Quijote de la Mancha’tiene 1.345 páginas. Solo se puede deducir que unos magistrados que hayan redactado una providencia de 1.554 páginas tenían como fin el que muy pocos leyeran dicho documento, o intentar -entre un verdadero torrente de palabras innecesarias– legitimar toscos y débiles argumentos. Adicionalmente, la unanimidad de los magistrados lo lleva a uno a pensar que no son los argumentos jurídicos los que pesaron en la decisión, sino la manifiesta animadversión que las Cortes le tienen a Uribe.
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La unanimidad de los magistrados lo lleva a uno a pensar que no son los argumentos jurídicos los que pesaron en la decisión, sino la manifiesta animadversión de las Cortes hacia Uribe
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La columnista María Isabel Rueda, en su escrito en El Tiempo el pasado domingo 9 de agosto, señala: “No puedo asegurar que Álvaro Uribe sea inocente de lo que se lo acusa. Pero si hay que escribir 1.554 páginas para justificar una detención preventiva, es porque resulta muy débil la causa que la sustenta. Para probar que se da una de tres causales en medio de semejante mamotreto, es porque la circunstancia alegada requirió el montaje de un aparato pretextuoso, que lograra justificar la evidencia mediana que existe para que el Estado pueda incurrir en ese acto extremo de privar de la libertad a un ciudadano, medida que debe ser absolutamente excepcional. También es sospechosa la unanimidad de los cinco magistrados de la sala. Lo normal y lo sano, porque enriquece la jurisprudencia, es que haya uno o unos salvamentos de voto que indiquen que hubo confrontación teórica. Pero ¿que de una sala dividida en tres hubieran salido cinco de cinco votos por el sí será contundencia o hará recordar las épocas anteriores en que Uribe y la Corte estuvieron confrontados, y por disposición interna no salía ninguna decisión que no fuera unánime, para parecer monolíticamente unidos?”
La medida de aseguramiento contra el expresidente Uribe no es idónea, ni necesaria. Es un monumental error que desacredita tanto a los magistrados que la emitieron, como a toda la Corte Suprema de Justicia.
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El calanchín de Maduro, Álex Saab, ahora le ha dado por amenazar en una carta pública al gobierno de Cabo Verde. En la misiva, Saab advirtió al gobierno de las islas, que «su falta de acción tendrá consecuencias legales y políticas», acusando a Correia de mancillar la independencia de Cabo Verde al obedecer los dictados de Estados Unidos, y acompaña sus amenazas con una propuesta donde le promete a Correia que: «Venezuela siempre lo tratará con mayor respeto y le presentará más oportunidades que Estados Unidos. Como enviado especial de mi país puedo ayudar a Cabo Verde más de lo que Estados Unidos lo hará en 100 años». Haciendo abstracción de la absoluta imbecilidad por parte de Saab de ir profiriendo amenazas, no sobra recordar que Venezuela, hoy en día, no está capacidad de ayudar a nadie, mucho menos a ellos mismos. Pero todo se puede esperar de ese par de cretinos que son Maduro y Saab.
