El tiempo ha pasado y algunos hechos todavía son confusos. La premura del tiempo es latente y urge la necesidad de reconocernos en nuestro pasado, antes de que nos llegue “La edad de la memoria”, ese suceso ineludible de no encontrar en los recuerdos los hechos de la vida, a causa de los años. Ya se perdió la cuenta de hace cuánto comenzó el conflicto, para algunos hace cincuenta años, dirán otros, doscientos, para nosotras y nosotros los colombianos desde que nuestra patria grande fue invadida; pero los números por sí solos no hablan, y para unos como para los otros, la cuenta es bastante larga, aunque la memoria empieza a fallar porque el presente
augura un nuevo mañana.
La necesidad de la reconstrucción de la memoria para la edificación de una paz verdadera, durable y con justicia social, debe pasar sin duda alguna por examinar esa historia que nadie quiere recordar, la misma que por años han intentado borrar, la que inició con la violencia institucionalizada y los abusos del poder que van desde la conquista hasta hoy, la de las bananeras, la de el conflicto bipartidista que causó por lo menos trescientos mil muertos, el exterminio de un partido político como la Unión Patriótica (UP), el paramilitarismo, los falsos positivos, el desplazamiento, el encarcelamiento, la criminalización de la protesta, la militarización de campos y ciudades y miles de casos que seguramente muchos ya no recuerdan y que algunos otros han tratado de ocultar.
Para relatar y vivir la memoria de este país, se necesita deconstruir esos imaginarios implantados de una historia abstracta, de mentes y libros falsos si el objetivo es construir la paz; la verdad tiene que ser la vida para los próximos relatos si queremos solucionar el conflicto y garantizar la no repetición del mismo.
Hoy, luego de tantos intentos fallidos el país mantiene viva la esperanza de solucionar por la vía del diálogo uno de los conflictos más largos de toda la historia, y comenzar por fin a construir la paz que por años han anhelado los colombianos.
Los diálogos que se adelantan entre el Gobierno y las FARC-EP en La Habana, Cuba, iniciaron oficialmente el 17 de octubre de 2012, cuando fue instalada la mesa en Oslo, Noruega; y hasta la fecha han acordado tres de los seis puntos que se incluyen en la agenda participación política, desarrollo agrario integral, cultivos ilícitos el siguiente punto que entrarán a discutir comprende uno de los puntos más importantes para lograr la paz: Víctimas. En un comunicado conjunto el Gobierno y las FARC-EP, anunciaron al país los diez principios para la discusión del punto cinco de la agenda:
1. El reconocimiento de las víctimas.
2. El reconocimiento de responsabilidad.
3. Satisfacción de los derechos de las víctimas.
4. La participación de las víctimas.
5. El esclarecimiento de la verdad.
6. La reparación de lasvíctimas.
7. Las garantías de protección y seguridad.
8. La garantía de no repetición.
9. Principiode reconciliación.
10. Enfoque de derechos.
Adicionalmente, solicitaron a la Oficina de la Organización de Naciones Unidas en Colombia y al Centro de Pensamiento y Seguimiento al Diálogo de Paz de la Universidad Nacional que organizaran tres foros regionales, en Villavicencio, Barrancabermeja y Barranquilla, además de uno nacional en Cali; esto con el fin de que las víctimas presenten sus propuestas y expectativas sobre la construcción de paz en los territorios y sobre la satisfacción de los derechos de las víctimas a la verdad, la justicia, la reparación y las garantías de no repetición.
El pasado 4 y 5 de julio en Villavicencio iniciaron los foros regionales con la presencia de 521 participantes, entre organizaciones y víctimas; como era de suponer, varios grupos de víctimas no pudieron hacer parte del Foro, por lo cual decidieron hacer un plantón en el que denunciaron su exclusión e hicieron públicas las propuestas que traían.
Frente al esclarecimiento histórico de conflicto armado en Colombia, se tienen muchas fechas falsas que no coinciden con los relatos de las víctimas, es por esto que como se ha dicho anteriormente la comisión de esclarecimiento es vital para la discusión de este punto.
Dentro de toda esta coyuntura, tuvimos la oportunidad de oír una de las opiniones que surgen: Danilo Rueda, Periodista y secretario técnico de la organización de Derechos Humanos y miembro de la comisión Intereclesial de justicia y Paz. Y esto fue lo que nos contó.
- Humberto de la Calle planteó que esa comisión sería buena al final, pero no en este momento como las FARC la están pidiendo ¿Qué opina de que se haga o no en este momento?
Danilo Rueda: Yo creo que es bueno que se haga en este momento, pero realmente no parece que el gobierno tuviera voluntad política para desarrollarlo, entonces habrá que buscar un punto intermedio y el punto intermedio debe surgir de este momento en el que se habla con las víctimas ¿por qué? porque necesariamente el tema de las víctimas está asociado al derecho a la verdad, y el derecho a la verdad está asociado a el deber de la memoria.
- ¿Qué es lo que ha pasado en Colombia?
DR : Las víctimas han desarrollado procesos de dignificación y de memoria, y ellas han conservado su historia pero esa historia es parcialmente conocida por el país y ahora que se habilitó el espacio para que hablen las víctimas, el estado colombiano no va a quedar muy bien, pues según la información cuantitativa que existe de los bancos de datos demuestran que el 80% de responsabilidad de afecciones a la vida y a la integridad tiene como responsables al estado colombiano o agentes del estado que han desarrollado la estrategia paramilitar y un 23% le atribuye la responsabilidad a las guerrillas, pero se incrimina un conjunto de afecciones de victimas de quienes eran civiles y quiénes no.
- Teniendo en cuenta que este es el primer proceso de paz que ha avanzado de tal manera ¿cree usted que al final de este proceso esa verdad que esperamos todos los colombianos sea dicha?
DR : Ya están saliendo verdades, el problema es que se necesita una instancia que legitime esas verdades, por eso es importante esa comisión de esclarecimiento o el escenario mismo de la comisión de la verdad.
Al final de la entrevista Danilo expresó: “Nosotros compartimos la idea de que es necesario un esclarecimiento histórico y se requiere con urgencia porque existe mucha desinformación, muchas construcciones de memoria falsa sobre el origen de nuestra violencia y sobre las responsabilidades, tanto de la guerrilla, como del estado colombiano y actores privados que se han escondido y se han beneficiado de la violencia es obvio que si no se establece el origen del conflicto y su verdad histórica, no puede haber paz, ni reconocimiento de sus víctimas, ni justicia ni reparación”.
