El pasado 18 de agosto, a través de Las2Orillas, el señor Parvus Bronstein (PB) hizo pública una carta dirigida al secretariado de las FARC-EP donde cuestiona diversas decisiones tomadas por esa organización en el marco de los diálogos de la Habana. Dichos cuestionamientos trascienden el debate interno de las FARC, toda vez que plantea discusiones de fondo de la izquierda internacional en el marco actual de la crisis permanente del modelo.
PB. La entrega de las armas a cambio de participación política no estaba en el plan estratégico….
El señor Bronstein parte de la idea de una confrontación con dos actores simétricos, es decir, no toma en cuenta algunos detalles fundamentales: primero, que las FARC estaban limitadas en cuanto a su volumen o acumulación de masa, esto, frente a un ejército que los superaba en una relación aproximada de 25 hombres contra 1; segundo, que la confrontación que llevaba a cabo las FARC no solo era contra el Estado Colombiano, sino, contra el mismo capital, representado en EE.UU, Israel y algunas otras naciones europeas quienes suministran al Estado, armas, explosivos, aeronaves y toda clase de pertrechos para la guerra; tercero, que las FARC como insurgencia rural quedó aislada no solo por las políticas de terror implementadas para desplazar la población de sus áreas de influencias, sino por necesidades que el mismo capital va creando, en cuanto desplaza poblaciones enteras del campo a la ciudad con el fin de tener fuerza de trabajo cesante y disponible, es decir, brazos desocupados, lo que implica su abaratamiento, y en cuánto necesita igualmente, concentrar un consumidor que garantice su propia circulación, es decir, pasar de dinero a mercancía y viceversa, por vía del trabajo, el comercio y el interés, entre otros; cuarto, que la estrategia mediática e ideológica del Estado y de la burguesía en general, apuntan permanentemente a la vida y la conciencia individualista. Estamos frente al sistema más individualista que ha existido, eso reduce sustancialmente y porcentualmente el interés subjetivo de crear soluciones colectivas; quinto, la negación de los comunistas a la lucha por el poder y el socialismo en lo práctico, la influencia de la academia y la sociología por interpretar los fenómenos sociales sin el interés de organizarse para transformarlos y el papel de los gobiernos progresistas por crear un Estado de bienestar social sin cuestionar al mismo capital; sexto, el papel de las grandes potencias como Rusia y China frente a la guerra en Colombia y la diplomacia internacional luego de 11 de septiembre.
PB. “En una revolución se triunfa o se muere si es verdadera”, Las revoluciones no se transan con el enemigo…
Nuestro amigo debe definir si la única vía de los revolucionarios para construir el socialismo o la sociedad colectivista sin mercado, como debe llamarse, es la vía armada. Si la construcción del socialismo o comunismo es un proceso estático, fijo, inmodificable o es un experimento de ensayo y error. Las vías insurreccionales que triunfaron, a lo largo de esta vida capitalista, solo fueron posible después de la derrota de la clase obrera en La Comuna de París. Se entendió la debilidad del enemigo y la necesidad de asumir el poder. La principal debilidad de la burguesía se manifestó en el hecho de su poca cohesión internacional, de allí la necesidad, como ventaja estratégica revolucionaria, de cohesionar la clase obrera a través de la Internacional. La unidad no solo fue la consigna, sino, una necesidad material. La burguesía también entendió dicha necesidad e implementó diversos métodos para detener el avance de la clase obrera. La ONU, la OTAN, le FMI, La OMC, el paramilitarismo y las fundaciones FORD, Rockefeller, y ahora USAID, NED, entre otras muchas formas antirrevolucionarias, no son propuestas descabelladas, son el resultado de la misma confrontación histórica que genera la contradicción capital trabajo. Ahora transitamos un momento histórico donde la Burguesía está unida, por lo menos contra las luchas de la clase obrera; y la clase obrera está totalmente dispersa. Ante este panorama, qué garantías de triunfo tiene una insurrección armada totalmente aislada. Algo nos hace sospechar, al igual como Marx presupone del comunismo, que las revoluciones armadas solo son posibles si tienen un carácter universal. Lo otro, solo serán quimeras de nuestra vejez.
