Empezaron con su primo Mario y todo el combo de parapolíticos que le pusieron los votos durante su campaña. Los mismos caciques regionales que la Corte le guardó en La Picota, durante aquellos tiempos en que todos los días el noticiero nos anunciaba una nueva captura.
Después, a su psiquiatra, Luis Carlos Restrepo, en algún lugar lo tuvo que ayudar a esconder por andar reinsertando traquetos a los que les terciaba un fusil, haciéndolos pasar por insignes combatientes de las AUC. A María del Pilar Hurtado, que dejó a medio país más chuzado que un muñeco vodoo, debe estar consiguiéndole una ratonera más segura; a Andrés Felipe Arias, que se comió entera la papa que era de los campesinos, al parecer le palanqueó la impunidad de su condena en Estados Unidos, y a Ordóñez, el Procurador de la camándula con el que tantas cosas comparte, el Consejo de Estado está por meterle un batazo en la jeta y mandarlo a calentar mecedora.
¿Pero, y él? ... ¿Qué va a pasar con Uribe? Porque llegará el momento en que el olor nos lleve a descubrir quién es el que se los echa.
Uribe está jodido.
De las causas no hay mucho de que hablar. Uribe tiene un rabo de paja que arde en llamaradas. Su familia tiene investigaciones en las que se le vincula con medio guevonaditas como extorsiones, homicidios y masacres, y al fin y al cabo, todos los que han venido condenando, hicieron política con él y constituían su ejército incondicional de funcionarios, que obedecían ciegamente sus órdenes y veneraban su imagen de tiranillo tropical.
No es que sea difícil la adivinanza: ¿En que se parece Agroingreso, Falsos Positivos, Chuzadas del Das, Yidispolitica y Parapolitica? A que no adivinan...
Los caminos del expresidente Uribe son dos:
El primero. Posesionarse como senador y aguantarse el carcelazo tan bravo que le mete la Corte, que sin lugar a dudas quedaría aforada para clavarle una condena de por lo menos 40 años, cuando lo coja a pastelazos, de coca, bala, sangre, corrupción y torcidos, durante ese juicio que lleva calentándose a fuego lento y que habrá de estar condimentado con la sazón cerrera de sus propios pecados.
¿Alguien lo duda? Unos ilustres y magnos juristas dicen que no. Que la Corte no puede venir a juzgarle a Uribe cochinaditas de cuando estaba en Palacio. Otros, entre ellos este humilde y ordinario servidor, opina que si la Corte cambió su jurisprudencia, diciendo que a los senadores de la parapolitica el expediente de la Suprema habrá de calentarles todo lo que sucedió antes y también después de empezar a ocupar su curul, y que incluso si renunciaban a ella el fuero se les quedaba pegado como un chicle al pantalón, asimismo a Uribe se le tiene que interpretar el vacío de la misma forma que a sus compinches. Es decir que todo todito todo, hasta las gracias de sus pañales cuando chiquito, se lo tiene que juzgar la Corte Suprema de Justicia.
Y si alguien lo duda yo le pregunto, ¿Cuál tesis habrá de acoger dicha corporación? Aquella institución que no le tiene ni cinco de ganas. Que le carga poquita bronca. La misma Corte Suprema a la que le echó el DAS encima, le montó espías y le chuzó no sólo sus teléfonos sino su dignidad. Esa Corte que no tuvo reparo en pisotear durante sus ocho años de gobierno, con la que se sonó los mocos de forma inclemente y sobretodo pública, como cuando siendo presidente, desde el vidrio luminoso de la pantalla, faltó que cogiera a madrazos a los magistrados, que en esa época estaban poniendo tras las rejas a todas sus fieras.
Entonces, conclusión: Uribe se posesiona y termina convertido en...¿cómo te diría? ... ¿Un Mandela con mostachito de Hitler? o mejor ¿Un conde de Montecristo con capucha de Ku Klux Klan?
La otra opción es no posesionarse y alguito de aire soplaría sobre esa mecha que tiene tan prendida, pero en últimas, hay que ver que Uribe anda caminando sobre una cuerda untada de aceite; y esto hace que la orden de captura le pueda llegar de cualquier parte, de la Fiscalía, o hasta se nos puede venir encima un milagro y va y se levanta de la tumba la Comisión de Acusaciones de la Cámara.
Ahora, algo que lo debe tener bien cabezón, son los veintiún polluelos a los que todos esos curtidos gavilanes les van a sacar los ojos si el señor expresidente no da la cara y frentea, pues de su bancada es el único que algo representa en esa gallera llamada Senado de la República. Si él no está al frente disciplinando a su tropa, seguro, apenas empiecen los debates, con un par de pasabocas que les mande Santos desde Palacio, uno a uno, como borreguitos asustados, irán saltando la cerca y abandonando el rebaño.
Entonces, conclusión, Uribe está jodido. Con cara pierde y con sello también.
Twitter: @eldiabloesdios
