¡Piiiiiiiiiiiii! ¡Pita el referí y rueda el balón número cinco en el Nemesio Camacho El Camp… didatín de Bacatápolis, nuestra Atenas criolla!
¡Pum! ¡Truena el pistoletazo de salida y se impulsan a toda prisa, como impelidos por resortes, los veloces atletas de la mmB, media maratón de Bogotá, promovida por la alcalgbtía, y carrera, aaar!
¡Suena la campana en el cuadrilátero del Cæsar Palace de... La Vega, Cundinamarca! ¡Play ball, zumba la pelota caliente en el brillante diamante del barrio La Esmeralda, de la Ciudad Calamarí, o sea Cartagena!
¡Laaaargaron la carrera y salen disparados los purasangres en el hipódromo de…! ¿En cuál pista será? Como desde hace rato no existe la de Los Andes ni la de Techo en Bacatápolis, será entonces en el peladero en que podría construirse una nueva; si es que resurge la hípica, claro está.
¡Hunde un botón del reloj controla-tiempos el árbitro de la partida de ajedrez entre los grandes maestros Gustavo Izquierdozky y Fico Derechirrete; las piezas blancas hacen su movimiento inicial y se lanzan en pos del cuero cabelludo del rey negro!
¡De apertura, abriendo el juego, aparece el doble seis sobre la mesa de dominó, en la amplia terraza de la carrera 8 #7-26! ¡Vía libre a la etapa reina de la clásica ciclística de giros y más vueltas con la participación del ave fénix Egan Bernal y el condórico Nairomán por los alrededores de la Casa de Petriño, disculpa, quiero decir de Nariño!
Abramos, de par en par, el portón del zoológico-granja en que corren, vuelan o saltan los animales políticos de racamandaca en busca de la victoria. Debo recordar por enésima vez que esto hay que vivirlo a última hora.
Por tanto, remarco que estamos en marzo y faltan dos meses y pico para la trascendental elección presidencial del domingo 29 de mayo de este histórico 2022. Mientras, en el entretanto, pasará uno que otro raudal bajo el puente y ojalá no se nos abalance un trágico tsunami. Así que andemos con cuatro ojos.
Son nueve, pero en concreto, a la larga y final de cuentas solo dos lucharán a pata, ala y brazo partido por el solio de Bolívar. Cinco son los que más mojan tinta, hablan en TV y trinan en redes. Sus nombres son Íngrid, Gustavo, “Fico”, Sergio y Rodolfo, que en metamorfosis cómico-animalescas responden a los apodos de Ingridanta, Guspavo, Ficotorro, Jirafajardo y Rodolforangután.
Vámonos con Petro, el colega economista volcado a la centroizquierda por alianzas alternativas y futura gobernabilidad. Nuestro pacto del cambio ―es hora que tomes partido y juegues a ganador―, acaba de dar el primer golpe de mano, que era vencer a las consultas rivales.
Si Petro gana mañana se le vendrá encima una rocallosa montaña de múltiples chicharrones a los que tendrá que ponerle pecho, plena dedicación y todo el asertivo cacumen de su equipo ejecutivo: aumentar el nivel cultural y educativo de los pocoyó poco-lectores, promover nuevos tipos de organización autonómica en barrios y vecindarios, apoyar la renovación de los procedimientos electorales, mejorar la atención en salud pública, combatir la corrupción y llevarla a su mínima expresión, aclimatar la anhelada paz, activar nuevos mecanismos en deportes y recreación, enfrentar a mafias y pandillas de delincuentes, lidiar con los últimos reductos guerrilleros, abonar a la exorbitante deuda externa, disminuir el alto nivel de pobreza económica, suministrar componentes alimenticios a niños desnutridos, bajar el alto índice de desempleo, impulsar una reforma tributaria estructural, dignificar el menoscabado nombre del país en los escenarios internacionales, etc., etc., y mil etcéteras más.
Continuemos con “Fico”, ingeniero civil. Ficotorro: habla hasta por los codos. La ultraderecha en pasta. El facho-pollo del neoliberalismo criollo. Y no hay nada más que agregar.
¿Y los otros? Los demás son los demás. Son los del baile de Los Prisioneros, o sea los que sobran, así hagan como micos, como perros, como todos los animales del mundo.
Ingridanta, politóloga. ¡Au revoir, parvenu! Su elegancia puede ir empacando maletas de regreso a Francia.
Sergio Jirafajardo, matemático. Eh, avemaría, vayamos pues hombre pues, reservando pasajes a Nuquí, a ver si vuelven a aparecen las ballenas.
Rodolforangután, otro constructor. Es el veterano Rudolf Hess... nández. ¡Auf wiedersehen, Herr Alter Mann!
Seguimos con Luis... ¿quién es este Lucho? ¿El del Liverpool o “El Jardinerito de Fusagasugá”? ¡Ah, se trata del ingeniero industrial Luis Pérez! Y también están un tal Germán Córdoba, abogado; John Rodríguez, otro ingeniero industrial; y Enrique Gómez, otro abogado.
Respaldo el cambio y te lo diré cantando un añejo bolero. Para ello vamos a parafrasear la introducción de Quién será, del compositor mejicano Luis Demetrio Traconis.
Una versión magistral es la de la Sonora Matancera, con la interpretación inmortal de Nelson Pinedo. También la cantaron Julio Iglesias, Pedro Infante, Danny Frank, el grupo Kalimba y el Trío Los Panchos.
En inglés se titula Sway, siendo intérpretes Dean Martin y Frank Sinatra. Las acabo de oír, todas excelentes. Cabe agregar de paso que, aparte de “El Almirante del Ritmo”, hubo otra vibrante garganta colombiana en la Sonora de Matanzas, que fue la de Gladys Julio, con dos guapachosos temas que también te recomiendo oír, Playa Blanca y Dolor que mata, ambos de autoría del maestro de maestros Rafael Escalona.
Ahora sí, la prometida paráfrasis:
¿Quién será el que nos gobierne al fin? ¿Quién será? ¿Quién será?
¿Quién será nuestro gran ganador? ¿Quién será? ¿Quién será?
Yo sí sé quién va a ganar... Yo sí sé, yo sí sé
Yo sí sé que volverá a vencer... Yo sí sé, yo sí sé
