No estamos en la última semana previa a elecciones y el candidato Oscar Iván Zuluaga ya empezó a manipular algunos temas coyunturales e importantes del país, como lo es la paz. Todos los candidatos hablan de la paz, pero ninguno se ha tomado el trabajo de dar su posición personal frente al concepto de la paz. Pese a los escándalos, el candidato Zuluaga logró superar en primera vuelta al presidente candidato Juan Manuel Santos, deberían preguntarse como lo hizo, pues en las encuestas de Cifras y Conceptos, Datexco y Gallup, entre otras daban como ganador a Juan Manuel Santos, todos se preguntarán qué fue lo que paso. La mayoría de las encuestas son creadas para acomodar un patrón que no necesariamente será el que se dé en la realidad, pero sí el reflejado en la consulta de la encuesta. Se observó en el transcurso de la campaña diferentes encuestas en las cuelas salían ganadores, Juan Manuel Santos, Clara López y Enrique Peñalosa, el resultado real de las elecciones fue otro, con lo cual se puede asegurar que las encuestas son inexactas, tienen un margen de error superior al 2.6 y son mandadas a hacer por los mismos sectores que salen ganadores en las encuestas o en su defecto son realizadas por personas simpatizantes de algún candidato o candidata en especial, por lo cual no hubo datos reales de los resultados en las encuestas.
El presidente candidato tuvo todo para ganar, la unidad nacional, las cuotas burocráticas, el apoyo del alcalde Petro, como de otras personalidades de centro e izquierda, y aún así no logró la mayor votación.
Santos se consolidó en las zonas fronterizas y en los extremos del país, mientras que Zuluaga se impuso en todo el centro del país, pareciera que todos los acuerdos que hizo el presidente Santos no sirvieran de nada, pues al parecer las maquinarias se le torcieron, o simplemente el único dueño de éstas desde el 2002 pudiese ser el ex presidente Uribe. El candidato del Centro Democrático durante la primera vuelta le jugó al lenguaje guerrerista, aseguró en varias ocasiones que acabaría con los diálogos de paz y acabaría con las FARC a como diera lugar, que él no negociaba con terroristas, etc. Tal fueron sus ganas de acabar con el proceso de paz que por medio de los llamados crackers y no hackers, como lo mal llamaron los medios de comunicación, logró romper las cajas fuertes de las redes e infiltrarse en la información tanto de la Habana como de otros líderes de opinión y candidatos a la presidencia, poniendo en riesgo las negociaciones de paz. Semanas después a lo sucedido con Zuluaga, las chuzadas de su equipo de campaña al parecer ya quedaron en el olvido, pues no se volvió a hablar del tema por los medios de comunicación.
Con la llegada de la ex candidata conservadora Marta Lucía Ramírez a la campaña de Zuluaga, a este le toco modificar su lenguaje guerrerista e incitador a la violencia, por un tono conciliador para negociar con las FARC.
Que dirá el ex presidente Uribe, José Obdulio, Pacho Santos, o la que mandó a nuestro escritor más importante en toda la historia de Colombia, Gabriel García Márquez al infierno, María Fernanda Cabal, sobre su cambio; de pasar a querer acabar con las FARC, va a negociar con las FARC, los del Centro Democrático también se tendrán que moderar y minimizar el lenguaje violento y guerrerista. Seguramente Zuluaga querrá una ley de justicia y paz 2.0, en la cual si se dé un castigo ejemplar a quienes cometieron delitos de lesa humanidad, como se de una reparación real a las víctimas, sin embargo es algo raro que su aliado político e ideológico, el senador Uribe, hubiese establecido una ley de justicia y paz más suave que el papel de seda, dando origen con esta ley tan nefasta a las BACRIM, reagrupando a los paramilitares, que por cierto pocos fueron los que se desmovilizaron y muchos son los que aún abundan y fomentan la violencia de nuestro país.
El presidente Uribe orquestó la entrega de las instituciones agrarias al Partido Conservador iniciando por el Ministerio de Agricultura, el Incoder, el ICA y el Banco Agrario entre otros, y donde el caso más sonado fue el de los programas de Agro Ingreso Seguro del ex Ministro de Agricultura Andrés Felipe Arias.
Quienes atacaban el proceso de paz hasta hace un par de días ahora lo promueven, Zuluaga ha manifestado tres posturas diferentes de los diálogos en la Habana: 1) que acabaría con los diálogos de paz, 2) que no suspendería los diálogos de paz pero colocaría condiciones imposibles de cumplir por parte de las FARC y por último 3) que continuará los diálogos. Claro está, el candidato Zuluaga no cambió su postura de gratis, pues se alió con Marta Lucía Ramírez, y a la letra de sus discursos tuvo que hacerle modificaciones. En el afán de Zuluaga por ser presidente, tuvo que aceptar tener de jefe de debate a Marta Lucía Ramírez, adicional a ello, tuvo que aceptar el proceso de paz y por último para ganar el 60% del abstencionismo, que no fue a las urnas en la primera vuelta, ahora se ve obligado a modificar su lenguaje guerrerista y totalitario, por un lenguaje conciliador y de aceptación hacia la paz, e incluso el ex presidente Uribe para ayudarle a Zuluaga debido a todas sus embarradas a lo largo de su candidatura para la primera vuelta, dijo que es un amigo más de la paz junto al Centro Democrático, aunque quien sabe si la representante Cabal piensa igual, o por el contrario en vez de que se consolide la paz, prefiera continuar mandando personas al infierno, como lo hizo con nuestro premio nobel de literatura Gabriel García Márquez quien ya falleció y fue víctima de la intolerancia de Cabal, quien además no expreso su frase cuando él estuvo vivo y por el contrario como toda una cobarde lo hizo una vez Gabo murió, irrespetando tanto a los colombianos como a la familia de nuestro nobel. En Colombia a veces es impresionante como le votan tanto a la ultra derecha en las jornadas electorales, pues en su gran mayoría son estos quienes tienen en la miseria a la mayoría de los sectores que conforman nuestro país. Como dijo la senadora y analista política Claudia López, “tengo absolutamente claro que Uribe es de lejos peor que Santos”. Desafortunadamente el voto en blanco que tan solo obtuvo el 6% en las elecciones para presidencia, en la segunda vuelta no tendrá ninguna aplicación en caso tal que le gane en las urnas tanto a Santos como a Zuluaga.
Por último se infiere que Zuluaga no quiere la paz de manera voluntaria y mucho menos el Centro Democrático, simplemente por estar apurados y urgidos de votos, buscan a toda costa ganar simpatizantes y posibles electores para la segunda vuelta, jugando con la paz que tanto anhelamos los colombianos y modificando el discurso guerrerista y totalitario, por el tono conciliador y pacifista, que bien desdibujado y mal parado ha dejado a Zuluaga ante los sectores de ultra derecha que tanto lo han apoyado y que no desean la paz, pues dirán que la guerra para ellos es un negocio lucrativo y no aceptarán la paz, pues no les dejará utilidad.
