He de confesarles que en el minuto 89 del partido de hoy, recién marcado el gol de James e inmediatamente después de un tiro de esquina que Ramos apenas logró peinar el cual se fue desviado cerca al palo, estando como todos ustedes con el corazón en una mano, y las ilusiones en la otra, pensé en esa frase que durante muchos años ha acompañado no solamente las muchas derrotas que sufrimos (algunas justas, otras crueles y otras inmerecidas) tanto en el fútbol colombiano, como en muchos otros deportes; incluso es una frase que transciende este contexto y está encarnada en el subconsciente individual y el consiente colectivo como una manera de justificar aquellas derrotas diarias que acaban con ilusiones transitorias de nuestros proyectos de vida, lo confieso pensé “Mierda, Nos van a faltar los 5 centavitos para el peso” pero inmediatamente después recordé el dolor que me causó aquel gol que aquel arquero argentino una vez se dejó meter para que no fuéramos al mundial pese a ganarle a Paraguay 4-0 de visitante, aquella jugada de Oscar Córdoba vs Argentina en el Campín cuando saca y el balón pega en la espalda de Viáfara y le queda servido para anotar a Crespo, aquel 9-0 de Londrina vs Brasil que era imposible que sucediera pero sucedió; recordé muchas, muchas decepciones alrededor de este juego en los últimos años, en los años en que ya tenía una consciencia futbolística definida y que no podía ver a la selección de la manera en que soñaba, años en los cuales se acumulaba un grito de orgullo y ganas de victoria para la Selección; y fue en ese instante cuando comprendí lo poderoso que es el fútbol y la enorme participación que tuvo esta selección, y yo sé que es algo obvio, que todo el mundo está diciendo y sintiendo, pero en verdad escribo en nombre de todos los que soñamos siendo niños con poder llegar a ponernos esa camiseta, los que dañamos decenas de ventanas y porcelanas por jugar dentro de nuestras casas, los que después jugamos en calles, canchas de piedra, potreros y demás lugares improvisados por miles de horas solamente con la ilusión de disfrutar al máximo lo que más nos gustaba mientras nos hacíamos propios los nombres de jugadores extranjeros e incluso de personajes animados de Supercampeones , mientras nos lanzábamos de los palos a ver si lográbamos hacer aquella jugada mágica de Richard Dexter; hablo por los que pasamos centenares de horas de entrenamiento y de jugar cuanto campeonato se pudiera esperando por que en algún momento se diera la oportunidad soñada, por los que vimos que esa oportunidad no llegaría y decidirnos tomar otro rumbo en la vida, en definitiva por cada uno de esos amigos de balón y de vida que estudiamos y trabajamos con pasión para algún día, volver en la posición que fuere (entrenador, administrativo etc.), a ese amor de toda nuestra existencia, en fin, hablo por todos ellos cuando digo que esta selección superó en demasía nuestros sueños y que este proceso es fruto del esfuerzo no solamente de ese grupo sino de todos los que estudiamos, trabajamos y amamos el fútbol
Sé que hay personas (que ampliamente me lo han hecho saber durante estos día de mundial) que consideran que el fútbol ( y el deporte en general) es solo un circo que sirve como herramienta para distraer la atención de los aspectos realmente importantes de la vida, y tal cual lo dice un comercial de TV: “en la vida hay muchas ,muchas cosas más importantes que el fútbol”, pero al final del día el fútbol es una opción de entretenimiento, sólo eso, pues él per se, no resuelve ni le cambia la vida a nadie, eso es como ir a cine y esperar que Bruce Willis te proteja en el camino a tu casa; las cosas como son, y este fútbol y este equipo nos entretuvo, nos divirtió, nos ilusionó y no le faltó los 5 centavos para el peso, nos dio un billón de alegrías y sonrisas, y eso para muchas personas es más que suficiente para hacer que su día sea un poco más feliz. Por eso al minuto 94 cuando el juez tocó el silbato y levantó su mano, pensé “Mierda, que grandes son estos tipos, que orgullosos nos hacen sentir y que hermoso es el Fútbol”.
