Por lo menos tres veces al mes, Vice sacude con sus informes. Hoy puede ser en Siloé, mostrando la verdad detrás de la Primera Línea, mañana puede ser en Siria. Metiéndose hasta el fondo de la situación, periodismo de inmersión hecho por reporteros que no le tienen miedo a nada. Vice lleva 27 años de existencia y empezó haciendo vendiendo la ropa que se pondrían los hípster dos décadas después.
Cuando los veinteañeros Shane Smith y Gavin McLness convencieron al estado canadiense de que les dieran un subsidio que no les correspondía, se lanzaba la semilla original. Ellos no estaban sin empleo como habían dicho en la solicitud. Con el dinero obtenido fundaron Voice of Montreal que se caracterizaba por la beligerancia y originalidad con la que abordaban temas como la explosión de la nueva música grunge que invadía el mundo.
Sin pena, se consolidaban a punta de buena pluma, porque salían poco a hacer crónicas de títulos tan estridentes y escandalosos como Entrevista con un negro, o Las abuelas mamadas. Se llegaban a inventar entrevistas con altos ejecutivos de MTV que nunca conocían. Uno de ellos, Richard Szalwinski, invirtió un millón de dólares en la revista. Con esa plata Smith y Mclness se mudaron a Brooklyn en donde se dedicaron a combinar la revista con la venta de ropa hípster. Todo cambió después del 11 de septiembre del 2011.
Entonces dieron el timonazo que los terminaría convirtiendo en uno de los medios más influyentes del mundo. Se expandieron a Inglaterra, donde pusieron su primera filial internacional. Lanzaron la marca Vice Music y produjeron discos underground a eminentes artistas como Charlotte Gainsbourg, o los daneses The Raveonettes. Su alianza con MTV fue indiscutible para empezar a dedicarse a lo que sería su marca de calidad. Entonces lanzaron el video que los consagraría como un medio global: Heavy Metal en Bagdad. Entonces entraron de lleno a convertirse en un medio digital con la potencia suficiente para hacer de cada nota un documental con la suficiente envergadura.
En la guía Vice de viajes fueron lo suficientemente atrevidos como a atreverse a hacer notas desde lugares tan imposibles como Chernóbil, infestado por la radiación que sale desde el 26 de abril de 1986 de su planta nuclear, cuando, por un descuido de los funcionarios soviéticos, el núcleo explotó en mil pedazos. A partir de 2007 Vice ya era una marca mundial. En agosto de 2013, por ejemplo, VICE vendió un 2,5% de la empresa a la 21th Century Fox de Rupert Murdoch por 70 millones de dólares, lo que valoraba el conjunto en 1.400 millones de dólares (1.082 millones de euros). Nada mal para un grupo nacido de subvenciones a la creación de empresas.
Los malos tiempos ya son parte del pasado y ahora pocos dudan de la veracidad de sus consagrados periodistas y ya hasta ganan Pulitzer. Lo que hicieron en Siloé, mostrando al desnudo la Primera Línea, es uno de los documentos más certeros e impresionantes que se han hecho sobre las manifestaciones en Colombia.
