Manuel Teodoro y el alcoholismo que por poco acaba con su vida

Manuel Teodoro y el alcoholismo que por poco acaba con su vida

La salida del aire de Séptimo Día en el 2000 fue el disparador hacia un abismo del que logró salir. Lleva ya 13 años sin tomarse un trago

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septiembre 19, 2020
Manuel Teodoro y el alcoholismo que por poco acaba con su vida

Manuel Teodoro, no soñó con ser periodista sino con enlistarse en la Fuerza Naval de los Estados Unidos, admiraba las fuerzas militares y pensó que adquiriría disciplina. A los pocos meses su motivación se esfumó, descubrió que el mundo de la marina no había sido hecho para él, prefería ser protegido y no proteger. Pero no podía zafarse fácil por el contrato firmado.

Tuvo una idea para escapar. Una noche en altamar, a la vista de sus compañeros, se hizo el sonámbulo fingiendo que podría caer en el mar. La expulsión llegó de inmediato por razones médicas. Una salida honorable que con la que concluyó su calvario pero con un costo grande: terminó internado en un manicomio. Pero eso si, Manuel Teodoro puso a prueba su recursividad y capacidad para asumir riesgos.

Empezó a trabajar repartiendo periódicos a las 3 de la mañana en un campus universitario, al corto tiempo quería escribir con el fin que su voz fuera escuchada. No fue tarea fácil pues era tan solo un mensajero, pero su persistencia lo llevó a CBS News, Univisión, CNN y finalmente a Colombia.

Conoció Colombia cuando apenas tenía 16 años. Nacido en Nueva Orleans, su madre, una cartagenera, se había casado con un filipino en Estados Unidos. En plena Guerra Fría, sus padres tomaron la decisión de regresar a Manila con lo cual Manuel aprendió como primer idioma el tagalog de su padre y el inglés que era común en la isla. Pero el divorcio de sus padre puso a su mamá de regreso a Colombia. La familia quedó dividida.

      Teodoro (derecha) a sus 15 años antes de instalarse en Colombia

Con 16 años en la capital de un país nuevo del que desconocía su idioma, a Manuel no le quedó de otra que aprender español a las malas, con los trabajadores de la finca como maestros. De ahí su acento que nunca ha podido corregir, pero con el que logró graduarse de bachillerato y trasladarse a vivir a Estados Unidos.

Trabajar para Yamid Amat presentando el Noticiero CM& le abrió la puerta para dirigir Séptima Día en 1996. Pero no todo resultó color de rosa. Con su carrera en la cúspide y uan vida personal organizada con la caleña Ana Isabel Zamorano,  la fama y el prestigio le jugaron una mala partida: cayó en el abismo del nunca escaparía definitivamente: el alcoholismo.

Empezó con un trago diario de whisky en las tardes. De no hacerlo la abstinencia se agudizaba y venia la furia, la irritación.  El alcohol empezó a gobernarlo. Y empezó su doble vida: Manuel Teodoro frente a las cámaras y el Manuel Teodoro ahogado en el alcohol. Séptimo Día se consolidaba como el magacín más visto de la televisión colombiana, su carácter investigativo, denuncias ciudadanas y crónicas cotidianas fueron la mezcla perfecta para junto a María Cecilia Botero, en el set. En el primer año superaron rating a la popular comedia ‘Dejémonos de Vainas’ que llevaba más de 12 años al aire.

Controlaba su vida profesional y nunca dejó filtrar su circunstancias que le iban tomando ventaja. La mezcla obsesiva por el trabajo y el gusto por el trago resultó una combinación letal. Avanzaba en Séptimo Día mientras el alcoholismo empeoraba.

En el 2000, Teodoro sufrió el golpe más duro de su carrera, Séptimo Día salió del aire. Su prometedor magacín no soportó las 38 demandas en su contra a causa de sus contenidos basados en denuncias que destaparon una serie de escándalos. Aunque Caracol ganó las demandas, el programa no continuó. Una frustración que se convirtió en el disparador para ahogar en el alcohol su desesperación.

Su adicción lo colocó en una disyuntiva: o las urgencias de un  hospital o la muerte. El daño familiar resultó una secuela inevitable. La prepotencia era su escudo frente al mundo exterior,  Su carrera era una ilusión del reflejo de lo que fue en el pasado. Pero aceptar que estaba enfermo no era fácil. Requirió de coraje y humildad.

Con la misma decisión con que escapó de la Marina, en plenas fiestas navideñas Manuel Teodoro decidió internarse para someterse a tratamiento. Con el apoyo familiar y la  espiritualidad superó los momentos duros de la abstinencia que acompaña la desintoxicación.

Conoció a personas de Colombia y de todas partes del mundo atrapadas al igual que él en ese laberinto sin salida, hay quienes lo lograron y hay quienes no corrieron con la misma suerte.

Aunque se logró limpiar seguía siendo un alcohólico en recuperación. Se hizo miembro de un grupo de alcohólicos anónimos, los “pájaros madrugadores” como se hacen llamar, se mantienen unidos hasta hoy.

En el 2007, cuando su vida se normalizaba, alejada de los excesos, recibió una llamada inesperada. Caracol le ofrecía volver a dirigir y presentar Séptimo Día, el programa se transmitiría de nuevo después de 7 años. Aceptó y con la situación ya bastante controlada logró tomar las riendas y posicionar de nuevo el programa de denuncia  ciudadana más popular de la televisión colombiana.

Séptimo Día | Wiki Youtube Pedia | Fandom

   Manuel Teodoro comparte set al lado de María Lucía Fernandez

Desde aquella reveladora navidad, Manuel Teodoro lleva 13 años sin consumir una sola gota de alcohol. La pandemia le demostró que era un problema superado, ni el encierro lo hizo recaer. Aunque Séptimo Día sigue transmitiéndose desde el confinamiento, él pasa sus días en cuarentena en abstinencia, esperando volver al set de grabación para seguir ayudando a quienes le envían denuncias cada día.

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