PB. La victoria estratégica es la rendición diplomática del enemigo que está acorralado y no se puede exterminar… Las farc entregaron las armas porque no tuvieron otra opción, sufrieron una derrota estratégica y los diálogos de la habana fueron una rendición con condición…
Aquí nuestro amigo hace referencia a la tal “derrota estratégica” que sufrió las FARC militarmente, que la obligó a entregar las armas. Hace del método, el objetivo. Afirma, tácitamente, el cese de la confrontación, debido a que se tratara, según se manifiesta, de una derrota estratégica y no táctica, peor aún, de una rendición; lo que implica, en sentido estricto, la renuncia del objetivo. Si esto fuera cierto, ¿para qué Congreso?, ¿para qué nuevo partido?, ¿para qué curules? Tendría que preguntarse, luego de esa renuncia al objetivo, ¿qué sentido tiene que sigan asesinando militantes de las FARC en todo el país?, ¿qué sentido tienen las amenazas contra los miembros del secretariado?, ¿qué sentido tiene el incumplimiento del Estado frente a los acuerdos? o ¿para qué un gobierno de transición? Una organización rendida, no reviste ningún peligro.
PB. Prueba de la rendición es que en los diálogos no se trató lo económico, ni la doctrina militar y la reforma rural fue muy pobre. Más se renegoció con la ultraderecha después del triunfo del NO y se entregaron las armas sin desmontar el paramilitarismo.
Habría que preguntarse si el resultado de dichos diálogos conduciría al socialismo, si la clase burguesa colombiana estaría dispuesta a suicidarse en dichos diálogos. Nuestro amigo toma como rendición el hecho de que las Farc acepten el monopolio de la violencia en manos del Estado actual, que es el verdadero resultado de estos diálogos, pero desconoce que la propuesta de un gobierno de transición también intenta monopolizar la violencia en manos de un nuevo Estado. La verdadera pregunta sobre este tema sería definir cuales son las garantías para lograr dicho gobierno de transición, es decir, el monopolio de la violencia en otras manos. Pero dichas garantías, no suministradas por la burguesía, sino el resultado revolucionario de acciones concretas surgidas del análisis de la realidad concreta.
PB. ¿Está caduca la vía armada o la vía insurreccional apoyada por un ejército irregular campesino?... ¿Cuál es la estrategia revolucionaria que proponen si es que está agotada la vía armada?
La vía armada, para responder subjetivamente a esa pregunta, jamás estará agotada porque no es una condición que impone la clase obrera. Pero, si esa vía es una acción aislada, si el acumulado de masa necesario para su proyecto está anquilosado en el estatismo, si se trata de un grupo de revolucionarios de espalda a la realidad actual de acumulación y centralización de capitales; si la conciencia social permanece enajenada sin buscar formas alternas de contrarrestarlas y si los partidos y movimientos revolucionarios la niegan; tarde o temprano será igualmente negada por toda la sociedad. La vía armada es solo uno de los medios usados, pero es una vía en la cual la burguesía internacional se ha desenvuelto de manera eficaz para contrarrestarla. Hay otras vías aún no agotadas, la burguesía está unida solo en el terreno donde su enemigo de clase es común, donde es periférico. Pero tiene enormes contradicciones internas, la contradicción donde un capital necesita absorber otros capitales, sea por vía de la competencia, sea porque el capital bancario le arrebata parte de la plusvalía al capital industrial a través del interés, sea porque el capital ficticio termina convirtiéndose en una moneda con forma de título valor que valoriza la aseguradora y centraliza la banca, etc. La última gran contradicción mundial que tuvo la burguesía por arrebatarse los mercados produjo en siete años la lamentable cifra de más de sesenta y dos millones de obreros muertos. Es un terreno pantanoso y peligroso en el cual la clase obrera aún no ha paliado, el terreno donde los capitales se disputan ferozmente.
PB. Si en una revolución no hay músculo militar que la respalde, no hay continuidad posible de cualquier victoria político electoral. Pero es probable que el secretariado haya hecho otro análisis y que haya hecho algún descubrimiento basado en alguna otra experiencia…
Las armas no determinan necesariamente el resultado electoral y mucho menos el poder. Diversas experiencias latinoamericanas lo demuestran. El poder no es llegar a ser mayoría en un parlamento, en el área ejecutiva o en otras ramas del Estado. El poder real se esconde en las grandes corporaciones económicas, que son la verdadera base de la sociedad actual. La clase obrera, representada en los partidos revolucionarios, jamás tendrá el poder sino se hacen primero con el poder real. Si no son competitivos en el terreno donde la burguesía es vulnerable, en su propio terreno. Las armas siempre estarán de parte de quien centralice la riqueza.
