De las miles de historias y experiencias que ha dejado la pandemia por el COVID-19 en Colombia hay muchas que se desconocen y que protagonizan anónimos héroes que nada piden a cambio.
Algunos de ellos son los pilotos de los aviones ultralivianos que fabrica Ibis Craft en su planta de Jamundí (Valle).
Estos aviones son desde herramientas agrícolas, como las fumigaciones de campos, hasta el recreo de quienes sencillamente soñaron con tener una aeronave propia.
Durante esta dura pandemia, gracias a los buenos servicios de los pilotos de estas aeronaves, la atención sanitaria llegó a los puntos más apartados del país.
Los aparatos están dotados de los legendarios motores alemanes Rotax, mientras que el fuselaje se elabora íntegramente el corazón del Valle del Cauca.
Son aeronaves que vuelan básicamente por visual y no requieren de aeropuertos para su aterrizaje o despegue
Cuando las terminales aéreas fueron cerradas durante la pandemia, estos ultralivianos fueron fundamentales para atender inaccesibles poblaciones de los Llanos, Cauca, Chocó y La Guajira.
En esa labor llevaron material sanitario y luego pruebas para detectar al coronavirus. También ayudaron a sacar enfermos para ser tratados en los centros urbanos y hoy se aprestan para el transporte de vacunas, cuando ya estamos ad portas de la masificación en su aplicación.
Estos aviones seguirán transitando los cielos de Colombia y se muestran como una gran solución para interconectar un país con una geografía agreste y que aún vive con restricciones por cuenta de la pandemia, como el caso de Leticia en el Amazonas.
