La facilidad de dibujar es algo innato en Taty Buitrago Posada, quien desde pequeña mostró un gran interés por este arte, y de forma autodidacta ha ido forjando su carrera, para regalar luz, color, armonía y belleza. Ella ama ver sus pinceladas en los diferentes hogares, empresas e instituciones, donde han quedado plasmadas sus obras auténticas y sinceras.
La condición humana de Taty, nacida en Puerto López —en el departamento de Meta, Colombia—, despierta admiración al ver cómo una mujer separada y con hijos mayores se enfrenta a la vida, teniendo al arte como bandera y a la pintura como su mayor satisfacción.
Ella, que residió anteriormente en la hermosa ciudad de Bucaramanga, vive en la actualidad en Bogotá, en casa de una hermana.
“Mi fuerte son las pinceladas, ―expresa Taty – y además realizo arte country, retratos a lápiz, pinto murales, dibujo en vidrio con acrílico, en tela, en zapatos, en sombreros, en guitarras, en huevos de avestruz; en todas las cosas que se puedan pintar. Mi arte lo difundo en las redes sociales y así me solicitan nuevos trabajos plásticos”.
“Mi mayor desafío –subraya― es trabajar los retratos a lápiz. Me tomó mucho tiempo llegar al punto en el que estoy, aún sigo intentando hacerlos mejor, esto es un aprendizaje continuo. Soy muy exigente conmigo misma, después de terminar cada retrato siento que lo pude haber hecho mejor, entonces me esfuerzo cien veces más en el siguiente. Lo que más me llena de satisfacción es la buena respuesta de las personas a las que he retratado, incluyendo personajes famosos de Colombia y el mundo. La clave del ser humano es aprender cada día. Este aprendizaje y enseñanza constante nos ha llevado a ser lo que somos. El arte es, sin lugar a dudas, una de las cosas que, con los años, como un buen vino, mejora a través de la enseñanza”.
“La pandemia del coronavirus –reconoce― ha influido en mi rutina de actividad física, pero mi arte es muy de casa...los murales tuvieron que parar, pero ya los estoy retomando afortunadamente”.
“En todos lados hay machismo, ―explica― no es un problema solo de Colombia. Estar separada no me cerro ninguna puerta, por el contrario, me abrió muchas y me dio más libertad para expresarme con la pintura, y mostrar mi arte. Tener pareja no es requisito para ser exitosa”.
“Quiero para mi país igualdad; quiero que se vayan los corruptos del poder; quiero comida y educación para los niños. Colombia es uno de países más ricos en fauna, flora y cultura, quiero que el mundo vea eso, somos mucho más de lo que se ve en las noticias. Quiero que el arte sea la forma de unir a todos y de mostrar cultura”, manifiesta.
“Llevo en el alma las enseñanzas de mis padres, mismas que transmití a mis tres hijos junto con mis propias experiencias. Ahora, desde hace 6 años, cumplo con un rol maravilloso. Soy abuela de una hermosa niña que lleva también, como yo, el arte en las venas. Y es allí cuando comprendí lo hermoso que es no solo transmitir mis experiencias, sino mi pasión con alguien que amo con todo mi corazón. Mi pequeña Samantha me recuerda a mí, cuando niña descubriendo el mundo entre lápices y colores, llenando de arte mi corazón. En su pequeño rostro veo retratado mis ganas, mi ilusión y la inocencia propia de la edad. Ella es la obra de arte que me entregó mi hija, que es a su vez mi propia obra de arte”, finaliza.
