El balance que presentó hoy la Superservicios, Natasha Avendaño García, sobre sus 100 días de intervención a la empresa de acueducto y alcantarillado Esmmar de Santa Marta no fue bueno.
Reconoció que no hay mejoras en la prestación del servicio de agua potable, al mismo tiempo que en alcantarillado, como se evidencia todos los días en los barrios y calles de la ciudad.
Igualmente, en el balance difundido a periodistas en rueda de prensa, no precisaron algún avance en materia de financiación de la empresa, otro de los motivos por los cuales intervinieron a Essmar. La cartera morosa sigue igual.
Uno de los puntos que la Superservicios más resaltó a efectos de la intervención fue la facturación, pero en el periodo de intervención el comportamiento no es alentador, puesto que de acuerdo con el indicador expresado en porcentajes se ha mantenido con tendencia a la baja frente a periodos anteriores. Es decir, su gestión en manera alguna ha contribuido a mejorarla y, por el contrario, lo que se evidencia es un deterioro en la misma.
Otro indicador es el de recaudo corriente. Las cifras muestran que porcentualmente, estas no cambiaron la dinámica. De hecho, se mantiene estancada con tendencia a la baja y por lo general sucede a causa de una mala gestión comercial.
En cuanto al índice elevado en la pérdida de agua, que es una de las causas principales que afectan la calidad del servicio y comprometen la sostenibilidad de la empresa, en el periodo de la intervención, las pérdidas alcanzaron niveles nunca antes registrados e incluso ni cuando estaba Metroagua.
Hoy se está perdiendo más del 62 % del agua en Santa Marta. Y ese indicador sí castigan duramente las finanzas de la Essmar, sin contar que la empresa ha adquirido obligaciones financieras con el fondo empresarial por $12.500 millones, que debe incluir en su pasivo para empezar a pagar en 16 meses. Si ese comportamiento en el recaudo no mejora, seguirá acrecentando el déficit. Y en ese orden, la intervención (cura), resultó ser peor que la enfermedad.
Para salir adelante, Essmar necesitaba hacer cuatro ajustes:
1) Inyección económica para reducir o desaparecer el déficit, cosa que había anunciado la alcaldesa de Santa Marta Virna Johnson, y lo cual haría entre diciembre y enero, pero que por cuenta de la intervención y la persecución política del gobierno nacional, es muy probable que no vaya a pasar,
2) Era necesario consolidar un adecuado proceso de recaudo y facturación, para no permitir qué el déficit se siguiera incrementando,
3) Avanzar drásticamente en las obras que permitieran reducir las pérdidas de agua.
4) Ajustar la tarifa, para llevarla a su valor real, después de que con otra intervención, en este caso la del entonces secretario de transparencia de la Presidencia de la República, que asumió el propósito de llevar a la quiebra la empresa, bajo las tarifas de manera ilegal.
Y finalmente, con los indicadores y el daño que la Superservicios le ha hecho a Essmar, no cabe la menor duda de que el incremento de las tarifas ya no serán del orden del 20 o el 22 por ciento que se proyectó, sino que la interventora ahora va a obligar a los samarios a asumir un aumento que está por encima del 35 %.
Luego de este análisis tras la exposición realizada tanto por la Superservicios, Natasha Avendaño García y la gerente interventora, Yahaira Díaz Quesada, en la rueda de prensa realizada el jueves 3 de marzo en las oficinas de Essmar, no queda más qué decir: pobre balance de 100 días de intervención a Essmar hizo Superservicios ante periodistas.
