Colombia está en modo electoral, en un momento histórico de definiciones políticas. En estos comicios puede darse un punto de inflexión en las relaciones de un nuevo gobierno.
Desde el inicio del gobierno de Iván Duque, diversos sectores sociales y políticos no dudaron en declararle la oposición. No hubo vacilación al respecto. Ello contribuyó al buen suceso del estallido social de las memorables e históricas jornadas de los paros nacionales del 21 de noviembre de 2019 y muy en especial del paro nacional del 28 de abril de 2021, que por su duración, extensión e intensidad han puesto de pie al pueblo y a la nación colombiana, en la perspectiva de incidir en la correlación de fuerzas, en esta oportunidad en la vía institucional del Congreso y la presidencia de la República. Lograron poner una agenda diferente en el país.
Para estos eventos logró constituirse un organismo, el Comité Nacional de Paro-CNP-que de una parte concitó la presencia de cerca de 30 organizaciones sociales de trabajadores, campesinos, indígenas, afros, estudiantes, mujeres, jóvenes, diversidades sexuales y étnicas, sectores empresariales del agro y el transporte y de otra parte, este amplio espectro social garantizó el respaldo de los partidos y movimientos políticos de la oposición, representados en el Pacto Histórico y la Coalición de la Esperanza y algunos congresistas independientes de los partidos de la U y del liberal. A todo esto se sumó de manera explosiva y espectacular la irrupción de la juventud popular y barrial, que a más de haber desbordado las propias expectativas del CNP, desarrolló acciones relevantes de resistencia y valentía, que fue reprimida violentamente por el estado.
Todo el descontento reflejado en el estallido social y las expresiones democráticas, de amplios sectores en defensa de los acuerdos de paz, expresaron su rechazo a la perversa combinación del uribismo en su naturaleza de corte fascista y la ortodoxia neoliberal que lo acompaña.
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Una forma para derrotar la fuerza reaccionaria sería que las dos agrupaciones alternativas, el Pacto Histórico y la Coalición de Centro Esperanza, acordaran una alianza estratégica
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Una forma para derrotar esta fuerza reaccionaria sería que las dos agrupaciones alternativas, el Pacto Histórico y la Coalición de Centro Esperanza, acordaran una alianza estratégica que definiera un acuerdo programático que permitiera, unas mayoritarias bancadas en el congreso y un solo candidato hacia la primera vuelta, que llegaría con mucha opción de ganar.
El candidato presidencial Gustavo Petro ha intentado en varias oportunidades que se configure este acuerdo. Sin embargo algunos sectores de la Coalición de Centro Esperanza la han descalificado, señalando que eso sería motivo de discusión, pero para la segunda vuelta y en otras oportunidades han vetado cualquier acuerdo con Gustavo Petro.
Por lo pronto, hoy y ahora, por las encuestas, debates políticos presidenciales y la presencia de la población en las plazas públicas, el candidato Gustavo Petro y su coalición del Pacto Histórico, se ven muy fuertes en las elecciones del 13 de marzo, que puede, a más de lograr una numerosa bancada en el Congreso, desatar una mayor tendencia a que en la primera vuelta pueda definirse la presidencia de la República en favor de Gustavo Petro, fortalecida con el respaldo de otras expresiones que se desprendan de otros candidatos, partidos y movimientos, una vez se conozcan los resultados del 13 de marzo.
Frente a este panorama progresista y optimista, el uribismo y la extrema derecha preparan todo tipo de acciones incluido el fraude para detener este extraordinario desenlace que los demócratas y movimientos sociales y políticos progresistas esperamos. Incluso el uribismo, en sus diferentes presentaciones, viene aprovechando las expresiones de violencia y terrorismo que se han desatado en estos tiempos, tanto de parte del estado como de sectores ilegales de todo tipo, para generar temor y terror, buscando repetir viejos episodios que les ha dado balances a su favor.
Por consiguiente, a todo nivel, se deben seguir haciendo los mayores esfuerzos para que la inmensa mayoría de la población, se comprometan con esta posibilidad.
Las organizaciones sociales y políticas democráticas, progresistas y alternativas, han contribuido de manera sustancial al resquebrajamiento de este gobierno de Iván Duque y del uribismo. Fortalezcamos nuestro accionar en la movilización política electoral para lograr un congreso y un gobierno alternativos, que nos permita emprender mayores desafíos de profundos cambios y transformaciones en una Colombia en paz, soberana y democrática.
¡De las calles a las urnas!
Posdata: El Comité Nacional de Paro-CNP, ha decidido aplazar las movilizaciones del 3 de marzo contra el mal gobierno de Duque, por considerarlas inconvenientes en este momento dada la proximidad electoral.
Twitter: fabioariascut
