La posible candidatura presidencial de Enrique Peñalosa espantó al alcalde Petro de la joven Alianza Verde. El jefe natural de los progresistas ha dicho que él no hace parte de este renovado partido y se apartó de la consulta presidencial que se realizará el próximo 9 de marzo en paralelo a las elecciones legislativas. Aunque Verdes y Progresistas presentaron una lista conjunta al Congreso, encabezada por un hombre del corazón Petrista cómo Antonio Navarro, esta nueva colectividad quedó dividida en su apuesta por la presidencia de 2014. Los voceros Progresistas en la Dirección Nacional Verde ya están organizando una asamblea para decidir a quién apoyarán en las presidenciales y no descartan adherirse a la campaña reeleccionista; les gusta la paz como bandera de Santos, desconfían de Peñalosa por su cercanía con el expresidente Uribe y estiman más conveniente -en forma política- estar con el jefe de estado. Y al presidente-candidato le caería bien el respaldo de los progresistas justo ahora que gozan de buena imagen y recogen un buen número de indignados, mientras los votos del Partido Conservador se le escaparon de las filas de la Unidad Nacional.
