Las mujeres buscamos seguir creciendo en la igualdad de nuestros derechos, para lo cual con el paso de los años seguimos demostrando nuestra capacidad empoderándonos en los diferentes espacios, es así como tenemos un incremento en los espacios de poder. En lo electoral por ejemplo, tenemos las siguientes cifras: en el 2007 participaron 16.972 mujeres, en 2011 (36.137) y en 2.015 (41.507) mujeres participaron para los cargos de elección popular. Este incremento refleja una mayor confianza y autoestima por parte de las mujeres. En consecuencia hoy tenemos en todo el país 5 gobernadoras, 134 alcaldesas y 2.127 concejalas.
Paralelamente la violencia contra las mujeres incrementó según las cifras de Medicina Legal, para 2015 (40.483) mujeres fueron víctimas y para el 2016 (49.812) este incremento puede leerse de dos formas: que las parejas siguen abusando y usando su fuerza para maltratar en vez de apoyar y empoderar o que las mujeres se sienten más capaces de denunciar. Cualquiera sea la explicación a este fenómeno es inadmisible el maltrato y violencia contra la mujer.
Hoy celebramos como mujeres las conquistas de nuestros derechos, nuestra sociedad está llena de mujeres valientes que desde cada uno de sus espacios demuestra la importancia de la labor que realizamos para la construcción de una mejor sociedad, aunque hoy ocupamos espacios en la política, en la empresa, en la academia, nuestra sociedad sigue vulnerando los derechos de muchas mujeres que son maltratadas y violentadas de diferentes maneras. Aún falta camino por recorrer pero estoy segura que como mujeres estamos llenas de fuerza y valor para lograr lo que nos proponemos, y continuar en la conquista de nuestros derechos para lograr una sociedad más justa y equitativa.
Seguimos progresando en la igualdad de nuestros derechos año tras año y nuestro deber como mujeres será continuar demostrando nuestras potencialidades y capacidades sin dejar de lado nuestra feminidad, por eso nuestro mejor regalo será una pareja respetuosa de nuestro crecimiento que apoye y ame nuestra fuerza interior y nuestro liderazgo, unos hijos que valoren nuestro trabajo en casa y oficina y entiendan que la mamá no es la empleada doméstica, sino una hermosa mujer que los ama y quiere seguir creciendo como madre, como pareja y como mujer.
