¡No hablemos más del metro!

En la sección de opinión de la revista Semana del 3 de septiembre de 2019, el columnista Eduardo Behrentz publicó un artículo titulado No hablemos más del metro, en el cual, entre otras cosas, comenta: “que el proyecto de hacer una única línea de metro, siendo un paso importante en la dirección correcta, es marginal en su impacto de corto plazo".

Además plantea: “Lo anterior es común para las intervenciones urbanas: no hay solución única ni fórmula mágica. Es la buena planeación de largo plazo, siendo la suma de muchas partes y elementos, la que logra el avance de las ciudades. En el caso del metro, su verdadero impacto no se materializará hasta que exista una red de múltiples líneas interconectadas con TransMilenio, el SITP y los servicios de transporte regional. Y esto implica un plan a varias décadas con inversiones bastante más cuantiosas”.

Y más adelante comenta: “Lo más grave en este sentido es que al verse copada la agenda del debate público en esta discusión, dejamos de hablar de lo realmente importante. La conversación sobre el futuro de la capital del país debería estar centrada en las propuestas sobre el modelo de ciudad sostenible que necesitamos para competir en las realidades del siglo XXI”.

Al respecto es importante comentar que estas dos ideas: la buena planeación de largo plazo y el modelo o visión futura de ciudad, son fundamentales y nos debe llevar a la discusión que se debe introducir con urgencia en la agenda del debate público, la cual es: “la necesidad ineludible y urgente de contar con un plan de transporte integrado y sostenible para la toma de las decisiones sobre este tema en Bogotá” [i].

Con relación al transporte y la movilidad en la ciudad de Bogotá, no se identifican los lineamientos de un plan sectorial integrado a una estrategia de desarrollo global y de largo plazo de la ciudad. En este sentido, no se identifica un plan de transporte que integre el planeamiento del transporte y la movilidad con la planificación y los planes sectoriales, sobre todo con el uso de la tierra y el desarrollo espacial, el medioambiente, la inclusión y la equidad social, el desarrollo económico, la seguridad, la salud, la educación, y las tecnologías de información ciudadana.

Lo anterior sería parte de lo que ha facilitado el que frecuentemente se presente una orientación preconcebida hacia proyectos y medidas particulares, que se convierten en un propósito en sí mismas, perdiéndose de vista los problemas a ser solucionados y los objetivos y estrategias correspondientes a una visión de largo plazo, entre ellos la planeación y creación de una sociedad con menos necesidad por transporte y el incremento de la capacidad de manejar e influenciar la misma demanda.

Teniendo en cuenta lo anterior, en Bogotá, primero que todo, es necesario: por una parte, incorporar el criterio de la sostenibilidad en la agenda del tema del transporte, y por la otra estructurar una política para el planeamiento del transporte urbano y el diseño de un plan de transporte urbano integrado y sostenible para la ciudad, que asegure la escogencia, toma de decisiones e implementación eficientes de políticas, medidas y proyectos y en últimas el logro de los objetivos planteados. Lo demás es continuar con la forma de discusión y de toma de decisiones “absolutamente erizante” como la calificó un consultor internacional en un foro que se realizó hace algunos años en Bogotá [ii].

Ante esto, surge la pregunta: ¿si no se cuenta con una visión, así como con estrategias y metas de largo, mediano y corto plazo, partiendo de un análisis riguroso de los problemas que necesitan ser solucionados, entonces, sobre qué bases de comparación, se puede, por ejemplo, debatir y tomar una decisión de escogencia sobre una política, una medida, un proyecto, un sistema o una tecnología?

Como lo expresó otro experto en el foro mencionado: “el punto no está en discutir si debemos escoger entre metro, tranvía, TransMilenio o busetas. La clave —subraya— está en la concepción y el manejo de un esquema integral e integrado, que responda a una planificación, a un orden y a una estrategia".

El desarrollo sostenible e integrado del transporte urbano es uno de los grandes desafíos de la actualidad y esta como asunto prioritario en la agenda de la mayoría de ciudades que están afrontando con éxito los retos que el transporte urbano está planteando.

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