En la Provincia de Trento, en el norte de Italia, funciona una poderosa economía campesina de minifundistas en montaña, organizada, desde hace más de un siglo, en un verdadero e integral sistema cooperativo de tres niveles y en varios sectores, quienes son propietarios de la tierra, y con bienes comunes —a través de las cooperativas— se benefician de la transformación y comercialización, que compiten exitosamente en el mercado italiano y en el mundo entero con transnacionales en vinos, lácteos, y frutas y derivados, y que crece de manera sostenida resistiendo dos guerras mundiales, la Gran Depresión de 1930 y la Gran Recesión de 2008. Seguramente han escuchado hablar de Cavit o Melinda.
A finales del siglo XIX el panorama general de la región de Trento era similar a la de Nariño u otros departamentos andinos hace 50 años: economías campesinas minifundistas de subsistencia, mínimos niveles de capacidades y de tecnología, sin acceso al mercado; y en el caso de plagas o enfermedades y de largos inviernos la gente moría, y una salida fue el afianzamiento de la cultura de la solidaridad y la migración a América del Sur: Argentina, Brasil, Venezuela, y, en muy contados casos a Colombia, a Pasto. En nuestro país, la diferencia era que el clima no es tan riguroso y la mortandad era mucho menor. En el Trentino la inexorable vinculación de esta precaria economía al mercado era un hecho dramático que se enfrentó de manera integral.
La aludida cultura campesina de la solidaridad —surgida en la adversidad de la existencia—, unida a la influencia de la doctrina social de la iglesia católica y del socialismo utópico, y la transferencia de modelos de gestión asociativa por parte del Imperio austrohúngaro fueron los fundamentos para que a partir de la última década del siglo XIX se implementara una sólida estructura de gobernanza de un sistema cooperativo de tres niveles: cooperativas de productores en diversos sectores; consorcios de cooperativas; y una Federación Trentina de la Cooperación —una cooperativa de consorcios—. Hay que destacar que se creó desde las etapas tempranas un centro de investigación de excelencia y de transferencia de tecnología: el Instituto Agrario y Experimental en San Michelle all’Adige, hoy la Fundación Edmund Mach, que dinamizó la innovación y la capacitación de los campesinos trentinos.
El sistema tiene un alcance de cadena de valor: producción, transformación, comercialización, y otros servicios. El pequeño campesino propietario de su finca —2 a 5 hectáreas en promedio— participa de los beneficios de una o varias cooperativas que actúan en varios eslabones de la cadena. Hay incluso participación de las cooperativas en sociedades anónimas u otras que controlan con el fin de lograr efectividad empresarial.
La dimensión del sistema se aprecia en estas cifras: en 2015 en la Provincia de Trento operan 515 empresas cooperativas que vinculan a más del 50% de la población de la Provincia —cerca de 300.000 personas; el sistema cooperativo genera entre el 20 y el 22% del empleo Los ingresos totales del sistema en 2012 fueron del orden de 2.610 millones de euros, participa con el 13% de la producción de la Provincia; el 13.2% del valor agregado y con el 15% del empleo total; en el sector agropecuario y agroindustrial participan con el 84% de la producción, (OECD, 2014). Vale decir que el PIB per cápita en Trento es de 35.000 euros, 10 veces el colombiano.
En Trento el sistema cooperativo además de la efectividad en la prestación de servicios y en su actividad empresarial, otorga elevada prioridad a los valores tales como democracia, reciprocidad, intergeneracionalidad, equidad y paz. El valor de la paz lo relaciona con la justicia, con un desarrollo equitativo y respetuoso de la dignidad y de los pueblos. Se acerca mucho al concepto y práctica del desarrollo como libertad, basado en competencias centrales (Sen, Nussbaum)
Tengo, desde hace años, la oportunidad de tratar con un familiar trentino, pequeño campesino empresario, que logra innovaciones y ha obtenido tres patentes sobre frambuesa registradas en la Oficina de Patentes de Estados Unidos (una de ellas: US PP28,138). Y deseo compartir emocionado con ustedes que tengo la experiencia de confirmar que esos valores de solidaridad, laboriosidad los he vivido en alma propia a partir de vínculos familiares y de amistad con esos extraordinarios y queridos campesinos trentinos.
* Este artículo es fruto de conversación con y estudio de documentos de los Profesores Dimitri Endrizzi y César Ferrari, OCDE y de mi experiencia de investigación en Italia.
