Luego de la tormenta electoral, llena de tensiones y altas polarizaciones, nos sumergimos en uno de los eventos que despierta las mayores pasiones; la copa del mundo, en donde nuestra selección logró canalizar le energía que trajo las pasadas elecciones y hacer de dichas tensiones un cúmulo de pasiones y sueños. Hizo de la diferencia política, la unión y apoyo al canto unísono de los goles que nos hizo levantarnos y sentir que soñar era posible, pero como todo, la felicidad generada por 23 jugadores llegó a su fin, ahora nos adentramos nuevamente a la realidad política, social, económica y cultural de nuestro país.
Esta realidad es nuestro contexto inmediato y lo que viene en adelante debemos verlo como la posibilidad de seguir unidos, de continuar unidos por un país. En las pasadas elecciones, el pilar de campaña fue el proceso de Paz y por eso, la división tan marcada en quienes creían en un proceso y la salida negociada del conflicto armado y para otros, con un fuerte escepticismo, al ver que fue sólo estrategia de campaña vacía para la reelección de nuestro actual mandatario.
Sin la intención de continuar alimentando la polarización que ha hecho y genera estos temas coyunturales, la apuesta en este escrito es la invitación a la reflexión, es la invitación a que continuemos con la oportunidad de seguir soñando, de seguir creyendo que es posible construir país, construir nación de otro modo. La paz, el fin del conflicto o en mi opinión, la salida negociada a uno de los efectos que ha generado una variedad de conflictos estructurales, es condición de posibilidad de repensar los modos en los cuales el país debe ser reestructurado, cómo dicho proceso permite ser la puerta que se abre para las reformas necesarias que la nación hace más de 50 años lleva exigiendo, y cuando me refiero a la nación, hago referencia a los procesos en los cuales los tipos de política y las gestiones que se desprenden de estas, ha generado las mayores brechas, las mayores desigualdades y las mas altas exclusiones a esa población que agrupa dicho concepto.
El actual proceso de paz debe ser ahora el faro el cual debemos mirar, es sin duda el lugar común que involucra cualquier interés que conforma lo público, estemos de acuerdo o no, es esto lo que enmarca y exige el nuevo modo de pensar y realizar política pública, de generar un estilo de desarrollo que propenda por nuevas lógicas de reconocimiento e inclusión económica, política y cultural.
Los retos son bastantes, pero el primero a superar, es el de comenzar a evaluar dicho proceso de Paz sin los prejuicios infundados en la desinformación, comenzar a examinar en detalle los avances y resultados de dicho proceso y lo que se desprende de él, creer en lo diferente, trascender en las ideologías, no quedarnos solo en el pragmatismo y continuar creyendo. Nuestra Selección nos ofreció la oportunidad de creer en algo distinto a lo que el fútbol colombiano nos tenía acostumbrados. Continuemos por la senda de creer que otras realidades pueden ser posibles y que podemos seguir #unidosporunpaís.
