Mucho se ha discutido sobre las revelaciones de Snowden y como esta certeza de la implementación de un programa de vigilancia masiva por parte de la NSA y otras agencias de inteligencia contra personas inocentes, dentro y fuera de Estados Unidos ha puesto en duda la confianza que teníamos en Internet.
El gran problema es la ausencia de respeto por la privacidad de ciudadanos, estadounidenses o no, ricos o pobres, poderosos mandatarios o simples usuarios de Internet. Todos estamos afectados en la medida que los mecanismos de vigilancia masiva no discriminan quien se retiene información y la justificación de estas acciones se realiza de forma posterior a la recaudación de millones de metadatos y el procesamiento de millones de comunicaciones, cuando en una suerte de milagro se logra pescar algo.
Hace un par de semanas, se esperaba el discurso de Barack Obama, donde debería mencionar los cambios y reformas al programa de vigilancia masiva de la NSA siguiendo las medidas propuestas por el Grupo de Revisión del Presidente sobre Inteligencia y Tecnologías de la Comunicación, que publicó un informe con más de 40 recomendaciones a finales del año pasado. En el documento los expertos indican que la NSA trabaja para evitar ataques terroristas y reporta que hasta el momento no se detectan evidencias de abuso en los programas. Sin embargo, aclaran que no es posible dar por descontado el riesgo que las autoridades de gobierno usen indebidamente la información privada recabada y por tanto recomendaba cambios de fondo en el programa de la NSA. Sin embargo, la intervención del presidente Obama deja en claro el apoyo casi incondicional de la Casa Blanca al programa y las reformas anunciadas son simplemente cambios cosméticos que no tocan los temas más preocupantes.
Siguiendo el análisis realizado por Electronic Frontier Foundation sobre el discurso, y otros análisis de activistas y organizaciones de derechos humanos, la conclusión es que la intervención del viernes 17 de enero no llega ni siquiera a ser un paño de agua tibia para los problemas más serios conocidos a través de las filtraciones. A grandes rasgos Obama justifica sin vacilación prácticas que contradicen los derechos de los ciudadanos, que no le brindan garantías a los no nacionales, que no están cobijadas por el derecho internacional y que violan derechos humanos fundamentales sustentado en la Seguridad Nacional.
El discurso deja en claro que se seguirá realizando una retención obligatoria de datos, además, se sigue socavando la seguridad en Internet y no se presentan avances significativos en la protección de la privacidad de los extranjeros. El único tema donde se anunció algún progreso está relacionado con el papel de la Corte de Vigilancia de Inteligencia Extranjera (Fisa).Una nueva medida obligaría a los agentes de la NSA a obtener autorización de esta corte para poder tener acceso a datos de una persona específica. Además de plantear el nombramiento de un abogado dentro de la Fisa para representar el interés público en los temas de privacidad. Sin embargo, esta medida despierta suspicacia, ya que el accionar de esta corte sigue siendo secreto, con lo cual sus decisiones no ofrecen ningún mecanismo de transparencia esencial para el seguimiento por parte de la sociedad civil.
En general, el discurso de Obama refuerza el estado de paranoia post 11 de septiembre y continúa escudando al gobierno en sus acciones arbitrarias contra un terrorismo etéreo. En su defensa, más que mostrar casos de efectividad comprobable que justifiquen plenamente el programa, la intervención dejó en el aire una sensación de frustración frente a un programa de vigilancia masiva que se asemeja cada vez a las pesadillas que planteaba Orwell en su texto de ficción 1984, donde cualquiera puede llegar a ser el blanco, donde se sospecha de todos y por tanto cualquiera pasa a ser sujeto de observación permanente.
Este panorama, lejos de tranquilizar, refuerza la necesidad de acciones concretas que exijan el cese de la vigilancia masiva por parte de gobiernos y que planteen la necesidad de acuerdos mínimos. En esa línea diversas organizaciones de la sociedad civil, incluida RedPaTodos, hacemos un llamado para el próximo 11 de febrero. Ese día se realizará una movilización mundial que se conocerá como El día que nos defendemos con la que se exigirá el fin de la vigilancia masiva en todos los países.
La campaña soporta la petición que se entregará a través de las Naciones Unidas a todos los países del mundo para que adopten los 13 Principios Internacionales sobre la Aplicación de los Derechos Humanos a la Vigilancia de las Comunicaciones. Este manifiesto permite entender por qué la vigilancia masiva es una violación a los derechos humanos y da a legisladores y jueces una lista de principios a tomar en cuenta en el caso de considerar programas de vigilancia en Internet.
Infórmate, súmate y participa.
@mapisaro
RedPaTodos es un colectivo de organizaciones e individuos de la sociedad civil que promueve un uso incluyente de Internet y aboga por el respeto a los derechos fundamentales y las libertades civiles de todos los colombianos en el entorno digital.
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