Visitar Turquía en familia fue maravilloso; ser consciente y aprender ahora sí de toda la historia que representa; entender que si la historia me la hubieran enseñado con más lógica hubiera sido mucho mejor y que para mis hijas es espectacular conocer de historia, arte y geografía in situ, como debe ser.
Estambul fue fundada en el 660 a. C. como Bizancio, refundada en 330 d. C. por Constantino el Grande (o San Constantino para la iglesia ortodoxa) como Nueva Roma o Constantinopla y oficializado como Istanbul en 1930.
A través del tiempo estuvo en manos de persas, espartanos, atenienses, macedonios y de alguna manera de los celtas que cuando conquistaron Tracia, impusieron un tributo a Bizancio.
Entre el 330 y 1922 fue capital de los Imperios romano, latino bizantino y otomano; fue sede del califato otomano y es sede del Patriarcado Ecuménico de Constantinopla, cabeza de la Iglesia ortodoxa y desde 1985 sus zonas históricas fueron declaradas por la Unesco como Patrimonio de la Humanidad.
Además, Estambul está geográficamente situada en un envidiable lugar, ya que los 32 Km del estrecho del Bósforo que la atraviesa, son la única posibilidad de pasar navegando entre los mares Negro y Mármara, y entre éste y el Egeo a través del estrecho de Los Dardanelos.
Con razón Napoleón Bonaparte dijo: Si la Tierra fuese un solo estado, Estambul sería su capital.
Ahora bien, si eso es la ciudad más importante de Turquía, el país como tal no se queda atrás en importancia histórica, pues se extiende desde Europa oriental hasta Asia occidental, ubicado en lo que antes era Anatolia o Asia Menor y parte de Tracia, y ha estado habitado siempre desde los inicios de la humanidad, hizo parte del imperio seléucida, tuvo fuertes conexiones culturales con el antiguo imperio griego, y fue ocupado por pueblos godos, armenios, asirios, árabes y judíos.
Sea oportuno precisar que es en Turquía donde nacen los ríos Tigris y Eufrates entre los que más adelante en su recorrido en territorio iraquí se conforma la región de Mesopotamia, cuna de la civilización.
Es en territorio turco donde se dio la mitológica guerra de Troya —narrada por Homero en la Ilíada y la Odisea— y por ende donde están sus ruinas.
Y en ciudades como Éfeso se construyó el Templo de Artemisa y la Biblioteca de Celso y allí nació Heráclito; en Mileto nació Tales; mientras que en Esmirna nació Homero; y en Tarso, San Pablo.
También hizo parte de los territorios sometidos por Alejandro Magno tal vez el más grande conquistador de la historia, quien hasta su muerte fue Rey de Macedonia, Hegemón de Grecia, Faraón de Egipto y Gran rey de Media y Persia.
Otro hito muy importante es que San Pablo dentro de sus viajes misioneros recorrió en Turquía cerca de 1.500 Km, destacando lugares como Troya, Efeso, Pérgamo, Tarso y Mileto.
Es este mismo territorio al que se hace referencia al citar las siete iglesias del Apocalipsis (Efeso, Esmirna, Pérgamo, Tiatira, Sardis, Filadelfia y Laodicea).
Fue en ciudades suyas como Constantinopla, Éfeso, Nicea y Calcedonia donde se celebraron los primeros siete concilios ecuménicos de la cristiandad.
Dentro de las rutas tomadas por los ejércitos durante las cruzadas nuevamente es relevante todo el territorio de Anatolia, pues ciudades como Nicomedia, Iconio e incluso Ankara la actual capital de Turquía, hicieron parte de dichas rutas.
Fantástico entonces estar unos días en estas tierras, de las que todos debiéramos conocer más por su invaluable importancia para la historia de la humanidad.
