El mundo conoció el nombre de Tanja Nijmeijer en 2007 cuando el Ejército adelantó un operativo contra Carlos Antonio Lozada, comandante de las Farc. Aunque el jefe guerrillero escapó, los soldados encontraron información de gran valor, y en particular un diario. Se trataba del cuaderno de una holandesa que militaba en la guerrilla y era conocida como Alexandra Nariño. Desde ese día se convirtió en una de las figuras más emblemáticas.
Tanja tuvo gran protagonismo durante los diálogos de paz entre el gobierno y las Farc, que la designó como una de sus negociadoras en La Habana. Sin embargo, tres años después de la firma de acuerdo, renunció al partido por sus serias diferencias con la dirección nacional, encabezada por Timochenko, y las decisiones tomadas. Un punto de quiebre fue el manejo del tema Santrich cuando este fue capturado en abril de 2018. Esta semana presentó su carta de renuncia.
Estimados camaradas,
creo que cuando se lleva años en un espacio sin sentirse sintonizada con lo que se decide, discute o planifica, es hora de partir antes de convertirse en obstáculo. Para mi, el partido ha mutado en algo que no puedo asimilar todavía, quizás comprender nunca. Pero de lo que sí estoy segura, es que ya no encaja conmigo.
Presento mi renuncia al partido; no cumpliré más tareas partidarias. Estaré disponible para cualquier cosa que puedan necesitar en lo personal, ya que parto con un sincero aprecio para muchos y muchas de ustedes.
Saludo cordial,
Alexandra Nariño
