Por salud, para mantenerse activo, para llegar más rápido, para ver el paisaje, para economizar gastos de transporte y para aportar un granito de arena en mantener limpio el aire del Valle de Aburrá, los paisas llevan años comprometiéndose con la bicicleta.
Desde el 2011 comienza la implementación del Sistema de Bicicletas Públicas del Área Metropolitana del Valle de Aburrá ‘EnCicla’. Con esta iniciativa, la alcaldía de la capital antioqueña antojó a sus ciudadanos para casarse con la bicicleta como medio de transporte.
Según el reporte anual, en 2018, los usuarios de EnCicla recorrieron 9´117.857 kilómetros, en más de 2´500.000 viajes. Es como si cada habitante de Medellín hubiera hecho al menos un viaje utilizando EnCicla.
Si se considera que al menos el 10 % de estos kilómetros los recorrieran personas que antes lo hacían en automóvil, se dejarían de emitir cuatro toneladas de PM 2.5, uno de los principales contaminantes que inciden en el deterioro de la calidad del aire en el Valle de Aburrá. Si la misma medición se hace con motocicletas, la cantidad de emisión de este contaminante se reduciría en 30 toneladas.
Las iniciativas culturales y la buena infraestructura de la ciudad han propiciado la conformación de más de 5 colectivos ciudadanos que giran en torno al transporte en bicicleta. Con actividades como bicitours culturales, cicleadas colectivas y paseos periódicos por las calles medellinenses, estos colectivos trabajan por seguir fomentando la cultura ciudadana de una ciudad que se mueve en dos ruedas y a punta de pedaleadas.
