La semana pasada escuché una entrevista en “6 a.m. Hoy por hoy” de Caracol Radio que me puso a pensar en el papel que juegan los medios de comunicación en la difusión de los contenidos creados por los Youtubers, los cuales muchos colombianos consideran basura.
Aquí, en Las 2 orillas, se han escrito varios artículos críticos sobre el “fenómeno”. En la mayoría se ha resaltado que esos contenidos son de muy poco interés. Frente a las críticas, los Youtubers suelen defenderse de diversas formas. “Paisavlogs”, por ejemplo, se despacha contra “los adultos” que no aprecian su trabajo afirmando que él no es el culpable de la podredumbre actual de la sociedad colombiana. Sostiene, entre otras cosas, que “para nadie es un secreto que para pasar una materia en el colegio solo hay que tener plata o… las rodillas limpias” (la verdad, no sé que quiso decir con esto último, ni lo quiero saber). Asimismo, afirma que los Youtubers no son los culpables de la estupidez del país, ni de que Peñalosa haya hecho trampa con un diploma, ni de que ellos sean el nuevo entretenimiento y las nuevas referencias de los niños y niñas de Colombia, etc., etc.
Sebastián Villalobos, uno de los más célebres Youtubers del país y de Latinoamérica, cuando es preguntado sobre la influencia que ejerce sobre los jóvenes hoy en día, a menudo afirma que él se compromete con causas sociales. Me imagino que será para generar reflexión y vocaciones en sus seguidores. Por ejemplo, en una entrevista (de casi 15 minutos) hecha por la W Radio Colombia el 24 de febrero de 2015, Claudia Palacios inteligentemente le preguntaba si él, que ya no es tan niño (tenía 19 años en ese momento), se cuestionaba sobre la oportunidad que tiene de ayudar a formar o a influir en los jóvenes y si no le preocupaba formar parte de la tendencia al “embobamiento” de la juventud. A lo cual, el interesado respondió: “Totalmente. Mira que, de hecho, con mi equipo de trabajo hemos tratado de hacer algunas cosas con fundaciones tanto en Estados Unidos como en Colombia. El domingo estuve visitando una fundación y la semana pasada vieron el video sobre la adopción igualitaria”. Para continuar su argumentación, citó a un homólogo que se hace llamar “Bullysteria” y que, en uno de sus videos, abordó el tema de la hemofilia. Cual experto del tema, nuestro Youtuber nacional nos explicaba lo que es esta enfermedad. Una de las (des)informaciones que suministró Villalobos es que solo los hombres se ven afectados. En la página de internet de la Asociación Francesa de Hemofílicos, se deja claro que dicha afirmación es un mito. No obstante, en la entrevista ninguno de los periodistas rebate tal desinformación. Ni siquiera expresan duda. Eso fue improvisación de parte y parte.
He estado buscando cuáles son las causas sociales en las que se compromete Villalobos y la verdad es que no he encontrado ninguna, ni en sus redes sociales ni en internet. Normalmente, las celebridades suelen crear fundaciones de diversas índoles con el objetivo de ayudar o de hacer creer que ayudan. No obstante, sobre este joven no pude encontrar nada. Lo único que veo son campañas publicitarias en las que participa (por ejemplo, la de una famosa cadena de hoteles con la que él tiene negocios). Lo más parecido a una campaña social que pude encontrar, es un mensaje enviado al final de uno de sus videos, donde dice algo como: “Chicos, hubo un terremoto en Ecuador. Hay que ayudar”. Súper, su manera de colaborar y de crear conciencia en los “niños y niñas” que lo siguen. Me imagino que el impacto de dicha campaña fue enorme en Ecuador. Mi conclusión es, pues, que eso de las fundaciones y del ejemplo que ellos supuestamente dan a sus seguidores es más bien puro cuento chimbo.
En cuanto a su posicionamiento en tema de la homosexualidad en Colombia, me parece que la suya fue una aparición mediática fortuita. Como él y todos sus amigos hablan de temas cotidianos, este fue uno más. No creo que haya habido una motivación política o social detrás del video llamado “Tengo dos mamás”, que fue muy “trendy” en Colombia, siendo incluso reseñado por BBC Mundo. La prueba es que dicho video fue el único suyo que ha llamado la atención de los medios de comunicación importantes en el país (por cierto, parece que son los videos relativos a la homosexualidad los más “cools” y “trendys” últimamente en Colombia).
A pesar de que para nadie es un secreto que lo de los Youtubers es mero negocio (similar al de los reggaetoneros), lo cual es muy respetable, aún hoy en el país, medios como Caracol Radio abordan el tema con la mayor ligereza. El 1 de noviembre pasado, Darío Arismendi, Darcy Quinn y compañía, volvieron a entrevistar a Sebastián Villalobos para preguntarle lo mismo de siempre: que qué es un Youtuber, que cómo explica tanta celebridad, que si se puede vivir de eso. En la misma introducción de la entrevista, los periodistas de la estación “que más escuchan los líderes de opinión” ya habían dado las respuestas a sus preguntas. Así que lo que oímos en los casi seis minutos de entrevista (que tuvieron que solicitar con una semana de antelación) fue la misma cháchara de siempre. Puro material de relleno que de paso ayudó al personaje a hacerse más famoso. Lo más curioso es que Villalobos, que es tan creativo, no se cansa de contestar las mismas banalidades cada vez que le preguntan por su oficio. En su intervención de febrero de 2015 en W Radio, ya nos había explicado que él se dedica a lo que le gusta: hablar de su cotidianidad, clave del éxito entre los “niños y niñas” que lo siguen. En aquel momento, respondiendo a Camila Zuluaga, evocó su video “cosas que no me gustan de la cocina” y el ejemplo culto del “alambrito del paquete del pan tajado que pones en el mesón y que luego no encuentras”. Esta vez en Caracol, más de un año y medio después, nos volvió a salir con el mismo cuentico.
La verdad es que quiero creer que esta gente le aporta algo a sus seguidores, pero cada vez que los oigo y veo, no encuentro argumentos para defenderlos. Esta misma semana me fui a ver por primera un video de Pewdiepie, el Youtuber de los casi 50 millones de seguidores. Di clic en lo primero que encontré, un video llamado “MY NEW CAR!”. Al cabo de los cuatro minutos y medio que dura el show del chico, no pude más que sentir pena por la Humanidad.
Hoy en día, los Youtubers criollos ya pasan de 18 años. Están en edad de votar y de tomar posición sobre los temas políticos, económicos y sociales importantes en el país. Me pregunto qué responderían estas personalidades públicas a alguna pregunta seria sobre política o economía. Es más, me pregunto si se atreverían al menos a responder, dado que son bastante proclives a hablar exclusivamente de los temas banales en los que se mueven. Dada la enorme influencia que ejercen estas personas sobre millones de jóvenes que van a coger las riendas de este país en un futuro próximo, los medios de comunicación deberían empezar a indagar de verdad sobre el aporte que estos muchachos le están haciendo a la sociedad. De lo contrario, nos vamos a quedar para siempre con la idea de que los contenidos creados por todos esos peliparados no son más que “pendejadas bien hechas”, como auto califica su trabajo el muy célebre mexicano “Werevertumorro” en una entrevista con Felix de Bedout en W Radio. Eso sí, pendejadas que los están llenando de plata.
