El reggaetón de Daddy Yankee es repetitivo y violento, pero exitoso. El cantante repite, repite y repite frases directas o con doble sentido; sus mensajes incitan a la violencia, principalmente a la basada en el género; y, siendo repetitivo y violento, es todo un éxito para su fanaticada. Algunas personas lo disfrutan por ignorancia, ya que no conocen la dimensión de aquel mensaje que exacerba formas de violencia. Otras, en cambio, son plenamente conscientes y lo siguen disfrutando, perreando, sandungueando, bailoteando… Un ejemplo, la canción “gasolina”:
“Súbele el mambo pa' q mis gatas prendan los motores,
Súbele el mambo pa' q mis gatas prendan los motores,
Súbele el mambo pa' q mis gatas prendan los motores,
Que se preparen que lo que viene es pa' q' le den, duro”.
Y bueno, guardando ciertas proporciones, pasa lo mismo con Álvaro Uribe. Su discurso es repetitivo y violento, pero exitoso. El senador repite, repite y repite frases directas o con doble sentido; sus mensajes incitan a la violencia; y, siendo repetitivo y violento, es todo un éxito para su fanaticada. Algunas personas lo siguen por su ignorancia, ya que no conocen la dimensión de aquel mensaje que exacerba muchas formas de violencia. Otras, en cambio, son plenamente conscientes y lo siguen disfrutando, perreando, sandungueando, bailoteando… Aquí, algunos ejemplos aleatorios:
“Los terroristas de las Far, los terroristas de las Far, los terroristas de las Far, el castrochavismo, el castrochavismo, el castrochavismo, de seguro, esos muchachos no estaban recogiendo café; de seguro, esos muchachos no estaban recogiendo café; de seguro, esos muchachos no estaban recogiendo café; o le doy en la cara, marica, o le doy en la cara, marica, o le doy en la cara, marica”.
La estrategia es la misma.
La diferencia es que el reggaetón de Daddy Yankee, evadiendo una falta de estructura musical, potencia principalmente escenarios de violencia de género, como lo vienen advirtiendo diversas campañas que denuncian los contenidos de sus canciones. En síntesis: evade ausencia de talento y genera violencia.
El discurso de Álvaro Uribe, además de evadir sus responsabilidades en materia de graves violaciones a los derechos humanos, exacerba los odios que existen en el país, polarizan aún más la sociedad y alimentan rencores que serán muy difíciles de atenuar. En síntesis: evade crímenes de lesa humanidad y genera mucha más violencia.
El reggaetonero Álvaro Uribe perrea a diario en Twitter contra el proceso de paz; sandunguea con sus secuaces para homogenizar fanáticos con un fácil, básico y repetitivo discurso. Y lo peor, que con lo anterior le bailotea a sus responsabilidades morales y legales, logrando que este baile vulgar además se popularice con el apoyo de periodistas y medios de comunicación.
Señor Daddy Yankee: por favor haga algo para que su música sea mejor y, en consecuencia, para que genere otro tipo de conductas en su fanaticada. Hace usted mucho daño, pero está a tiempo.
Señor Álvaro Uribe: por favor entréguese. Su perreo, su sandungueo y y su bailoteo están jodiendo mucho a este país.
