La exposición “relámpago” “What’s happening to us?” que tuvo lugar el 30 y 31 de agosto en la galería Le Coeur en Paris reunió a ocho artistas y diseñadores, entre ellos dos colombianos. “¿Qué nos está pasando?” fue la pregunta que unificó las propuestas artísticas del grupo de jóvenes todos pertenecientes a la generación del comienzo de los 90’ y que buscó hacer resurgir, a través de las obras individuales de cada uno de ellos, esos hilos generacionales que los unen. La apuesta de James Tennessee Briandt, diseñador gráfico, artista de instalación y amigo en común de los participantes, era que las respuestas gozarían de una cierta coherencia y resonancia.
Las creaciones de los artistas variaron entre el diseño de objeto, el diseño de accesorios e impresión textil, la realidad virtual, la instalación y el video, y la performance. Uno de los temas que compartieron las obras fue el contraste entre el mundo antes del internet y la realidad super-virtual de hoy en día, y buscaron reencontrar al visitante con una cierta sensibilidad pre-cibernética que las pantallas nos han hecho perder. La colaboración del director de cine colombiano Tomás Pinzón Lucena, egresado del conservatorio de cine de Paris y actualmente en post-producción de su primer documental, y Briandt, combinó un dispositivo tecnológico y un video para darle al espectador una experiencia inesperada.
Después de recorrer el primer piso de la galería, y bajar unas escaleras en caracol el espectador se encuentra al fondo del nivel inferior en una sala iluminada de azul con dos pequeñas columnas, una a cada costado de la sala, iluminadas con pequeñas luces blancas. Tras una corta exploración de la sala descubre que creando una conexión entre las columnas inicia la proyección de un video. Este dispositivo de dos columnas, concebido y creado por Briandt, exige así la participación del espectador como requisito para que la proyección del video de Pinzón. En el momento que los espectadores se toman de las manos y crean la conexión entre las dos columnas, un plano fijo aparece frente a ellos en el que se ve un grupo de guerrilleros FARC yendo a buscar su ración de desayuno. Los espectadores, en su mayoría, no saben que la escena tiene lugar en Colombia o que constituye un momento del cuotidiano fariano que fue filmado antes del cese al fuego, y se preguntan los unos a los otros si se trata de una puesta en escena o de la realidad. Creando una ventana hacia la intimidad de un campamento guerrillero, la instalación construye un paralelo entre la acción colectiva de los espectadores cuya conexión física permite visionar el video, y la acción individual de un grupo de guerrilleros que busca cada uno su ración de desayuno.
Dentro de el mismo espacio de la galería, simultáneamente a la proyección video, tiene lugar un performance. Como forma de arte inmaterial el performance existe, en principio, solamente en la experiencia del espectador, y su posteridad está en el recuerdo y la vivencia de quienes lo presenciaron. Interesada en el poder creador del lenguaje y de la fina barrera que separa la ficción y la realidad, la colombiana Sofía Bonilla Otoya, filósofa de la universidad de la Sorbona, escritora y videasta aficionada, deambuló durante las 18 horas que duró la exposición hablando a los visitantes y contándoles historias. Mezclando improvisación y planificación minuciosa, Bonilla narraba historias inventadas y reales a los espectadores buscando que, a través de la experiencia que su voz y presencia hacían posible, pudieran vivir las obras de otra manera y que la ficción y la realidad se confundieran en sus recuerdos.
La exposición colectiva permitió una conversación transcultural de miembros de una misma generación con la esperanza de repensar el mundo contemporáneo de puntos de partida distintos. Las conversaciones entre los artistas y Briandt durante los meses que precedieron la exposición quedaron registradas como transcripciones en línea: http://jamesbriandt.com/what/
