Es evidente que a ninguno le gusta que le impongan reglas o normas para utilizar algo de su propiedad y más cuando parte de dicha normatividad es impuesta por el Ministerio de Transporte o los agentes de tránsito, quienes deben velar por hacerlas cumplir.
Este es el caso de la próxima reglamentación en materia de las condiciones mínimas de calidad y seguridad que deben tener los cascos para nosotros los motociclistas. Y si a esto le agregamos la tendencia fatalista por parte de los medios de comunicación para hacerlo saber, pues tendremos una cadena de quejas, reproches e instigación a tomar medidas de hecho para mostrar el inconformismo.
Pero, ¿es tan malo que nos obliguen a buscar proteger nuestra vida? Claro, porque aquí nadie cree que se va caer, accidentar o chocar con otro. Llevar un casco de 50.000 pesos o menos de un material dudoso, descolorido, sin visera, roto u oloroso es cumplir la ley… Entonces, ¿para qué exigirnos que debemos usar cascos con precios de 180.000 pesos en adelante?
Si a la mayoría le da pereza leer su propio contrato de trabajo, o las etiquetas de seguridad de los cascos. De nada sirve traer a colación estadísticas donde se puede demostrar que si la victima de una accidente hubiese llevado un casco de mejor calidad, muy posiblemente nos estaría postrado en una cama o siendo velado por sus familiares.
Amigos moteros, la vida me demostró con dolor y cicatrices la importancia de conducir a la defensiva, llevar mis documentos en regla, mantener en perfectas condiciones mecánicas mi moto, portar los elementos de protección adecuados y la paciencia de cederle el paso a esos pocos que creen que la vía es solo de ellos y que sus propias vidas no son importantes ni para ellos o sus familiares.
Miren más allá de sus propias necesidades y piensen por un momento que un casco de calidad no solo les brindará mayores oportunidades de vivir en caso de una caída, también si está bien cuidado les dará una vida útil mayor a ese que consiguen por ahí… Y más importante aun que un casco de calidad no vale $50.000 pesos o menos.
